Una nueva crisis en el Mediano Oriente
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Como si no bastaran las diversas crisis que azotan el Mediano Oriente, se acaba de añadir otra de alcance tanto regional como internacional, con el delicado y casi insoluble asunto de la autonomía de Kurdistán, con minorías kurdas en cinco países tratando de formar una nación que reuniría a dicha etnia, también musulmana, dispersa en Turquía, Irak, Irán Siria y Armenia. Donde se agrava ahora el conflicto separatista es en Turquía, con su gobierno renuente a concederles una mayor autonomía a los kurdos, ya que podría ser un preludio a una separación y la formación de una “gran Kurdistán”. Algo similar a lo que sucede con los vascos en España y Francia.
La facción más combativa de los kurdos de Turquía, el PKK, ha hecho diversos ataques terroristas a las fuerzas turcas, y luego se ha refugiado en el norte de Irak, de mayoría kurda, donde son tolerados o incluso asistidos por el gobierno local. Ahora los turcos buscan defenderse de los ataques guerrilleros kurdos, amenazando con entrar a Irak con importantes fuerzas militares, si el gobierno iraquí no hace nada para detener dichas incursiones, que han causado miles de muertos en Turquía. Por su parte EE.UU., que considera a la PKK una organización terrorista, trata de ayudar a los turcos, pero los kurdos iraquíes no cooperan mucho, máxime cuando el presidente iraquí Talabani pertenece a esa etnia.
Por lo tanto, está a punto de estallar un conflicto de mayores proporciones, que podría desestabilizar la zona más tranquila de Irak, que tiene importantes yacimientos petroleros, pero a la vez es muy dependiente de Turquía para sus suministros y comercio. Hasta Irán y Siria, opuestos a EE.UU. dijeron que ayudarían a Turquía a controlar la rebeldía, que podría contagiar a los kurdos iraníes y sirios. La crisis es tan seria que obliga al premier turco Erdogan a viajar a Washington este lunes para dialogar con el presidente Bush, que tiene las manos atadas y sólo ha podido ofrecer “cooperación de inteligencia” y pedir prudencia a los turcos, ya que podría empantanarse aún más la crisis iraquí.
Todas las partes tienen mucho que perder si se complica la situación y por ende se cuidan de tomar acciones precipitadas. En fin, una compleja crisis que requerirá mucha diplomacia y visión de futuro, habilidades que parecen escasear mucho en una región crónicamente afectada por confusas lealtades étnicas, religiosas y políticas, difícilmente reconciliables, región que a la postre tiene grandes reservas petroleras. En fin, un coctel inflamable en espera de chispas.