Sudamerica: la hora de las definiciones
La gira que ha emprendido Alvaro Uribe a 7 países del subcontinente americano: Perú, Bolivia, Chile, Paraguay, Argentina, Uruguay y Brasil, a escasos días de verificarse la Cumbre de la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), a desarrollarse el próximo lunes 10 de agosto en Ecuador, más que allanar dudas sobre la presencia norteamericana en 7 bases militares de Colombia, está dirigida a ir delimitando las posiciones del nuevo mapa geopolítico de seguridad en la región que surgirá de cara al próximo decenio: 2010-2020.
La lucha contra el terrorismo y grupos armados al margen de la ley. El legitimo derecho a fortalecer el sistema de defensa nacional.
La no injerencia en asuntos internos y el valor de la soberanía como base fundamental de la decisión de permitir la cooperación militar extranjera en el territorio de un país, entre otros, son argumentos jurídicos y políticos muy duros de rebatir y eso lo sabe Uribe que los ha incluido como contenido fundamental de su gira.
Son explicaciones difíciles de adversar, incluso para Venezuela, el más importante opositor a Colombia en la región en estos momentos.
El resultado de la gira de Uribe, aún es prematuro conocerlo, sin embargo impulsará definiciones puntuales sobre el bando al cual pertenecer en la subregión: a.- Al modelo integracionista del Alba que lidera Venezuela y encarna un alto contenido ideológico vinculante para sus miembros.
b.- O, al bando de los Estados soberanos que participando en mecanismos de integración preservan sus intereses nacionales y la posibilidad del disenso, modelo al frente del cual están Chile, Colombia y Brasil.
La hora de las definiciones en Sudamérica está llegando: «El objetivo del Consejo de Defensa Sudamericano es convertirse en un foro de debate para la obtención del consenso y también para la administración del disenso». Esas fueron las declaraciones del Ministro brasileño de Defensa, Nelson Jobim, en marzo de este año al aprobarse formalmente el funcionamiento de este órgano de UNASUR.
Sin embargo, tras el efecto polarizante que deliberadamente ha traído Colombia estas semanas a la región, con el anuncio de la presencia estadounidense en 7 de sus bases militares, con toda seguridad se verificará en Quito, el próximo lunes, una cumbre de definiciones de rumbo para los 12 países que conforman UNASUR, los cuales se verán obligados a empezar a escoger seriamente sus tendencias, llamadas a impactar sobre todo el reacomodo geopolítico del hemisferio en general y de Sudamérica en particular, que ya está en movimiento.
En tanto el gobierno de Venezuela asistirá con el único elemento claro de su política (interna y externa): «O estás conmigo o estás contra mí». Una precaria posición sin duda, que deslegitima cualquier política seria, de cara a los enormes desafíos que enfrenta la región en el próximo decenio.
