¿A quién le daremos el poder?
El presidencialismo ha sido una de las características de nuestros gobiernos desde 1958; pero en el actual esta particularidad pareciera ha alcanzado su máxima representatividad. Todo sugiere que el chavismo sin Chávez no es una formula de éxito; entre otros aspectos por el poder de convocatoria del Presidente hacia un sector importante de la sociedad y la poca capacidad que han tenido, la mayoría de lo integrantes del gobierno, de asumir cambios estructurales de fondo, que permita una permanencia en el tiempo y en la memoria de la sociedad, los hechos concretos. No podemos tampoco dejar a un lado la constante imagen mesiánica del presidente que se trasmite en sus presentaciones públicas. Esto ayuda a entender expresiones como, “no lo han dejado gobernar” o “es que tienen unos individuos a su alrededor, que no le ayudan”.
En este sentido la sociedad venezolana tendrá en el futuro que decidir cuál tipo de liderazgo desea en el próximo presidente, si el referendo revocatorio es contrario a Hugo Chávez. En un porcentaje muy alto (75%) los venezolanos han manifestado estar de acuerdo con señalar que, necesitamos instituciones autónomas y fuertes, permitiendo que el poder esté distribuido entre los poderes del Estado. Un porcentaje bastante menor (15%) son los que señalan que, el Presidente debe contar con un poder total y que las instituciones se sumen a sus ideas y acciones. También están aquellos que piensan (10%) que, ni el presidencialismo ni el institucionalismo han funcionado en este país.
Estos datos (Vargas, A; Reverón, Z. Paralelo 2003), sin bien plantean que la mayoría de nuestra sociedad apuesta por el fortalecimiento de las instituciones en una democracia, un sector importante de nuestro país pareciera seguir aceptando la formula presidencialista como mecanismo para salir de nuestros problemas. Este 15% es un sector que se encuentra en todos los estratos sociales, pero significativamente en los estratos más pobres (16,30%), entre las mujeres (17,3%), en los individuos con un nivel de estudio de básica (19%) y preferentemente personas vinculadas a las ideas de izquierda (19,9%).
Un reto de los partidos políticos es replantear la importancia del fortalecimiento institucional de los poderes públicos, entendiendo que es necesario cambiar la formula con la cual se ha gobernado este país y asumir, en función del bienestar común de los venezolanos y de aquellos más necesitados, nuevas estrategias que permitan el desarrollo integral de nuestro país.
