Opinión Internacional

Venezuela, China y los musulmanes

El proceso político que se vive en Venezuela, es un interesantísimo ensayo sociológico, equiparable en su trascendencia histórica al que viven hoy China y los países de la órbita musulmana. En China, los dirigentes del gobernante Partido Comunista, reconocen en los hechos, todos los errores y distorsiones que al pueblo chino le ocasionaron las imposiciones totalitarias del archicriminal régimen de Mao Tse Tung. El hambre, atraso y las decenas de millones de muertos y expatriados causados por el empeño de imponer a sangre y fuego, un modelo económico y social que prescindiera de la iniciativa individual y la privada, con la supremacía todopoderosa de un Estado que decidía hasta el número de hijos que podían tener las familias. Por décadas China debió conformarse con ser una potencia de segundo o tercer orden, cuya mayor fortaleza residía en su inmensa densidad demográfica. Luego de la muerte de Mao, y bajo las riendas de Deng Xiao Ping, con el lema: Un país, dos sistemas, se dio una apertura económica que ha hecho de China, la más formidable de las potencias mundiales, con unas reservas internacionales por el orden del trillón de dólares y además posee Bonos del Tesoro norteamericano por cifras de dinero intraducibles a bolívares, lo que paradójicamente, en vez de darle preponderancia sobre los Estados Unidos, la hacen ser mas dependientes de la salud financiera de Norteamérica, su principal socio comercial y mayor inversionista. Gracias a ésta política, que la aleja cada día mas del comunismo y la transforma aceleradamente al capitalismo han logrado sacar de la pobreza a centenares de millones de sus ciudadanos, y generar millones y millones de puestos de empleo y oportunidades.

En el mundo musulmán, ocurre un proceso donde sectores extremistas, sin ningún escrúpulo en el uso del terror y la violencia para el logro de sus objetivos, pretenden someter a los habitantes de esas regiones, a ser gobernados por fanáticos religiosos impermeables al cambio y al progreso humano, enemigos de los avances logrados en los campos de la legislación, la tecnología, la economía y la sociedad en los últimos tiempos. Obligando a sus gentes a seguir normas bárbaras, sometiendo a las mujeres a condiciones de minusvalía social, a una situación de seres humanos de segunda, sin ofrecer alternativas de bienestar para sus conciudadanos, que a la menor falta reciben castigos brutales e inenarrables. Venezuela vive un proceso algo parecido al que vivió China bajo Mao, y al que viven algunos países musulmanes. La irracionalidad, como doctrina básica de la acción del gobierno. La voluntad de un solo hombre priva por encima del resto de los ciudadanos de la Nación. Sí ese hombre fuese sabio, humilde, tolerante, comprensivo, educado, de mente abierta, afín al progreso, preocupado por los problemas reales y no imaginarios y fantasiosos, quizá podría tolerarse ésta situación, pero evidentemente no es éste el caso. Vivimos en Venezuela bajo la égida de un hombre incapaz absolutamente de explicar en forma comprensible sus propósitos. Lo único que tenemos claro los venezolanos es que Hugo Chávez pretende morir gobernándonos. Es posible que sus deseos se concreten. Una bastarda y clandestina reforma constitucional, hasta ahora parece ser el camino para lograrlo. La historia venezolana abunda en ejemplos de anteriores ocasiones en que los gobernantes pretendieron lo mismo. Un siglo entero de innumerables revueltas, seudo revoluciones, alzamientos y sobre todo muertes, fue el resultado de esas pretensiones en el pasado. Sin embargo no es ese, el peor problema que nos causaría la errática sinapsis de las alocadas neuronas de nuestro Comandante en Jefe. Mientras los israelíes , sin contar con los avances tecnológicos de que disponemos hoy, hicieron producir al desierto, el régimen de Chávez convierte en estériles, nuestras tierras productivas. Los gastos del Estado son mayores a los ingresos fiscales y el valor de las importaciones amenaza superar al de las exportaciones. Chávez se apodera de empresas y actividades del sector privado, que antes generaban dinero al fisco por concepto de impuestos y en corto plazo serán una carga más para el ya súper comprometido y deficitario presupuesto nacional. El estrepitoso fracaso de la entrega del sector público de salud a los cubanos y el propósito funesto de destruir el sistema privado de salud, nos dejará a los venezolanos inermes ante la reaparición de enfermedades que estaban desaparecidas o controladas y que han regresado violentamente en éstos años. Bajo pretexto de democratización, de igualitarismo, que todo debe ser accesible a todos, se ataca a la educación privada, sin ofrecer alternativas de calidad válidas. La campaña contra las pruebas de aptitud, acusadas de oficializar la desigualdad, como si ese no fuera precisamente su objetivo. Seleccionar entre los mejores, entre los más aptos para conocer, crear, concebir y los que son más aptos para ejecutar. No quieren construir pirámides sino vulgares mesetas. El problema radica en que desde lo alto de las pirámides se ve hasta muy lejos, mientras en las mesetas sólo se ve a los vecinos. Odian todo lo que sobrepase el nivel mediocre, van contra todo lo que se aparte de esa uniformidad que se nos quiere imponer a todos, menos a los miembros de la nomenclatura, del entorno, de la cúpula del Chavismo. Se ataca y se busca destruir a los empresarios dedicados a lo productivo, a los emprendedores y beneficiar a aquellos que se disfrazan de socialistas y que son y han sido parásitos que caen a saco roto contra las finanzas del país y los generosos créditos y contratos del Estado. Queremos, amigo lector que ud concluya a cual de éstos tres ejemplos le irá mejor : Venezuela, China y los musulmanes.

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