Opinión Internacional

Viendo las barbas de Gadafi arder

El silencio del dictador no era tanto el de “no me consta” que mi pana Gadafi sea genocida, sino el de “¿cómo quedo yo?”. Tenía que evaluar sus opciones en caso que una situación similar suceda – Dios no lo quiera- en Venezuela o Cuba o en cualquiera otro de los miembros de la ALBA.

El caudillo sabanetero con la bandera de “cuidado con una invasión” se lanzó al ruedo internacional promoviendo la idea que todo es una conspiración urdida por el imperialismo para sacar al “pana” y cogerse su petróleo. Olvida que ya todas la compañías extranjeras petroleras están en ese país desde que Gadafi se arrepintió de su pasado terrorista internacional. Además obvia el tema fundamental de la masacre del pueblo libio por el ejército y cientos de mercenarios. El criollo quiere quitarle presión al “líder de la revolución verde”, quien está buscando un poco de aire.

Gadafi había creado su poder popular, su democracia directa, acabado con los partidos políticos y concentrado todo el poder. Había llegado a un “entente” con occidente: “Uds se callan sobre lo que hago internamente y yo les doy acceso a mis riquezas”. Por eso no entiende porque quienes bebieron de sus mieles ahora lo abandonan.

Los dictadores del siglo XXI deben entender que si bien los intereses crematísticos siguen guiando el mundo y definiendo las relaciones internacionales, poco a poco el asunto de los derechos humanos se hace más sensible. Ya no se permiten la matanzas y si se dan no quedan impunes.

Negociar siempre es mejor que una guerra fraticida como la planteada. Pero negociar significa ceder y habría que ver si esto está en la agenda de las partes. ¿ Se le puede pedir a Gadafi que deje el gobierno, si orgullosamente afirma no tener ningún cargo público? ¿Podrá el Consejo de Seguridad echar para atrás y detener la orden al Fiscal de la Corte Penal Internacional para que investigue los crímenes de guerra en Libia?

El de sabaneta propone crear una comisión de paz integrada por representantes de América Latina- ojo, sin los EE.UU.-, Europa y Oriente Próximo para detener la guerra civil, que sólo ha sido aceptada por Gadafi padre, incluso el hijo le dijo “no te metas que no sabes”. Nadie o pocos quieren su mediación, conocen su expediente. Lo intentó con  Colombia- caso FRAC- y falló, con Irán vía Brasil- tema nuclear- y falló, ahora con Libia sueña con recobrar el prestigio perdido. Pero esta vez es personal, si no hay salida negociada para Gadafi tampoco habrá para los otros dictadorzuelos del mundo.

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