Opinión Internacional

Venezuela – Colombia: Refugiados y paramilitares calientan frontera

IPS.- El gobierno de Venezuela se niega a reconocer la condición de refugiados a los colombianos que huyen de la guerra, mientras que hacendados venezolanos agregan tensión a la zona fronteriza al crear grupos armados de autodefensa.

Raúl Cubas, coordinador de Provea, una organización no gubernamental de defensa de los derechos humanos, dijo a IPS que el gobierno venezolano insiste en confundir los términos, como quedó en evidencia con la firma de un acuerdo con Colombia donde se reitera la clasificación de «desplazados en tránsito».

«Según la convención internacional, el término desplazado se aplica cuando el desplazamiento es dentro del territorio del país de origen, pero cuando se cruza la frontera es automáticamente un refugiado, otra cuestión es el trámite para recibir el estatus que le permita permanecer indefinidamente en Venezuela», precisó.

En diferentes puntos de la frontera común, de 2.200 kilómetros, se enfrentan guerrilleros, paramilitares y narcotraficantes colombianos, y la población civil suele buscar refugio y ayuda en Venezuela al quedar en medio del conflicto.

El católico Vicariato Apostólico de Machiques, en el noroeste de Venezuela, envió a fines de enero una dramática carta al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Caracas, solicitándole ayuda humanitaria para decenas de refugiados colombianos en territorio venezolano.

Joe Castillo, abogado del Vicariato Apostólico, dijo a IPS que al menos 300 personas cruzaron la frontera desde Colombia tras los ataques de grupos paramilitares en sus poblaciones.

Pero el gobierno venezolano niega que el problema esté dentro del país y el canciller José Vicente Rangel, un cercano colaborador del presidente Hugo Chávez que acaba de ser designado ministro de Defensa, sólo reconoció la presencia de dos mujeres y cuatro niños colombianos, que están en el hospital de Machiques.

Rangel, quien ha insistido reiteradamente en la calificación de «desplazados en tránsito», puntualizó el lunes que los ciudadanos colombianos se habían desplazado pero permanecían «a pocos metros de la frontera con Venezuela».

«No nos compete a nosotros definir si son desplazados o refugiados, son seres humanos con hambre y enfermedades que pidieron ayuda», replicó Castillo.

Cubas, por su parte, consideró que la prioridad en la frontera es facilitar la ayuda humanitaria por parte de Venezuela a estos ciudadanos colombianos, lo que exige admitir su existencia y presencia en territorio venezolano.

En tanto, la oficina de ACNUR en Caracas hace gestiones ante la cancillería para realizar una visita conjunta con las autoridades a la zona fronteriza para establecer la gravedad del problema y Grace Guerrero, oficial de información del ACNUR, dijo a IPS que se buscan formas de cooperación.

Mientras en el norte de la zona fronteriza ciudadanos colombianos que huyen del conflicto armado buscan refugio en Venezuela, más al sur tiene lugar otro problema no menos grave: la creación de grupos armados por parte de hacendados venezolanos «para protegerse ante la ausencia del Estado».

El presidente de la Federación de Ganaderos, José Luis Betancourt, confirmó a fines de enero que el guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia ha colaborado en el desalojo de haciendas que habían sido invadidas.

Betancourt aseveró que a los hacendados de la frontera no les quedó otra opción que aceptar la actuación de los guerrilleros colombianos para recuperar sus tierras, tras recurrir a las instituciones del Estado y comprobar que no funcionan.

Algunos ganaderos del fronterizo estado venezolano de Táchira, en los Andes, han comenzado a organizar su propia defensa, ante la extorsión de los grupos guerrilleros colombianos y la falta de protección del Estado, dijo el hacendado Otto Ramírez.

Analistas advirtieron que esta situación puede ser la semilla para que se organicen grupos paramilitares en Venezuela, ante la ausencia de las fuerzas de seguridad y la constante actuación de grupos insurgentes y delincuentes comunes.

Rangel adelantó que le dará prioridad a la cuestión fronteriza y reforzará la presencia militar en la zona cuando asuma como ministro de Defensa dentro de tres semanas y aseguró: «Es deber del Estado venezolano proteger a nuestros compatriotas en la frontera, sus vidas y sus bienes».

«Soy partidario del fortalecimiento de los teatros de operaciones porque irradian una política no solamente militar, sino también de tipo estratégico y logístico muy importante. Pienso fortalecerlos y darle prioridad a toda la frontera»,aseveró Rangel.

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