Opinión Nacional

Aterriza dictador, se te acabaron las vacaciones

Después de derrochar millones de dólares en su gira teatral por los países más recónditos y políticamente aislados del planeta, a excepción de Rusia y España, aterrizó con su cara muy lavada, con las manos vacías, y payaseando cómo de costumbre al arrojarle al soberano la corbata capitalista que tenía puesta cual souvenir de feria parisina. ¡Pero que va!, ya el dictador en jefe aburre, no arrastra pueblo, y lo peor de todo para él y sus “lameculos” boli-burgueses, es qué la gente les perdió el miedo. El pueblo de a pie se encuentra hastiado de tanto histrionismo mediático castro-chavista, vacío e irracional. Nadie puede engañar a todo un pueblo por tanto tiempo, sobre todo si ese mismo pueblo es el qué día a día sobrelleva la carga de un desgobierno incapaz, totalitario y corrupto.

Hasta hace algunos años atrás cada vez que el monarca caribeño regresaba de algún periplo presidencial, los menesterosos chavistas esperanzados y estimulados por la maquinaria mediática del régimen, desbordaban el balcón del pueblo y las adyacencias del palacio en honor al “führer barinés”. Pero hoy en día el hambre hace mella en sus desgarbados cuerpos, y la fatiga social los lleva a recapacitar ante semejante corruptela mil millonaria e insaciable. El recibimiento “escuálido” que el pueblo chavista le deparó ayer a su iluminado profeta, fue de antología. Cuatro miserables pelagatos, cómo decimos en criollo, y los cinco chupa-medias obligatorios del régimen, fueron testigos de primera mano de la debacle chavista, y del desmoronamiento de Chávez cómo mito gobeliano.

Lo que venimos exponiendo reiteradamente varios columnistas venezolanos desde hace algún tiempo para acá, ha quedado en evidencia en las últimas movilizaciones gobierneras: Chávez está cada día más sólo y el trabajo de hormiguita realizado por los verdaderos dirigentes sociales en los distintos barrios y caseríos del país, empieza a dar sus frutos. Ha sido un proceso largo y tortuoso, pero el pueblo no es pendejo y poco a poco ha ido despertando. El chavista que hasta hace algunos años comía tres veces al día y se rebuscaba la vida por aquí y por allá, ahora de repente come una sola vez y carga en su alma el pesar del hijo asesinado, de la hija violada, o del rancho que se le fue por un barranco en medio de un aguacero.

Es precisamente ese chavista desencantado y utilizado, que hoy en día ve a un barrigón dictador en el balcón del pueblo arrojando a sus súbditos una corbata europea de 3.000 dólares, y se “caga” literalmente en la madre de Chávez. Es esencialmente ese odio visceral de saberse utilizado y engañado, que aunado al espíritu democrático de la mayoría del pueblo venezolano, dentro de muy poco dará al traste con Chávez y todo lo que huela a chavismo. El hambre no engaña, y la muerte mucho menos. No importa que la dictadura controle el 80% de los espacios radioeléctricos del país, no importa que cierren todos los canales opositores, no importa que encierren a los líderes de la resistencia democrática, no importa que asfixien a las empresas privadas,

no importa que se burlen y acorralen al estudiantado venezolano, no importa que el dictador amenace y se vea potentado ante sus “lameculos” tarifados de comparsa, nada de lo que haga el régimen importa ya porque su destino está decretado y la “revolución” castro-chavista se jodio para siempre. Sencillamente no procede, es incompatible con la esencia misma del venezolano, y poco a poco la providencia ha ido colocando cada cosa en su lugar.

Obviamente el régimen seguirá reprimiendo y amenazando, no le queda otra, es el pataleo del ahogado. Ellos de ahora en adelante lucharán por mantenerse en el poder la mayor cantidad de tiempo posible, porque saben lo que les espera una vez sean defenestrados del Edén petrolero en el que se encuentran. Nosotros en contraparte, batallaremos por derrocarlos a la brevedad posible para reclamar lo que es nuestro por esencia y dignidad. Lamentablemente para Chávez y su combo, nosotros somos millones, ellos son unos pocos. Nosotros contamos con la razón y la verdad, ellos con las armas del miedo, la represión y el engaño. Los días porvenir serán sumamente fuertes y emotivos, pero decisorios. Es ahora cuando nuestro talante democrático y libertario debe imponerse a toda costa a través de la unidad. Ha llegado la hora de decirle frontalmente al führer barinés: ¡Aterriza dictador, se te acabaron las vacaciones!

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