Cómo derrotar a las bandas delictivas del Gobierno
Los periodistas de la Cadena Capriles que fueron objeto de la agresión de las bandas asesinas y cobardes del gobierno no pueden, ni en sueños, esperar que sus agresores serán juzgados y menos aún sentenciados y condenados. Son numerosos los casos en que estos grupos de hampones bajo el mando directo de Hugo Chávez agreden a los ciudadanos que manifiestan su desacuerdo con los atropellos gubernamentales.
Desde el exilio, veía en televisión como una de las periodistas agredidas por estos delincuentes explicaba que no hubo ninguna riña, es decir, que no hubo un enfrentamiento entre los dos grupos, que los periodistas no respondieron a las agresiones de los hampones del chavismo. Y en mi opinión, lo grave de la situación, es precisamente que no se produjera un enfrentamiento entre los dos grupos, sino que quienes ejerciendo su derecho a protestar permanecieran impasibles ante la agresión de estos delincuentes oficialistas. Que en una actitud de Gandhis, que se sometieran a la agresión en plan de “pacifistas”.
Evidentemente, que frente a la agresión de una turba armada es poco lo que podían hacer las víctimas, los periodistas de la Cadena Capriles, que protestaban contra la inclusión en la Ley Orgánica de Educación de normas que coartan la libertad de expresión. Pero el hecho objetivo es que estos grupos, con la complicidad de la Policía Metropolitana y la Guardia Nacional, agreden a quien se les ocurra o a quien Chávez les ordene agredir, sin que encuentren una respuesta contundente de parte de los agredidos, que son siempre ciudadanos pacíficos que, erradamente, creen estar viviendo en un país donde se respetan la constitución y las leyes.
Y más grave aún es que ese camaleón del periodismo, Eleazar Díaz Rangel director de Ultimas Noticias, diario en el cual prestan servicios los agredidos, tratara de justificar la agresión alegando que «probablemente los agresores no sabían que se trataba de periodistas». En otras palabras, según Díaz Rangel, si los manifestantes no eran periodistas estaba justificada la agresión. Aquí se le vieron las costuras a este falso profeta de la ética del periodista y la libertad de expresión, ensalzado hoy por Chávez por la posición cobarde y cómplice asumida por él ante la agresión de que fueran víctimas sus subalternos.
Frente estas continuas agresiones de los “ton tom macoutes” del chavismo, quienes creaan que habrá una acción del Ministerio Público, no queda otra alternativa que calificarlos de “bolsas o pendejos”. Esas agresiones, mientras no tengan una respuesta contundente no cesarán. Es de ilusos pensar que con posiciones pacifistas esas agresiones se detendrán. Esas agresiones son parte de una política gubernamental, dirigida desde Miraflores y con la complicidad de las fuerzas armadas, especialmente con la complicidad y el apoyo logístico de la Guardia nacional.
Esas agresiones de los grupos hamponiles del régimen dirigidos desde Miraflores, mientras no haya una respuesta contundente de los agredidos, continuarán y se harán cada día más violentas. Mientras los agresores no sean repelidos con medios más eficaces que los empleados por ellos, los ataques serán más violentos.
De manera, que la respuesta ante esas agresiones tiene que ser certera, si tiran una botella, hay que devolverles una botella pero en forma de molotov. Si tiran una piedra hay que responder con cien peñonazos. Si hacen un disparo hay que responderles con una ráfaga. Y les puedo asegurar, sin temor a equivocarme, que cuando eso suceda esos grupos, conformados por cobardes drogados y envalentonados por el apoyo oficial, al igual que su jefe, Hugo Chávez, se meterán el rabo entre las piernas. Basta de hacer el papel de pendejos hay que darles con todo y verán como la cobardía de los apoyados por el Iluminado de Sabaneta sale a flote. De tal palo tal astilla, reza el sabio dicho popular . Para concretar, hay que «joderlos» con todos los hierros.
