Opinión Nacional

¿Crisis de la educación o del igualitarismo?

En nuestras conversaciones, en lo que a diario leemos o escuchamos en todos los medios audiovisuales y lo que es peor aun, en nuestro mas intimo convencimiento, no queda lugar a dudas de que nuestra educación o mejor dicho; nuestro sistema educativo se parece en mucho a otros servicios públicos como: el transporte colectivo, la salud, el agua o la electricidad.

Vemos como se suceden las mismas huelgas, los mismos paros, y como una relación precio valor altísima (negativa) tanto en la publica como en la privada son comunes a todos.

Este panorama, resulta más angustiante para nosotros, visto especialmente, que los venezolanos creemos, y con razón, que la educación es un instrumento decisivo para hacer progresar a un país Hemos vivido inmersos desde siempre en esa creencia y esto hace que nos resistamos a aceptar que el sistema, o mejor dicho, quienes lo usan o dirigen es decir nosotros mismos, fracasamos.

Aquel ideal nacional (sin alegorías de ningún genero) que alguna vez nos propusimos de lograr la igualdad social y que hoy día después de la debacle del Este, nos obligo a entender que el mundo mono clasista era solo una hermosa utopía , hizo igualmente que calara muy hondo la idea de que todos los venezolanos debían tener acceso a la educación : por aquello de que a igual educación; igual participación en las decisiones políticas, en las de producción y por consiguiente, en el disfrute de los bienes y servicios.

Es en este punto donde surge una gran interrogante: ¿ Ha dado este empeño de igualar a como de lugar a sus actores, los resultados que sus postulados intentaron.? Y, si no ha sido así; ¿Por qué.?

Creo, que la respuesta, aunque muy compleja, es obvia. Su misma razón de ser, es la razón de su fracaso.

Para todos los dirigentes del “periodo Democrático” la gran meta ha sido: como hacer, o como lograr que la educación formal sea una institución EFICAZ, mas no EFICIENTE desde el punto de vista pedagógico.

Que sus objetivos, pudieran ser alcanzados desde cualquier medio social sin tomar en cuenta limitantes tales como el nivel social o económico del que provenían sus integrantes. Mas no tomando en cuenta que estas limitantes dejan abierta una brecha insalvable, visto la cada vez más profunda separación tanto en calidad, como en contenido de los conocimientos impartidos entre las instituciones publicas y las privadas.

Encontramos que el gigantesco crecimiento exigido al sistema ha hecho que sea cada vez más difícil cubrir las necesidades y proveer las ingentes cantidades de educadores, adecuadamente preparados, que un crecimiento asi con lleva sin el menoscabo de la calidad de la educación, y del consecuente deterioro del sistema educativo en su totalidad por el efecto que genera al retroalimentarse, de elementos cada vez menos preparados para las tareas que les serán encomendadas.

Es de hacer notar que muy posiblemente la inmensa mayoría de los educadores tienen verdadera vocación de servicio pero que por defectos propios del sistema pudieran estar haciendo su mejor esfuerzo, pero en el sentido equivocado.

Es absolutamente intencional de mi parte, el no abordar un punto álgido por demás, representado por el clientelismo político. El cual es altísimamente responsable del deterioro y del fracaso del modelo educativo del país.

Es claro, que no deben sentirse aludidos todos aquellos abnegados educadores que están verdaderamente comprometidos con el credo que profesan y que en definitiva serán los que emergerán triunfantes de las ruinas que pseudo dirigentes nos están dejando. Pero esto es un tema que merece tratamiento aparte, investigación a fondo de personajes, de situaciones, de resultados, de propuestas y de una gran dosis de ecuanimidad para abordarlo.

Hemos dicho que el acceso a la educación, y especialmente a la educación superior es visto por nosotros los venezolanos como un derecho, como una conquista irrenunciable, independientemente de si las capacidades de los actores sean o no suficientes ( notese que esto no tiene nada que ver con el derecho a acceder), esto es lo que podemos llamar el igualitarismo.

Son justamente esas profundas desigualdades, esas profundas diferencias que confrontan los servicios educacionales y que afectan directamente a los diferentes grupos sociales que conforman el sistema, lo que más molesta al venezolano en su sentimiento igualitarista.

Es más que evidente que la extracción o el estatus socioeconómico de los estudiantes es el factor mas incide en la posibilidad que estos tienen de terminar sus estudios y por supuesto que obtengan un menor o mayor nivel en el aprendizaje.

Todo esto a su vez sera lo que determinara para el educando cuan útil será para él la educación como elemento, como vehículo de ascenso en la escala social.

Es importante entender que el acceso a la Universidad no debe ser el desideratum de todos y cada uno de los venezolanos, que las salidas intermedias de la educación ofrecen valiosas alternativas de desarrollo personal y de aporte real en la construcción del país que todos queremos.

Deberíamos, con el apoyo de medios de difusión, iniciar una campaña intensiva tendiente a desmistificar la doctorsitis, a hacernos entender, que los verdaderos constructores de un país son sus cuadros medios, y es justamente allí donde encuadran todas las carreras técnicas tan mal vistas en nuestra sociedad pero tan necesarias para ella puesto que de allí parten todos los procesos de transformación de las materias primas que; o bien tenemos, o bien podríamos importar para su transformación.

Debemos entender que ese igualitarismo mal entendido lejos de beneficiarnos, nos esta haciendo un profundo e irreparable daño, nos estamos llenando de un pesado proletariado profesional incapaz de migrar hacia los sectores de la producción que demandan mano de obra calificada mas no producida.

Es momento de reclamarle a nuestro sistema educativo que responda a las demandas especificas de este presente cambiante y lleno de incertidumbre y si bien es cierto que toma algún tiempo responder a los cambios que se están sucediendo en las organizaciones productivas, debe comenzar desde ya, a subsanar la inadecuacion que existe entre los egresados actuales del sistema y los requerimientos del sistema productivo.

Amanecerá y veremos.

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