Opinión Internacional

Vietnam, 25 años después

La guerra de Vietnam fue uno de los más trágicos sucesos del siglo XX. Dividió prácticamente al mundo, dividió al pueblo de los Estados Unidos, surgieron movimientos pacifistas, y se creó una conciencia contra la guerra que suscitó su rechazo. Hace 25 años terminó un conflicto que no tuvo nunca justificación alguna, y la cual fue producto de graves errores de percepción. Un 30 de abril de 1975 el mundo respiró con esperanzas. La guerra consumió multitud de vidas. Las cifras fueron aterradoras: 58 mil soldados norteamericanos murieron en Vietnam y se calcula que el total de víctimas vietnamitas, del norte y del sur, ascendió a tres millones entre civiles y militares.

El conflicto que se prolongó durante una década tuvo dos nombres: en Estados Unidos lo llamaron la «guerra de Vietnam» y en Vietnam «la guerra de los Estados Unidos». Pudo haber tenido muchos otros nombres, como el de una guerra absurda, injustificada, y como la historia comprobó, una guerra tan contraproducente como inútil. Era, en primer lugar, la guerra de una potencia lejana en un país y en un continente donde sus intereses económicos, políticos o estratégicos (si existían algunos) jamás podían justificar un conflicto armado de dimensiones tan devastadoras.

La guerra de Vietnam envenenó la atmósfera internacional, y contribuyó a desatar tensiones entre Estados Unidos y la antigua Unión Soviética, y también con China. Incluso, entre los aliados de la OTAN hubo discrepancias. En algún momento de frustración, o de fatiga, el mundo estuvo al borde de otra catástrofe nuclear. 25 años no son suficientes para restañar sus heridas, pero abren una discreta perspectiva histórica. Vietnam liberó un alto número de prisioneros de guerra, como un gesto de reconciliación. El senador John McCain, antiguo veterano y prisionero de guerra, vuelve a Saigón en busca de los innumerables «desaparecidos en acción».

En Pearl Harbor, decenas de científicos tratan de identificar restos humanos rescatados de los campos de batalla, para tratar de identificarlos. Historiadores y expertos en política internacional regresan al tema con renovado espíritu crítico. Los Archivos Nacionales de Washington liberaron 130 mil páginas de documentos de la guerra durante la época de Nixon. Memorias, experiencias, confesiones, contribuyen al análisis del conflicto. A sus sinrazones, a su prolongación, a la alienación de la guerra, a sus devastadoras consecuencias en la política y en la economía de Estados Unidos y de Vietnam. En los institutos y en las academias militares norteamericanas, pero también en la universidades, los jóvenes repasan las visiones de la guerra como una experiencia irrepetible.

Los papeles de los Archivos Nacionales revelan etapas y situaciones no conocidas antes. En la mañana del 22 de octubre de 1972, por ejemplo, Henry Kissinger pensaba, y así lo transmitió a la Casa Blanca, que había logrado un acuerdo para ponerle fin a la guerra. En la tarde de ese día, un portavoz de Vietnam del Sur, el aliado, lo acusaba de estar «en connivencia con los soviéticos y los chinos». La guerra, por malentendidos de esa naturaleza, se prolongó durante dos años y medio más. Las guerras, como se ha comprobado, favorecen a determinados sectores, mientras dañan a todo el mundo.

Aquello llevó a Kissinger a su famosa declaración de que la paz estaba al alcance de la mano: «peace is at hand». El precipitado optimismo contribuyó a la prolongación de la guerra. El presidente de Vietnam del Sur, Nguyen Van Thieu, discrepó de Kissinger, y complicó las gestiones de paz. Thieu alegaba que «había sido sacrificado» por Washington. «El pueblo de Vietnam del Sur entenderá que hemos sido vendidos por Estados Unidos y que Vietnam del Norte ha ganado la guerra», le dijo a Kissinger. Estas son las historias que ahora se conocen, contadas antes por Kissinger en sus memorias, pero sin la precisión de los documentos que ahora se han abierto a los historiadores. Si algo ilustran, es el tremedal de las guerras que se sabe cuándo comienzan, pero nunca cuándo ni cómo terminan. Kissinger, como ocurre en los libros de memorias, se excusa. Varios presidentes norteamericanos, desde John Kennedy y Lyndon Johnson hasta Richard Nixon, vieron perturbados sus años en la Casa Blanca por la sombra de Vietnam. Los espantos de la guerra contribuyeron, en última instancia, a crear una conciencia universal de paz. Otras guerras se han librado en el último cuarto de siglo; ninguna, sin embargo, como la guerra de Vietnam.

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