Opinión Nacional

Condecoración Gorichaveti

La publicación del remitido
contra el gobierno de facto en Honduras firmado por las presidentas que el
teniente coronel Chávez tiene al frente de los poderes públicos venezolanos
trajo a mi mente el curioso vocablo de “disociación psicótica”.

Los partidarios del teniente
coronel suelen valerse de la expresión disociación psicótica para denigrar de
los opositores que no se tragan la monserga del socialismo del siglo XXI y
protestan ante los ataques sistemáticos a la libertad de expresión, a la
autonomía de los poderes públicos y otras violaciones a la Constitución. La
expresión, una entre tantas de tan prolífica revolución bolivariana,
nominalista como ninguna, no deja de causarme risa si bien no tengo muy claro
la validez o pertinencia de tal vocablo. Por el contexto en que suelen
utilizarla creo entender que “disociados” son todos aquellos que ven televisión
y escuchan la radio privada; que disociación psicótica es una enfermedad que producen los
medios y en particular Globovisión al mostrar realidades y divulgar opiniones
que no se compadecen con los logros de la revolución (sic).

Releo el remitido contra el
gobierno de facto en Honduras de las presidentas que el teniente coronel Chávez
tiene al frente de los poderes públicos venezolanos y el término disociación
psicótica me aparece persistente como la luz intermitente de una alarma sobre
todo cuando reparo en el nombre de una de sus signatarias, la señora Luisa
Estella, Presidenta del Tribunal Supremo de Justicia. Dejaré los resquicios de
esta curiosa asociación mental para profesionales de la psicología, pero en lo
personal he encontrado un indicio de respuesta leyendo el nuevo recurso de nulidad
por razones de inconstitucionalidad e ilegalidad contra el «Decreto-ley
Orden 4F»(Condecoración Gorichaveti) quela asociación civil Ciudadanía
Activa presentó esta semana ante el Tribunal Supremo de Justicia. Sin disponer
de ningún entrenamiento o competencia psicológica para validar mi intuición,
algo me indica que la curiosa asociación mental con la frase “disociación
psicótica” tiene relación con la señora Luisa Estella, que, en su condición de
magistrada ponente y presidenta de la Sala Constitucional, desestimó (por
supuesto desintéres de la parte reclamante) una primera acción de Ciudadanía
Activa contra el “Decreto-ley Orden 4F» (Condecoración Gorichavete). Este
decreto, en la consideración de esta ONG promotora de los valores democráticos,
constituye una apología del delito, una transgresión de la misma entidad de la que
ella, Luisa Estella, rechaza públicamente en su remitido contra el golpe en
Honduras.

Recordemos que este “Decreto-Ley Orden 4F”,establece en su primer artículo que: “El objeto de
la presente Ley es crear la condecoración “Orden 4 de Febrero” en su única
clase, destinada a reconocer el heroísmo, la excelencia, la abnegación de
servicio, y el patriotismo bolivariano de
todas aquellas personas militares, civiles y los estandartes y Unidades
militares, que con su ética y responsabilidad personal de servidor público, el
día 4 de Febrero de 1992, lucharon con gallardía contra el viejo paradigma de
la democracia bipartidista y corrupta, con el propósito de refundar la
República y así darle paso a esta nueva alternativa”. (El lector puede agregar
la grosería de su gusto).

Sin dejar de
lado otro de los aspectos sustanciales de la iniciativa de nulidad de este
decreto ley, como lo es la denuncia de la no correspondencia de una orden
destinada a «reconocer el heroísmo, la excelencia, la abnegación de
servicio, y el patriotismo», con las directrices, propósito y
marco de las materias delegadas en la «Ley Habilitante», lo que se
pone de bulto es que el “Decreto-Ley Orden 4F»(Condecoración Gorichaveti)pretende
exaltar a las personas que
contribuyeron a la ejecución del golpe de estado dado en Venezuela el 4 de
febrero de 1992. Exaltar un día sangriento, en el cual unos militares felones
tomaron las armas de la República para sacar del poder a un presidente
constitucional, no puede sino ser objeto de rechazo de quien se considera
demócrata.

Las armas no son el camino para
cambiar gobiernos, sino los votos que expresan la voluntad popular. El cruento
intento de golpe militar del 4 de febrero de 1992 y su glorificación en el Decreto-Ley
Orden 4F»,en lugar de impulsar y
promover los principios democráticos, promueven los principios de la violencia
y de las armas. Quien firma un remitido rechazando un golpe militar en el
hermano país de Honduras no puede sino actuar diligentemente en resguardo de
los principios democráticos de la Constitución venezolana y, en consecuencia,
deberíaanular la Condecoración Gorichaveti. Está en sus manos. Y es público y notorio el interés de la parte
reclamante.

¿ O será que también sufro de
“disociación psicótica”?

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