Opinión Nacional

Chávez, los pajaritos y el CNE

Empezó como una inocente curiosidad. Luego tuvo la expresión de una manía. Hoy, confieso, estoy atrapado por un compulsivo vicio. Como todo caraqueño sufro y desperdicio todos los días valiosas horas en el tráfico. Para sacar algún provecho de esta calamidad me di a la tarea de verificar una personal estadística: de cada diez veces que enciendo la Radio Nacional de Venezuela, en ocho oportunidades está hablando el teniente coronel Chávez. Las otras veces, suele ser el tema de la emisión.

El pasado 12 de octubre no hubo excepción. Ni yo dejé el vicio, ni el Jefe del Estado estaba ausente de la radio. Sintonicé y allí estaba el Presidente en un acto de conmemoración del 12 de octubre. A los pocos segundos oí a un eufórico Chávez solicitando a una niña de una etnia indígena del Zulia lo invitara a visitar su comunidad para “ver los pajaritos” (sic). Detuve el vehículo y en ese instante estuve dispuesto a pagar lo que fuera por ver la cara de Chávez cuando la niña le respondió: “Sí, lo voy a invitar pero no para que vea los pajaritos sino todos los problemas que tenemos allá. Lo voy a invitar –agregó la pequeña- para que vea como se está cayendo la Escuela Bolivariana”. Al día siguiente, gracias al “Usted lo vio” de Globovisión, exonerado de pago, pude apreciar personalmente la patética situación: un Presidente mediático, que no pierde ocasión de estar en la platea, que pretende montar un show por donde quiera que pase, desaforado como anda en estos días interviniendo abusivamente en una campaña para autoridades regionales, profeta anacrónico del comunismo castrista, pintor de los pajaritos preñados del socialismo del siglo XXI (sic), recibiendo tremenda bofetada en la cara.

La niña, hermosa en la dignidad de su cultura, de su temple y talante, en patético contraste con la audiencia roja rojita, sumisa y aplaudidora de oficio, confrontaba al Presidente con la realidad de los pueblos indígenas de Venezuela, que no están allí en sus comunidades como decorado pintoresco ni para estar recibiendo a turistas para que vean pajaritos. “Sí, vamos a invitarlo para que vea los problemas que tenemos allá” dijo claramente la niña. Y para que lo entendiera bien le dijo no en su lengua ancestral sino en perfecto castellano, “la escuela bolivariana está derrumbada”.

Si el teniente coronel Chávez no estuviera pendiente sólo de ver pajaritos en las comunidades indígenas, estaría investigando las denuncias que ha hecho el Foro por la vida sobre presunta violación de derechos humanos a indígenas de la Sierra de Perija. Estaría preocupado, como si parece estarlo la Organización Panamericana de Salud, por una extraña enfermedad que acaba con la vida de aborígenes de la etnia Warao; algo habría hecho por los compatriotas indígenas que piden limosna en las calles de Caracas.

Pero el Presidente no gobierna. El Presidente está en televisión. El Presidente está en la radio. Yo me lo encuentro 8 de cada diez veces que enciendo la Radio Nacional de Venezuela. El presidente está en campaña, y quienes también parecen estar viendo pajaritos son los rectores del CNE que no actúan con firmeza ante el abusivo ventajismo del Jefe del Estado y de su partido en la campaña para las elecciones regionales del próximo mes de noviembre.

Ineficientes para elaborar una ley electoral que garantice estabilidad, seguridad y transparencia en los eventos electorales, y acabe de una vez por todas con el pernicioso mecanismo de las normas sobrevenidas; indolentes antes los abusos y violaciones durante la precampaña (sic); tardíos en la publicación de las Normas de publicidad y propaganda para el actual proceso; cómplices e inoperantes frente a los desplantes y violaciones del gobierno, a apenas unas cinco semanas de los comicios, el CNE, presunto Poder Electoral, no cumple con el mandato constitucional de garantizar la igualdad, confiabilidad, imparcialidad, transparencia y eficiencia de los procesos electorales. A los múltiples reclamos de organizaciones sociales defensoras de derechos políticos y civiles, de partidos políticos (incluidos los aliados del partido del Presidente), de medios de comunicación, se suma ahora la iglesia venezolana: “Parece que son personas que no oyen, ni ven los abusos que se están cometiendo cuando el Presidente de la República utiliza sus espacios para promover a sus candidatos”.

Sin embargo, los ciudadanos que queremos vivir en democracia no debemos distraernos con estos veedores de pajaritos, ni ceder ante la conspiración institucional en contra de la Constitución. Debemos elegir autoridades regionales comprometidas con los ciudadanos y no funcionarios que de la mano de Chávez conspiren contra las regiones.

Y la consigna es: elegir bien, votar y vigilar.

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