Opinión Internacional

Tragedia nacional en Israel

El teniente Asaf Ramon (23) , piloto de combate en la Fuerza Aérea de Israel, hijo del primer astronauta israelí Ilan Ramon-que murió en el vuelo del “Columbia” en el 2003- se estrelló durante un vuelo de entrenamiento de rutina y murió al instante.

Asaf volaba en el mismo tipo de avión, F-16 A, con el que su padre, como piloto, participó en el ataque al reactor nuclear irakí en junio de 1981, que la Fuerza Aérea lanzó por orden del entonces Primer Ministro Menajem Begin, a fin de neutralizarlo antes que se torne en reactor activo. Ilan Ramon era el más joven del equipo de ocho pilotos que fue enviado a Bagdad .

Asaf había finalizado en junio con las mejores notas el curso de pilotos, siendo destacado como piloto sobresaliente “por su destreza en el vuelo, su capacidad de liderazgo y su actitud con sus compañeros “, según señalaron sus comandantes. Las alas de piloto le fueron entregados, en una ceremonia especialmente emotiva no sólo para su familia sino para el país todo, por el Presidente del Estado Shimon Peres.

El joven oficial, que tenía 15 años cuando Ilan Ramon murió en la nave “Columbia” el 1º de febrero del 2003, había dicho poco después de perder a su padre que quería seguir sus pasos, ser piloto de combate y quizás, inclusive, astronauta.

Al llegar a la edad de 18 años, en la que por ley en Israel los varones se enrolan por tres años al servicio militar obligatorio, Asaf podría haber evitado ir a una unidad de combate, por ser huérfano de padre. Sin embargo, insistió en su deseo de “aportar a Israel y seguir el ejemplo de mi padre”-según dijo repetidamente y su madre, Rona, la viuda de Ilan Ramon, firmó la autorización especial para ello, por lo cual –Asaf llegó al curso de pilotos, de los más prestigiosos de las Fuerzas de Defensa de Israel.

“Me da orgullo verlo, siguiendo los pasos de Ilan”, dijo Rona cuando su hijo fue aceptado al curso de pilotos.

Con el accidente de ayer se agregó un eslabón trágico a una singular saga familiar.

Ilan Ramon, que será recordado siempre como “el primer astronauta de Israel”, se había convertido en un símbolo. Cuando él no volvió con vida del vuelo que tantas emociones había despertado en la ciudadanía israelí-que seguía cada paso de su entrenamiento en la NASA y que ya lo veía como motivo de orgullo nacional- el país todo parecía estar de duelo.

Pero ello iba más allá del hecho que nunca antes había habido un astronauta israelí en el espacio. Ilan Ramon era hijo de un sobreviviente del Holocausto , Eliezer Wolferman (hoy de 79 años), que se había manifestado más de una vez sobre la importancia de ver a su hijo defendiendo la soberanía nacional judía, tras lo que él había pasado durante la segunda guerra mundial. En el “Columbia” llevó consigo un dibujo titulado “Paisaje lunar”, hecho por Peter Ginz, un niño judío que fue asesinado a los 14 años en Auschwitz. A eso agregó una Biblia diminuta y varias “mezuzot”, pequeñas cajas con versículos bíblicos, que se colocan a la entrada de todo hogar judío.

Todo ello tocó los corazones de los israelíes, que en ese momento hablaban de un intervalo de distracción positiva, en medio de la difícil época que se vivía, con numerosos atentados suicidas de la segunda intifada. “Me alegra que con mi vuelo el pueblo tenga un poco de alegría”, había dicho Ilan Ramon en una entrevista desde Estados Unidos, poco antes de partir en el “Columbia” en el vuelo del que no regresó.

Ilan Ramon se había convertido ya antes de su muerte en un héroe nacional. Ese simbolismo pasó directamente a su hijo mayor, Asaf, lo cual explica que cuando en junio último finalizó el curso de pilotos, por primera vez en la historia de Israel se dijo públicamente el nombre del elegido como egresado sobresaliente del curso. La cobertura de las ceremonias de cursos de pilotos, por razones de seguridad, siempre debe lidiar con limitaciones, como disimular sus rostros y abstenerse de revelar nombres. Pero esta vez, fue diferente.

La Fuerza Aérea de Israel comenzó de inmediato una investigación del accidente, para comprender qué sucedió y qué le llevó a Asaf a estrellarse. Oficiales de la Fuerza Aérea relataron ayer que ya había adquirido buena experiencia de vuelo y que desde que había recibido las alas, había hecho 47 vuelos con gran destreza, logrando hace pocos meses sortear dificultades imprevistas en uno de ellos y salvándose así de un accidente.

Ayer, el final fue otro.

“Este es un día triste y doloroso y el corazón se quiebra”, declaró el Ministro de Defensa de Israel Ehud Barak. Los medios israelíes, apenas se permitió publicar la noticia de la muerte de Asaf Ramon, abrieron cadena de transmisión continua sobre lo sucedido, pasando imágenes de Ilan Ramon como joven piloto, al volver del ataque al reactor atómico irakí, y también de cuando estaba en el espacio, a bordo del “Columbia”.

Fueron, además, numerosas las imágenes del joven Asaf, comentando con emoción sobre la experiencia que estaba viviendo su padre. En una de ellas, se lo veía decir, apenas su padre había partido en el Columbia: “Me gustaría vivir lo mismo que él”.

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