Consideraciones sobre la nueva Ley de Cultura
La nueva Ley de la Cultura sancionada por la Asamblea Nacional genera el debate en el ámbito cultural, a continuación algunas consideraciones sobre la Ley:
1. A pesar que sectores críticos al gobierno se sumaron a la consulta pública, las recomendaciones que se realizaron no fueron tomadas en cuenta, con lo cual, la ley carece de amplitud en su concepción.
2. En más de 26 artículos de los 44 de la ley, se nombra al Estado como ente regulador de la actividad cultural, por lo tanto, se convierte en una ley estatista con poca participación de los sectores de la sociedad, las recomendaciones de Unesco en esta materia señalan que las políticas públicas culturales deben ser diseñadas por los actores públicos y privados en conjunto.
3. Las empresas que generan ingresos superiores a 20 mil unidades tributarias deberán asignar el 1% de su Utilidad Neta al Fondo Nacional de la Cultura, nuevamente el gobierno, en su concepción centralista, genera una ley parafiscal que se suma a las del Deporte, a la de Ciencia. Tecnología y tantas otras que amenazan a la empresa privada y las aleja de los programas de Responsabilidad Social a los que voluntariamente ayudaba, con esto, las empresas privadas acabarán suspendiendo sus programas sociales ya que todo ha sido enviado a los fondos del gobierno.
Cuando fue publicada la Ley del Deporte, coincidimos en que algunos de sus artículos establecían avances en materia de seguridad social, entre otros; en esta ocasión, no queda otra opción que señalar la gran oportunidad que deja pasar el gobierno de incorporar en el nuevo concepto global de la cultura, la inclusión e importancia de la tecnología, de las grandes ferias internacionales y eventos culturales que le generan a los países ingresos económicos que contribuyen a su desarrollo, por el contrario, en una visión retrograda, insistieron en ver el país como una comarca donde tengamos que discutir ¿Qué es lo popular?, ¿Qué es lo afrovenezolano?, ¿Qué es lo artesanal? Valga este año 2013 para recordar el gran aporte de Don Simón Alberto Consalvi a cultura nacional con la Creación del Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes (INCIBA) en 1966 y la editorial Biblioteca Ayacucho, dos ejemplos para Venezuela de promoción cultural y amplitud que se deben tener en cuenta cuando la cultura es vista como un bastión de progreso y democracia y no como un panfleto hecho ley.
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