Opinión Nacional

Cucara, macara titere son

Luego de la visita cumplida por el señor Raúl Castro a Venezuela, la cual gracias al destino y otras advocaciones resultó corta y rápidamente concluida, tuvimos la suerte en el país de presenciar nuevamente un triste espectáculo de adulación y miserable actitud tanto de hijos de esta patria, como de los Cubanos rebeldes, los cómodamente Cubanos que desde hace un buen rato disfrutan de un poder usurpado y no democrático, los que están con el régimen, traicionando una mal invocada revolución, no precisamente para el pueblo, sino para los pobres infelices de la isla a quienes les ha correspondido, no por su voluntad sino a punta de amenazas y por no tener como haber huido, o ser tan infelices, que no pudiendo conocer otras realidades han terminado por preferir permanecer con el oprobioso régimen Castrista, compartido entre el ya hoy cadáver insepulto (como le decían a otro pobre revolucionario de este país) Fidel Castro con el titeretazo de Raúl.

Lo denomino así, no por burlarme de él, sino por el maravilloso desempeño de su papel como tal en los actos brindados en su honor y en especial el del intercambio de saludos y palabras que presenciamos los estoicos compatriotas venezolanos en cadena de radiotelevisión.

Llegar a tan viejo y prestarse para hacer de cómico monigote en el discurso del Gran Bocón, es realmente triste. Era oprobioso ver la cara de infeliz macaco a cada referencia a un bochornoso evento que no valiente acto de los que narró con todo detalle el gran interlocutor sobre los actos en la Sierra durante la fulana revolución, en la toma de La Habana, etc. y luego las epopeyas históricas vividas por el pseudo líder con su hermanito y el Ché .

Gracias que el destino por igual quiso que su visita oficial a Venezuela, que no como invasor vulgar a una patria sin destino ni suerte para ser protegida por su infeliz ejercito, se cumplió bajo la égida de otro infeliz ciudadano que por desgracia nos gobierna, y no en época de algún varón digno hijo de estas tierras, por qué sostener y pretender vender las ideas sobre la fracasada revolución Cubana, no es para nada envidiable de Caudillo alguno, y que no hablar si tal cosas ocurre en una democracia como la que ahora también pretendemos implantar en este pobre insensato país, la de un tirano con deseos de perpetuarse como tal y aplaudido por una pretendida mayoría de incautos analfabetas que ni saben por que luchan cuando se les habla de perpetuidad en un poder, como antítesis de gobierno democrático y entender que mientras más disfruta arrasadora y vilmente del poder un hombre, no por ello lo hará mejor ni de manera mas democrática.

Lo igualmente triste es que la infeliz oposición a esas ideas no sabe ni que hacer, ni por donde comenzar a desmontar las ideas de un pobre líder cuyo único fundamento para su pervivencia en el gobierno no está en ideologías ni en valentía, sino en la paca de billetes que le permiten disponer los atónitos integrantes de la oposición incapaces de imponer la recta interpretación del concepto de gobierno y por no contar siquiera con quienes lo liderasen y dirijan.

Y si pobre cómico fue el visitante mayugado, en mas lo fue su gentil invitante alcahueta, regocijado con tan infaustas y abyectas payasearías, como aquella de tener al visitante como “buen tío”, dado que su triste hermano y gran monitoreador de la fracasada revolución Cubana, era “ legítimo padre” del discursante y al aplaudir como gestos de valentía el lamentable comportamiento de un ejercito que nunca podrá ser perdonado por haber permitido mancillar el honor del territorio patrio donde se introdujeron aquellos como gusanos aborrecibles esto es los también soldados de esa otra nación y de nuevo permitir se los reciba como héroes revolucionarios y amigos de la patria mancillada.

Y todo eso lo aplauden y amenizan quienes por igual para hacer valer sus ideas, no precisamente por vía democrática reconocen como lucharon contra adversarios imaginarios y hoy se desempeñan hasta de Ministros de este infausto régimen, cuando entonces como guerrilleros dieron muerte a pobres campesinos y soldados de esta patria, sin que ello siquiera sea motivo de protesta por parte de sus hoy pares uniformados, altos oficiales y tropas que aún viven del erario nacional, ni el pueblo olvidadizo que los recibe con vítores olvidando tanta tropelía.

De idéntico modo podemos testimoniar hoy de tan oprobioso acto, la condición de canciller, de quien como único merito para ello y sin nada mas que demostrar, solo invoca su condición de chofer de transporte colectivo, y de paso tampoco bien experimentado.

Todo lo dicho explica y hace imaginar al mas ingenuo los tristes resultados de la gestión exterior de un gobierno como este y los resultados por no decir nada, simplemente humillantes, de la conducta exterior de Venezuela comparada con las de otros países mucho menos desarrollados que el nuestro.

Allá los desmemoriados de esta nación, los que olvidan a los mancilladores de esta pobre patria, a los que confiesan de viva voz sus otrora conductas ilícitas y delictivas sin sanción alguna. Allá también quienes reciben con aplausos, bombos y platillos a quienes osaron invadir nuestro territorio mancillando el honor de nuestra patria y luego se dicen amigos de nuestro pueblo.

Por eso, tan miserables conductas y comportamientos. Solo pueden compararse con los juegos infantiles del tintineo aquél del “tin marin de dos pingüe y del cúcara macara, a lo que solo le he endilgado, por obvias razones, lo de “títeres son”.-

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