Opinión Nacional

Bolívar, Lenin y Hugo Chávez en la Revolución bolivariana

1. ¿Necesita América Latina un Lenin?

Sin Vladimir Iljitch Uljanow, conocido como Lenin , la Revolución Socialista de Octubre 1917 en Rusia, probablemente no se hubiera dado. Fueron sus Tésis de Abril las que cambiaron el rumbo de la transición democrático-burguesa rusa, para convirtirla en el Socialismo del Siglo XX, el socialismo bolchevique. ¿Cómo fue posible que Lenin, con el apoyo de Trotski, lograra dar un salto cualitativo al proceso de modernización burguesa del régimen zarista, redirigiéndolo hacia una civilización poscapitalista: en contra de la burguesía, del imperialismo, de la autocracia, de la izquierda socialdemócrata y liberal (mencheviques, socialrevolucionarios, Plechanow, etc.), de importantes sectores del futuro Partido Comunista (Kamenew) y de argumentos de su propia posición “desarrollista” de 1905?

Y, la pregunta decisiva. ¿Es posible que en el actual proceso de modernización democrático-burgués bolivariano se repita la hazaña de Lenin para que nazca el Socialismo del Siglo XXI? Y, en caso de que sí, ¿quién es el Lenin americano?

2. Lenin hace la Revolución —copernicana— en un tren

Con la ayuda de la diplomacia secreta alemana y del revolucionario suizo Fritz Platten, asesinado en 1942 por Stalin, Lenin regresa del exilio suizo de Zurich a San Petersburgo, el 3 (16) de abril de 1917. En el tren escribe el programa del salto cualitativo hacia la Revolución proletaria que cambiará la historia del mundo: las Tésis de Abril. Es un programa de transición que contradice diametralmente todos los proyectos políticos existentes en Rusia, incluyendo el programa de transición elaborado el día anterior por los Soviets, los Consejos de Obreros, Soldados y Campesinos, donde más del 70 por ciento de las organizaciones de base de los mencheviques y bolcheviques votaron por la reunificación del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia (POSDR). Solo un titán, un gigante del pensamiento como Galileo o Mao, podía atreverse a desafiar el status quo de esa manera.

3. Lenin y Trotsky crean el Socialismo del Siglo XX

La ruptura teórica-estratégica que plantea el nuevo paradigma, el programa de transición al Socialismo del Siglo XX, no puede ser más drástica. Donde los Soviets demandaron la reunificación de los mencheviques (socialdemócratas) y bolcheviques (revolucionarios) en un solo partido, Lenin insiste en la constitución de los bolcheviques en Partido Comunista autónomo y de una nueva Internacional obrera como vanguardias de transformación socialista; en lugar de reconocer el Gobierno Provisional burgués (Kerenski), Lenin quiere su derrocamiento y el reforzamiento de los Soviets; en vez de la constitución de una República parlamentaria burguesa, insiste en la formación de un Estado republicano popular según la experiencia de la Comuna de Paris; en lugar de la “socialización agraria” (comunalización) de los “Socialrevolucionarios”, propaga la nacionalización de toda la tierra bajo control proletario; y, en lugar de la revolución democrático-burguesa, quiere la revolución social anticapitalista, como única vía para alcanzar la paz, la tierra y la libertad.

4. ¿Cuando es precoz el socialismo?

La idea central de las Tésis de Abril, de que la revolución burguesa había llegado a su fin y que era imperioso pasar por la vía de las armas a la “segunda etapa de la revolución”, la socialista, desató un fuerte debate en la izquierda rusa. Ambos lados en este debate podían apoyarse en textos de Karl Marx y Friedrich Engels, por ejemplo, la célebre Introducción a la Crítica de la Economía Política y, de hecho, en algún argumento de Lenin contra el romanticismo anarquista. Plechanow, Kamenew, los mecheviques, et al., sostuvieron que no había condiciones objetivas en Rusia para hacer la revolución socialista y que el intento de hacerla llevaría a la catástrofe. Lenin, en cambio, se basaba en las trágicas experiencias de la Comuna de Paris y su minucioso análisis del grado industrial-político de desarrollo de Rusia, para justificar sus tésis de vanguardia, toma y centralización socialista del poder.

Se trata de un debate complejo sobre las condiciones necesarias y suficientes de la transformación macrosocial, sobre el cual no hay una solución deductiva posible, sino solo soluciones casuísticas (de caso) con probabilidades diversas, cuya viabilidad real se sabe post festum. Por eso, la dissolución de la URSS en 1991 no demuestra que los mencheviques tuvieron razón en 1917, en el sentido de que solo la revolución democrático-burguesa era posible y el Socialismo del Siglo XX no; como tampoco demuestra que Lenin no iba a realizar las Tesis de Abril. Lo único que se puede afirmar es que el paradigma de Lenin fue funcional para la organización política-militar-social de la toma de poder y que su temprana muerte privó al proyecto histórico del Socialismo del Siglo XX de la vanguardia que lo había creado; dejándolo en manos de un centrismo terrorista (Stalin) que lo iba a destruir.

Lenin y su fracción hegemónica del Partido eran el mejor y, posiblemente, único autocorrectivo del Nuevo Projecto Histórico que podía impedir su involución revisionista o su desnaturalización antidemocrática. Las críticas de Lenin, en gran medida públicas, a la nefasta burocracia estatal “zarista” del nuevo Socialismo del Siglo XX, a los funcionarios del Partido y al “chovinismo granruso” de Stalin, que culminaron en su preparación de destitución de Stalin, demuestran que había detectado el peligro de la destrucción de la Revolución desde adentro (Fidel dixit sobre Cuba) y que, posiblemente después del triunfo en la guerra civil y la remoción del stalinismo, hubiera cumplido con el programa del Estado republicano popular y democrático de la Comuna de Paris.

5. Bolivar y Lenin en la Revolución bolivariana

Al igual que Lenin en su momento, Simón Bolívar entendía que ningún proyecto político indigenista o criollo existente en la América hispánica podía romper y sustituir el yugo colonial. El modelo civilizatorio que sí tenía el alcance estratégico para lograr tal fin, lo encontró en la revolución burguesa europea, hecho, por el cual lo importó, lo acondicionó a las condiciones sudamericanas y lo implementó. Bolívar, al igual que Lenin, dió el salto cualitativo hacia una nueva civilización, convirtiendo un conflicto de hegemonía en una revolución social. El Libertador latinoamericano vió en vida la destrucción de la transición democrático-burguesa por la anihilación oligárquica de la vanguardia; el Libertador europeo vio nacer el Thermidor de la contrarrevolución interna, pero su muerte imposibilitó la salvación vanguardista de la transición socialista.

6. El papel de Hugo Chávez

Es indudable, que Hugo Chávez tiene innumerables meritos en la reactivación del paradigma civilizatorio de Bolívar que ninguna historiografía objetiva puede borrar. La pregunta, sin embargo es, si puede convertirse en el demiurgo de un salto cualitativo al Socialismo del Siglo XXI, tal como lo fueron Lenin con el salto cualitatitivo al Socialismo del Siglo XX y Bolívar con el salto cualitativo al régimen burgués del Siglo XIX.

El record de la política presidencial desde su consolidación en el poder (2003) no induce a albergar grandes esperanzas. En cuanto a la institucionalidad económica del Socialismo del Siglo XXI, la economía de valor y de equivalencia, el Presidente no ha avanzado ni un ápice en seis años. Ha perdido la oportunidad de oro del salto cualitativo en su prolongado cenit de poder (2004-2009), y no parece probable que la pueda recuperar, porque en unos ocho meses comenzará la fase virulenta de la agresión militar colombo-estadounidense, cuyo efecto se potenciará por la frágil situación económica de Venezuela, su deplorable situación de inseguridad interna y la derrota estratégica política, psicológica y militar del Bolivarianismo, en Honduras y Colombia. La equivocada política del appeasement ante Uribe y Obama, en ambos conflictos, se pagará cara en el futuro cercano.

7. ¿Hay vanguardia?

Si no se da un salto cualitativo en la política de Hugo Chávez, queda como único presidente capaz y dispuesto de desarrollar una economía política del Socialismo del Siglo XXI, Rafael Correa. El vicepresidente boliviano Álvaro García Linera, considerado por el secretario general de la CLACSO, Emir Sader, como el “más importante intelectual latinoamericano contemporáneo”, es, sin duda, un brillante pensador. Sin embargo, el horizonte estratégico de su pensamiento lo constituye el “capitalismo andino”, no el Socialismo del Siglo XXI. Por lo tanto, la probabilidad de un sujeto gubernamental de vanguardia del Socialismo del Siglo XXI en América Latina parece superior en el caso del Ecuador que en cualquier otro país latinoamericano. Siempre que el Presidente logre trascender su reticente entorno ministerial y la futura agresión colombo-estadounidense.

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