Chávez y sus carros virguitos (sic)

o quiero hacerme eco de los numerosos comentarios que circulan en la web según los cuales la rectora Tibisay Lucena pasa tanto tiempo en la peluquería que no ha podido enterarse de las denuncias sobre violaciones del Presidente Hugo Chávez a las normas de publicidad y propaganda dictadas por el organismo electoral que ella preside. Prefiero atenerme al protocolo que recomienda no hacer críticas ad hominen, pero si quiero consignar mi indignación por sus declaraciones del miércoles pasado que descalifican las numerosas denuncias del ventajismo oficialista como un asunto mediático: “Ante el CNE aún no tenemos ningún tipo de denuncia. En el caso que así lo fuese nosotros, seriamente (sic), lo analizaremos y tomaremos una decisión”. Si Luís, diría mi sobrino.

Valdría la pena preguntarse qué entiende la señora Lucena por mediático: ¿acaso es un problema que los medios de comunicación transmitan y difundan, como es su misión, las numerosas denuncias sobre ventajismo electoral que desde la sede del propio CNE han hecho público distintos voceros de organizaciones políticas? ¿Es acaso mediática la contundente posición institucional del rector Vicente Díaz quien ha sido enfático en aclarar, en estricto apego a la Constitución, que el Presidente de la República se coloca fuera de la ley cuando interviene indebidamente en la campaña electoral? “No hemos recibido ninguna denuncia” ha declarado la rectora Lucena. Pero qué quiere la rectora que se denuncie cuando es su obligación constitucional garantizar la igualdad, confiabilidad, imparcialidad y transparencia de los procesos electorales. ¿No ha observado nada extraño en el uso arbitrario, indiscriminado y excesivo de las cadenas presidenciales que copan todo el espacio radioeléctrico con alocuciones que no pueden catalogarse de interés general, y que por el contrario impiden el libre flujo de la información y de la opinión, y atentan contra la pluralidad de la opinión pública nacional? ¿No entiende la rectora Lucena que el abusivo uso de las cadenas, que ella al frente de su organismo tenía la facultad de reglamentar en el marco de un proceso eleccionario, produce un desequilibrio en la campaña electoral prevista para el próximo 23 de noviembre de 2008? ¿No valora que los electores podrían estar influenciados por una sola tendencia política, impidiéndosele a la ciudadanía, durante ese tiempo de transmisión, obtener información adecuada sobre las otras ofertas electorales, lo cual podría inducir a los electores a tomar una decisión no deseada de haber contado con una información equilibrada?

“No hemos recibido ninguna denuncia” anuncia, a los medios, la rectora Lucena. Pero, por favor rectora ¿No ha sido advertida usted de las amenazas, insultos, groserías, descalificaciones del Jefe del Estado contra casi todos los candidatos a gobernadores y alcaldes distintos a los de su tolda política? ¿No se ha enterado de las amenazas del ciudadano Presidente de no entregar los recursos del situado constitucional a las regiones que decidan votar por candidatos distintos a los del partido del gobierno? ¿No ha visto usted en las calles y avenidas de Caracas, en publicaciones periódicas, la proliferación de carteles y anuncios con fotografía del Jefe del Estado al lado de candidatos a gobernaciones y alcaldías? ¿Qué tarea cumplen los fiscales electorales, cuyo número ha sido aumentado, si no le han presentado a usted oportunamente un informe con las flagrantes violaciones que han alguno casos tipifican como noticia criminis?

Voy a referirle un hecho que quizá pueda darle cuenta del bajo talante de las declaraciones del Jefe del Estado. Quizá no tenga el estatuto de una denuncia pero atiéndalo al menos como información relevante. En días pasados en un acto político en la ciudad de Maracaibo, cuya cobertura fue prolija por los medios en poder del Estado, Hugo Chávez (como Presidente de la República, como presidente de su partido, vaya usted a saber) pidió a la audiencia militante que seguía su intervención, comprometerse con el traslado de votantes el día de las elecciones y ofreció canjearles los viejos “catanares” por carros virguitos (sic). Presidente de la República o presidente de un partido no cree usted que la Ley la obliga a usted a velar por la transparencia de los financiamientos, la calidad de las ofertas político electorales y de averiguar de dónde saldrán los recursos para esos carros virguitos que Chávez ofreció en el Zulia. ¿A apenas veinte días del cierre de campaña, hasta cuándo seguirá usted esperando una denuncia.