Alerta con el Triunfalismo
El triunfalismo no es buen consejero, mucho menos en política. La convocatoria al referéndum revocatorio del Presidente Hugo Chávez no garantiza que éste sea revocado. Es necesario esperar el momento del referéndum y los resultados del proceso, aunque podemos prever que existen razones suficientes para su salida del Palacio de Miraflores (en esta oportunidad por la vía democrática).
En Paralelo 2003* se preguntó: Si mañana se realiza un referéndum para revocar o no revocar el mandato al presidente Hugo Chávez ¿Cuál sería su decisión? Lo resultados señalan que un 52,6% de la Población Electoral (15.667.921) votaría a favor de que se le revoque el mandato; el 34,7% votaría a favor de que continúe su mandato; el resto de las personas (12,7%) señalaron no votaría, no sabe o no responde. Los estudios parecieran indicar una eventual revocatoria al mandato presidencial; pero en los procesos sociales pueden interferir variables que modifiquen los resultados, todo dependerá del discurso y de las acciones que oposición y oficialismo asuman en los próximos días.
En otro orden de ideas, esta eventual votación en desacuerdo al mandato presidencial no implica un apoyo a los líderes de la oposición. El referéndum no es un proceso electoral, tampoco la relegitimación de un presidente o un sondeo para plantear la erradicación del chavismo como grupo político. El referéndum es la aprobación o desaprobación de las acciones asumidas por el presidente del país en un período determinado de tiempo. Pensar en estos momentos en campañas electorales para nombrar a un presidente de transición o un presidente para las futuras elecciones indicaría, desde mi percepción, una falta de visión sobre las exigencias de la sociedad venezolana. Lo que no implica un trabajo por la unidad entre los actores de la oposición; pero en función del país no de un candidato.
La consigna de que necesitamos un gobierno de inclusión no puede partir de frases elaboradas en un comando de campaña o en una mesa de creativos; debe partir de la convicción de los actores políticos de que la sociedad venezolana está conformada por grupos sociales e individuos que desean tener una participación en la vida democrática. ¿Existe desconfianza en los partidos políticos? Si existe. ¿Existe desconfianza en la Coordinadora Democrática? Sí hay desconfianza. ¿Cómo reconstruir la confianza en los partidos políticos como una de las vías legítimas para la democracia? Este es el reto en los próximos meses para los partidos políticos de oposición y para los partidos políticos que asumen el denominado proceso revolucionario. Considero que si esto no se logra, nuevamente habrá un sector del país que preferirá el voto nulo, la abstención o el voto castigo, con las consecuencias que este estilo de votación ha tenido para Venezuela. (*Paralelo 2003 es un estudio sobre opiniones y valores políticos realizado por la USB a cargo de los profesores Adolfo Vargas y Zaira Reverón).
