Opinión Nacional

China empieza a usar el espacio para usos militares

China se apresta a desarrollar aparatos caza-satélites y quiere ser la primera en llegar nuevamente a la Luna, y luego a Marte, en una nueva guerra fría que se escenifica sobre nuestras cabezas, aunque muchos preferirían que se usaran esos recursos para defender a la Tierra de un probable choque con un asteroide.   

La noticia reciente del hallazgo de abundante agua en la Luna quizás mantenga vigente el programa lunar  estadounidense pero todo indica también se acelerarán los planes espaciales de China, ya que ambos países han fijado como el 2020 como el “año del regreso del hombre a la Luna” y se ha convertido en una cuestión de prestigio nacional quien lo haga primero, como lo fue durante la guerra fría entre EEUU y la URSS.

  Según declaró a CNN el jefe del Comando Estratégico de EEUU (STRATCOM), Kevin Chilton, quien se entrevistó recientemente con altos funcionarios militares chinos que visitaban las instalaciones espaciales y militares estadounidenses, para China es una cuestión vital un desarrollo rápido en materia espacial y hasta en el ciberespacio, campos que tienen que ver con el poderío militar. De hecho, aunque China no está tan adelantada como EEUU en esas materias, ya enviaron a tres astronautas en órbita, hicieron una caminata espacial y se preparan para lanzar una estación orbital, y –en la próxima década— traer muestras lunares a la tierra con un robot, para luego enviar un hombre a la Luna, como entrenamiento para un eventual viaje a Marte.

China ya inició el uso militar del espacio

   La sospecha de que su programa espacial tiene un fuerte componente militar ya fue confirmada con la voladura en 2007 de un viejo satélite chino con un cohete desde la Tierra, como una advertencia para eventuales enemigos. La explosión dejó los restos del satélite en órbita, poniendo en peligro alguna futura misión o incluso las actividades de la Estación Espacial Internacional, iniciativa de la cual no forma parte China. Según revelo STRATCOM, China ha progresado rápidamente en materia militar-espacial y su proyecto siguiente involucra a la persecución y destrucción de satélites con un aparato similar en órbita, una especie de “caza-satélites”, algo que apenas se había delineado en la famoso proyecto “Star Wars” de Reagan en los años 80, que fuera archivado al terminar la guerra fría. Pero ahora EEUU podría reeditar un proyecto similar aunque la crisis fiscal los obligue a ser más austeros en materia de proyectos espaciales. Ya China está desarrollando un poderoso cohete, el Gran Marcha V, que superaría en carga útil al Ares I que la NASA probará en 2011, después de haber ensayado sus ‘boosters’ a  fines de octubre del 2009, pues el cohete reemplazará al poderos Saturno V, que llevó al hombre a la Luna en el programa Apolo y colocan normalmente en órbita a los trasbordadores.

   Se trata entonces de llevar lo que STRATCOM llama “actividades contra-espaciales” a la órbita terrestre e incluso a nuestro satélite natural, algo que seguramente ha estado siempre en los planes de Washington, pero que la menor conflictividad con la URSS y luego con Rusia, había reducido considerablemente en intensidad y alcance. Apenas recientemente, el Pentágono probó un potente rayo laser para “cegar” satélites desde la Tierra y desviar su curso. No hay duda que, de seguir con esta absurda carrera armamentista, y a falta de normas para regular su uso, el espacio dejaría de ser un campo para la experimentación y el conocimiento científico, para convertirse en una nueva competencia por el predominio geopolítico y militar.

Poniendo al programa espacial en un uso útil

  Los conocedores en materia espacial preferirían que los países con tecnología espacial cooperen más bien en el desarrollo de métodos para proteger a la Tierra de una eventual amenaza desde el espacio profundo, ya que –según los astrónomos— no es impensable que nuestro planeta sea el blanco eventual de algún asteroide o cometa errante, como ya ha sucedido en el pasado remoto, causando la extinción de los dinosaurios hace 65 millones de años.  Esta materia fue tratada a fondo en un episodio de la serie “El universo”, del canal History, donde se habla de atajar al amenazante cuerpo celeste antes de que impacte con la Tierra, sea destruyéndolo o desviándolo de su curso.  

   Para ese vital propósito están en los planes de la NASA –al menos en el aspecto teórico- que una manera sería enviar una sonda enviada desde la Tierra haga estallar una bomba atómica en su núcleo, pero todo depende del tamaño del mismo, con el inconveniente de que los fragmentos del asteroide sigan su rumbo y sean igualmente destructivos. Otra manera sería lanzar una sonda enorme con una gravedad tal que la atracción natural hacia el asteroide lo desvíe de su curso. Otra manera es aterrizar en el cometa y colocar allí un cohete para desviarlo. Estas técnicas ya no son parte de una película de ciencia-ficción sino que han sido parcialmente ensayadas en la misión Impacto Profundo de la NASA, que hizo impactar una sonda en el núcleo del Cometa Tempel I el 4 de julio del 2005, para fines científicos, pero teniendo en mente una posible misión de salvataje de nuestro planeta. De ahí que muchos expertos proponen que las naciones espaciales cooperen en un proyectos útiles y vitales en lugar de concentrarse en los aspectos militares, que no aportan beneficios a nadie excepto en términos del “orgullo nacional”. Obviamente se trataría de un proyecto que tendría el respaldo unánime de todas las naciones, ya que estaría en juego el futuro de la humanidad.   

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