Opinión Internacional

Terroristas a la carta

Toda vez que el caso de terrorismo hace aguas por todos lados y que surgen cada día más interrogantes que certezas y pruebas, y puesto que el gobierno no puede quedarse sin sacar alguna ganancia de este bullado caso en el que se ha buscado involucrar a los autonomistas, tratando de convertir finalmente en una realidad ese libreto que tantos réditos le han sacado, que consiste en decir que los cruceños y el Oriente boliviano son separatistas, oligarcas y golpistas.

Toda vez que la tan sonada y prometida prueba del testigo clave resulto ser un bleff y de prueba contundente se transformó en una declaración de un prontuariado con un amplio currículo de delitos pendientes con la justicia y que desenmascaró al “viejo” como un informante que está implicado en el caso razón por la que declaró en forma evasiva y sin sustento, dando la impresión que se prestó a nombrar a todos los que el gobierno le había instruido sindicar, razón por la que expresó en reiteradas ocasiones: “no he visto nada, pero uno de los tipos muertos el 16 de abril me contó todo lo que hoy confieso”. O sea que todo estuvo referido a lo que supuestamente dice el “viejo” que dijo el muerto, lo que por supuesto no tiene calidad de prueba.

Pero mientras este culebrón hace aguas, una novela negra comienza a surgir de las mismas mentes afiebradas que buscan por todos los medios pescar alguna ganancia aprovechando el río revuelto.

Pues bien si algo tiene no sólo preocupado sino realmente alterado al gobierno es el anunciado informe sobre el caso de Pando que echaría por tierra al informe del ex guerrillero Mattarollo, quien por este motivo está aprovechando sus amistades bolivianas para filtrarse en los medios de comunicación. Se nota que se han puesto en la tarea de armar la confabulación de los carapintadas y los croatas como los supuestos contactos internacionales de Rozsa y sus amigos. Este es el nuevo guión estelar que pretende estigmatizar de entrada a personas y organizaciones que participaron y aportaron a la investigación de Pando y del lado croata a un ex dirigente cívico a quien intentan implicar en el caso a como de lugar.

El tema de los carapintadas y croatas a quienes les endilgan un vínculo con Rozsa se está infiltrando en la prensa local, algunos medios como el diario La Prensa y Los Tiempos le han dedicado análisis en los que dan credibilidad a este tema. Nada extraño, puesto que esta es una estrategia típica de la manipulación de masas y la técnica goebeliana para dar forma al enemigo y situarlo en medio del discurso y la comunicación de masas.

Lo más grave es que este tema es reproducido sin otra fuente que no sea la denuncia del delincuente que el gobierno ha puesto como supuesto testigo o algunas maquinaciones que no tienen sustento, pero en las que se ve la evidente intención de crear un enemigo y de implicar personas a las que se pretende criminalizar.

Después de dos notas con amplia cobertura publicadas por el diario «La Prensa», el día 18 del presente mes apareció en el diario “Los Tiempos” otra nota que habla de croatas y carapintadas como parte de la trama del supuesto terrorismo, citando que: “La magnitud y complejidad del embrollo supera con mucho los estrechos límites de las pugnas políticas bolivianas”.

Luego no se detiene en esto y afirma que uno de los hilos más importantes de la trama de los supuestos mercenarios “es la participación de ex militares argentinos, los conocidos “carapintadas”, en la organización de la oposición violenta al régimen del MAS”.

Este tipo de notas es tipica del manual de Goebel y reproduce exactamente el formato de implicar, afirmando la existencia de algo, un cuento chino pero que se lo toma como cierto. Este es el formato que ha sido reproducido por algún periodista inexperto o tal vez inescrupuloso, que en el texto que hemos tomado como referencia dice al pie de la letra: ¨Por ahora es todavía mucha la confusión que rodea el tema. Sin embargo, en medio de ella hay ya algunos elementos que permiten afirmar que se trata de algo más que de una de las artimañas de las que se vale el gobierno para legitimar sus actos. Es que más allá de exageraciones y de los muchos yerros que caracterizan el proceso de investigación, hay razones para temer que algo de verdad hay en las denuncias hechas en ese sentido”. Y esto ya propasa cualquier tipo de lógica periodistica porque se convierte irremediablemente en un folletín propagandístico que no resiste un análisis lucido, pues es sólo un virus inoculado en el pastel de letras incautas o cómplices. “Y no se trata sólo de las declaraciones de uno de los individuos involucrados, aparentemente convertido en un soplón al servicio del gobierno. Además de ellas, hay suficientes indicios de que efectivamente más de un “carapintada” se ha hecho presente en el escenario político boliviano y no precisamente con el afán de promover la defensa de los derechos humanos”, y ya esta afirmación es el colmo, pasada de tono, una incriminación sin ninguna prueba, que no puede filtrársele a un editor promedio.

“Muy ligado a lo anterior está otro de los hilos cuya punta parece conducir a una maraña que por lo compleja que es no puede aún ser vista en toda su magnitud. Se trata de los posibles vínculos entre los “carapintadas” mencionados y excombatientes de una de las fracciones militares que combatió con las fuerzas croatas en la guerra que asoló los Balcanes”, y aquí está ya la trama de elucubraciones macabras se completa, los croatas y los carapintadas, los enemigos foráneos, tal como para Hitler fueron los judíos los causantes de todos los males y los destinatarios de todo el caudal de odio posible e imposible.

Y para no cargar más las tintas al final la nota periodística acaba pidiendo una investigación internacional, sólo faltó decir que claro que por supuesto siempre que se haga con Unasur, la Oea, Onu, pero nunca con otras organizaciones imparciales, nunca UnoAmérica, nunca los gobiernos de Irlanda o Hungría, porque a ellos Evo hasta les ofreció cárcel y juzgarlos.

Después la prensa se queja de las persecuciones que sufre, del clima enrarecido, después la prensa se quejará cuando luego de que los goebelianos la hayan usado hasta el cansancio para exprimirle el coco a los ciudadanos, cuando ya no la necesiten, Evo y su gobierno comenzarán a eliminarla, a cerrar medios.

Pero el problema es que nadie sabe para quien trabaja y la prensa no discrimina por quienes está siendo inmisericordemente utilizada.

Evo y Mattarollo tienen pánico del informe de Pando que tumba todos sus embrollos, ¿y la prensa está colaborando para obstruir este esperado esclarecimiento? ¿Será esto posible?

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