Abajo Teodoro…
La vidriera que es Internet para ver algunas tendencias, permite observar cerrazones frente a un tema de tanta importancia como el electoral de este año 2006.
La posibilidad candidatural de Teodoro Petkoff es un caso que agita posiciones de gente que lo descalifica porque él estuvo en desacuerdo con la abstención decidida el pasado 4 de diciembre.
Sin que importe que usualmente razona y explica sus opiniones, se le considera guabinoso porque ha asumido en los años recientes, a través del diario TalCual, banderas de oposición al gobierno, y otras veces de reconocimiento que frecuentemente no es complaciente, sino crítico.
La actitud de quienes pretenden que hay que estar en contra de todo lo que haga el gobierno, es la repetición de uno de los defectos que ha marcado al proceso político venezolano, y recuerda el pensamiento único de los partidos, el famoso “tubo” que los ha hecho inservibles porque no admiten disensos y menosprecian el esclarecimiento, aparte de que nuestra tradición social establece contrariar lo que provenga del adversario, aunque su intención sea buena. Es una conducta que no deja andar al país y lo destruye en diversos ámbitos de su actividad.
Al margen de que Petkoff no parezca el mejor candidato posible por las razones válidas que se arguyan, el recurso para oponérsele no debe fundarse en que no estuvo de acuerdo con la decisión mayoritaria de abstenerse en las elecciones del pasado 4 de diciembre, puesto que la postura ignora el debate democrático, y se olvida de que las mayorías pueden equivocarse. Fueron mayorías las que eligieron al Presidente Hugo Chávez.
La discrepancia se castiga muy duro entre nosotros, sin que importe que quien tiene el coraje de disentir sustente sólidamente sus argumentos. Esa respuesta destructiva ante el aspirante electoral, refleja parte de nuestro fracaso como sociedad.
Quienes desde la plaza pública de la red anulan de un tajo a quien no comulga con sus ideas, reproducen el talante del actual Presidente de la República, cerrado al escrutinio cuando politizó todos los poderes públicos, la Fiscalía, la Contraloría, PDVSA y el Banco Central, entre otros organismos.
El cuestionamiento a Petkoff no debe asentarse en sus disentimientos ni en la cuenta pendiente por ex comunista -increíble después de 40 años-, sino en debates que prueben que otros precandidatos pueden hacerlo mejor y tienen más liderazgo. No entenderlo es propiciarle otra fractura a la oposición
