Cánteme otra, esa ya no me da sueño…
Coloco los dedos sobre el teclado y mi mente comienza a producir especies. Sueño con aquella patria bonita, que se asoma todos los días al Caribe y que llena de esperanzas, forjó las mentes de los venezolanos que hoy repudiamos esta anarquía destructiva que nuestros corruptos gobernantes llaman la esperanza de futuro, la solución socialista o la voz del pueblo hecho mandato. Veo sus rostros cargados de odio, hablando de amor infinito y leo en sus palabras la inconsistencia que requieren para sostener esta comedia, que cada vez hace reír a menos personas. Mi sueño, cada día más cerca, se llena de las fantasías que produce esta debacle, que nos acerca irremediablemente a una solución temprana. La verdad, está a la vuelta de la esquina. Venezuela estará de regreso en cualquier momento. La Venezuela en la que todos cabemos.
Un pequeño país de Centroamérica, ahora levanta sus voces contra Chávez. Poco nombran a Zelaya, su gesta es contra Chávez y en esa claridad de objetivos, están produciendo un daño irreparable a quien cree tener la misión divina de conquistar al continente en nombre de su revolución. De nada valieron los cien tractores que Venezuela les envío de regalo en el pasado mes de febrero. La dignidad de Honduras, su destino y su futuro no se compra con máquinas. En febrero eran un pueblo honroso, levantándose de las cadenas del capitalismo, abriendo sus brazos hacia la nueva senda en la patria grande americana, ahora –en la mente de estos fantoches- son unos oligarcas burgueses, fascistas y golpistas que acabaron con la esperanza del pueblo. ¿Cuál pueblo Chávez? Abra los ojos, porque el pueblo de Honduras, le dio la espalda a su engaño. Un pueblo digno no se compra con espejitos y cuentas de colores provenientes de esta nueva clase de palurdo imperialismo.
Nuestro pueblo observa, analiza, va llegando a conclusiones y como suelo decir, llegamos a un punto en que la salida de esta pesadilla, podría estar a horas de distancia. Han acumulado puntos suficientes para ganarse ese privilegio. Han generado división, rabias, desilusión y han mentido con descaro a este pueblo. Están muy apurados por hacernos ver que en Honduras hay unos gorilas, tendiendo un cerco mediático, para oprimir a un pueblo. Se les chorreó el cuento, pues lo que estamos viendo es otra historia, diferente a la que nos quieren inyectar a fuerza de repeticiones desde su propio cerco mediático.
El venezolano aprende muy rápido y la historia que se está escribiendo en Honduras, está produciendo grandes lecciones, de esas que dejan huella en los pueblos. A los venezolanos este cuento ya no lo hace soñar. Esta pobre y repetida canción de cuna perdió su poder adormecedor y las caras tristes y repetidas de nuestras “nanas” producen cada día más aburrimiento. Algo grande está por venir, estamos despertando de este marasmo que cerró nuestros ojos por una larga década.
