Opinión Nacional

De la autonomía y otras fechorías

Pocos problemas han merecido tanto tiempo y esfuerzos de magníficos intelectuales, sociólogos, educadores, filósofos, etc., por una parte, como gran tehma teórico, la Universidad, su misión, su función, su deber ser, su autonomía. Además, gobiernos, instituciones de todo tipo y de particular manera la Iglesia, La católico-romana en primer término, pero también la iglesia protestante, blanca y anglosajona, han visto a la universidad tanto como problema de estado, de política, cuanto, llamemos, antológico y ético . Esfuerzos multinacionales que han logrado la producción de una ya muy larga obra que alcanza con La Conferencia UNESCO París – 98, tal vez el más consumado documento, que resume y da respuestas a los problemas centrales de la universidad, pero que no se sabe aún donde se ha dado concreción a esas resoluciones, que reafirman la autonomía, el ingreso a la universidad en razón de la cualidad del ser humano, válido para profesores y estudiantes, que reafirma el carácter comunitario de la institución etc… No han faltado en este trayecto, particularmente en el subdesarrollo, en este mundo anónimo donde de vez en cuando se escucha el aullido de un perro que ladra y no muerde y en especial después de esa conferencia, parásitos que resuelven sus problemas vitales (su fama, su boyante economía, su prestigio), amamantados por la UNESCO, precisamente banalizando el problema o negando la cualidad del pensamiento científico crítico, de los logros y conquistas tecnológicas, pero, desde luego en mal inglés, defectuosos francés y con una computadora de última generación, para probar su indeclinable fidelidad a sus escrúpulos sin principios. Debo confesar que estos sabios conjuntamente con sus asesorados y las mafias que controlan el poder en las universidades son los únicos beneficiarios de la autonomía. Para ellos la arbitrariedad está por encima de la ley. La fuerza en lugar de la razón, el voto en lugar de la ética. El pedagocismo en lugar de la ciencia. El sofisma, la falacia, en lugar de la verdad. Kitsch en vez de arte!.

Pero dije los únicos y es una vedad incompleta. Los otros, para el caso venezolano, son, en primer lugar, este gobierno (como ayer los sus predecesores, las “diferencias” son formales)) que sustituye la cualidad de la ciencia, de la ética, del arte, por slogan que aun en sí mismos carecen de un basamento cualitativo, que ni siquiera calzan la noción de ideología. Esa no existe. Utilitarismo tal vez. De allí, entonces, que cualquiera puede ser el jefe del proceso. Un ministro de educación superior, un viceministro, etc., etc., mucho más cercanos a comisarios del stalinismo que, incluso, a las reglas de la “revolución” que estarían en el mandadero constitucional. Su combate está en destruir cuanto hizo el ministro anterior, el jefe de la OPSU, y en negociar con las autoridades de las universidades autónomas, para reafirmar la perversión y el chantaje como arma y prostituir a los tecnológicos para el ejercicio impune de su reinado; enterrar toco cuanto sea rigor científico, académico, en la “universidad modelo de la revolución”, la UBV. No ha faltado en ese juego el privilegiar a instituciones privadas, a las cuales (y para qué) no se las controla ni sus titulaciones y menos sus regímenes académicos, lo que ha dado lugar a los doctorados tapa amarilla, diplomados… etc.… total, pues, para qué si el problema es el poder y no el saber. La trampa y no el conocimiento. Consumir y no crear! En segundo lugar, la burocracia interna. La hegemonía interna. La mayoría de sus autoridades carecen de legitimidad académica; la gremialización, la corrupción, los manejos del presupuesto, su reparto… etc., son algunos indicadores del cachondeo, dirían en España. Esto es bueno así para el gobierno; esto es bueno para el poder interno en las universidades. Allí está la excelencia para el negociado.

Pero, ayer una decisión del TSJ, su sala electoral, decidió suspender las elecciones estudiantiles de la ULA. No conozco sus razones ni prejuzgo sus sinrazones. Sólo se que, entre otros, recurrimos a ella para impugnar la elección de las autoridades de LUZ y, esa sala ajustada al proceso revolucionario y algunos miles muy miles de bolívares, mandaron la Ética, la razón, la justicia… a ese lugar en donde recomendó Chávez se introdujeran periódicos como El Nacional, El Universal…, tarea difícil por el nivel de anal-fabetismo. Esta decisión de esa sala, que hace de la bicha (Chávez dixit!) un bicho, es de una brillante idiotez jurídica pero de una “inmaculada pureza revolucionaria”. Y el valor revolucionario esta por encima de la ley. Ni esa sala ni ese tribunal tienen autoridad alguna para decidir sobre las elecciones estudiantiles de FCU, pues la federación es un órgano para-universitario, vale decir, no conforma el cogobierno de la institución y, a pesar de ser estudiantes sus miembros, la federación como tal no es parte de la comunidad universitaria, pues el estudiantado se legaliza y legítima ante y en el cogobierno, en los términos claros que le ley define y determina: el claustro, asamblea de facultad, etc y el Consejo Universitario. Sin ser una elección de misis (que ojalá lo fuera pues hay allí reglas mas o menos claras para participar: 90 60 90…edad con limites, estado civil…) lo es de un órgano político estudiantil, cuya presencia se debe, en lo fundamental, a llenar el vacío de la comprensión y ejercicio cualitativo del cogobierno universitario, hoy en manos del tráfico y tráfago del poder, cuya deformación histórica comienza cuando los partidos implantaron su función política, clientelar, en el seno de la universidad y, en definitiva, cuando los estudiantes y profesores se identificaron e hicieron iguales en la identidad del voto. Negocio electoral como negociado de poder.

Ah, pero las reacciones ante esa decisión que tendrían que ser estrictamente políticas, en el sentido común y criollo que damos a esta cosa nostra, quiero decir de ellos, las pretenden esconder en una lucha a mano armada por la autonomía. Vi al señor Nixon. ¿Émulo de su nombre? Su tiempo en la ULA, catorce años (más, dicen otros) lo hacen, quien duda, un profesional del arte de no graduarse. Arte de la argucia, de mal amar, del buen vivir, del jugar, de matar, de la guerra. Maña, habilidad, trampa, destrezas obscuras, pero no Arte…Viejo oficio de los funcionarios de los partidos, de los parásitos que hacen de la universidad su potrero, do pacen a sus anchas para el engorde de sus placeres con honores de estupidez y obviamente, para el beneplácito de ese curioso templo de impunidad que hace del mercader un gran señor: presidentes vitalicios de gremios, decano, secretario, vice y, finalmente, Rector.

Vi desde luego al gobierno en ese juego macabro de premiar la impunidad y beneficiar la calumnia. Teodoro, valga dios!… es la mano pelúa que maniobró el brillante cerebro de la sala electoral de la TSJ y por si fuera poco, los no menos ilustrados cerebros de los estudiantes de la ULA, iluminados los primeros por los intereses de la revolución por encima de la justicia, la justicia revolucionaria, comandados los segundos por este genio, Nixon, para quien el tiempo carece de historia y por el status universitario para quienes la historia carece de tiempo.

En este marco, volví sobre mis propias sombras. Heidegger fue el primero que con mucha propiedad habó de la libertad negativa. Esta, como todas sus reflexiones muy bien fundamentada, fue el primero, de quien yo tenga noticias, en introducir esta expresión y que estudiada a fondo en su lengua bien puede traducirse como la autonomía negativa, cuya síntesis, en el plano universitario interno, consiste en que sus fuerzas hegemónicas se hacen inamovibles, incólumes y se excluyen de los procesos culturales y sociales fundamentes, donde estaría llamada a ejercer una posición diferente, para lo cual ha de conservarse la autonomía, que se justifica tan sólo sobre la base de la autorreflexión y ésta es posible solo si la universidad (Alemana, en el caso) tiene la fuerza de autoafirmarse. La cual no tenía, de allí la propuesta de Heidegger. Para no hacer ejercicio hermenéutico pido al lector, si no lo ha hecho, lea los textos de Heidegger que acá aludimos, en La Autoafirmación de la Universidad alemana. El Rectorado y, La Entrevista de la revista Der Spiegel. Editorial Tecnos, No 61. Colección clásicos del pensamiento. Pues bien, para superar esta negación de la universidad, Heidegger propuso un proyecto que, insisto, está en esas obras recomendadas pero que intento precisar con el propio Heidegger de este modo:
“La voluntad esencial del profesorado tiene que despertarse a la simplicidad y amplitud del saber de la esencia de la ciencia y fortalecerlas. La voluntad esencial del alumno tiene que esforzarse por llegar a la suprema claridad y disciplina del saber y, exigiendo y decidiendo integrar el saber que ya tienen sobre el pueblo y su Estado en la esencia de la ciencia. Ambas voluntades tiene que estar dispuestas a luchar entre sí… Pero la comunidad de lucha de profesores y alumnos sólo logrará transformar la Universidad alemana…si profesores y alumnos disponen su existencia de manera más sencilla, más dura y más sincera que los demás compatriotas…
En esta idea, en su centro, el papel del rector ha de ser de Rector. El modelo y el que dirige con propiedad por su liderazgo académico. Por su conducta. Por su saber y buen obrar. Reitero, caro lector, revise en su soledad el trabajo de Heidegger arriba recomendado. Creo que en ese campo tenemos un vacío de largo tiempo. Digamos que cuando los gremios –que no son la comunidad, sino una grotesco componente nacido de la intrapolación a la universidad de las relaciones económico- sociales y de poder del universo externo, (atención: nada tiene que ver con los gremios =universidad, maestros y discípulos que se acuerdan para buscar la verdad) desplazaron la institucionalidad del cogobierno. Claustro, CU, Asambleas de facultades, consejos, etc. Cuando la cualidad del ser rector, conductor, maestro, dejó lugar al modelo de “autoridad” cuyo nefasto ascenso surge del peso de la fuerza de grupos, partidos, burocracias…y, en fin, por mediaciones fáciles de inferir, el rector se convierte y que en gerente, en el mejor de los casos, o emperador anónimo en casi todos los casos.

Pues bien, los alaridos sobre la violación de la autonomía en la ULA lo cual no me provoca duda alguna no porque haya sido real o ficción nixoniana, la autonomía es y será una utopía para quienes creen en la ética de la universidad, en sus valores como institución, pero para los actores del poder concreto, en cambio, es un templo a donde solos y sin frenos ejecutan sus tropelías, facturan sus negocios, concluyen sus orgasmos: pero esos gritos no se escucharon, esos combates no se dieron-esos guerreros se ocultaron ante las siguientes violaciones reales de la autonomía:
Primero, el famoso Reglamento orgánico del MES, cuyas aberraciones jurídicas son tan aleccionadoras de cuanto está elementalmente prohibido hacer. Un reglamento interno de un ministerio por encima de una Ley Especial, la LU y su propio reglamento que, si bien con severas fallas, están por encima de cualquier “reglamento interno” del MES. Muchas son, pero la más odiosa es la del capítulo VI que entierra la autonomía al hacer depender a las universidades del MES, DEPENDER dice el articulo 26. Aparte de los graves errores, propios de los “historiadores” pues ignora que el CNU existe en nuestra legislación universitaria tiempo ha y de manera especial desde l958, Título de esa Ley.

Segundo, subordinar el deber ser de la universidad al ser del ministro de turno. Atribuciones desmedidas…en fin, hasta subordinados a la oficina de planificación… reducidos los rectores a lo que son: bedeles del ministro en sus oficios de pulperos. Violación de la Ley de Universidades de manera sistemática…hasta el rector de la UBV es un elocuente ejemplo.

En cada universidad hay violaciones a la autonomía. Entre sus sádicos, Autoridades sin ningún rango académico o con títulos tapa amarilla y así…pero en LUZ las cosas son mejores, somos la universidad más linda de Venezuela, con más PPI en la primera ciudad de Venezuela, (por cierto ¿no será separatista esa consigna que desconoce el nombre mismo de la república, pues debiera decirse: la primera ciudad de la república bolivariana de Venezuela?). Las violaciones son como en las demás universidades, pero aquí la autonomía es perder la historia de la institución, perder sus bienes, violar el reglamento de patrimonio, lo cual para in chavista orgánico pareciera que acá sí hay espacios, los deca-anales… Y si no caben en diez, será que son las ediciones especiales. Detalles ¿para qué? Una urbanización cuyo nombre da glorias a su mecenas: Urbanización Dr. Domingo Bracho. Centenares de hectáreas del patrimonio logrado con verdades y sueños por Borjas Romero, El Rector Eterno, hoy se revenden en mercados negros. Otra urbanización, para la gloria del actual rector, Colorama de Leonardo, llamarase!. La alcaldía se robó el Polideportivo, sin echar un tiro o quien sabe si disparando dólares. No contenta con eso, hace carreteras que van de ninguna parte hasta parte ninguna…De un culo a otro culo de botella…
Ella misma, la alcaldía, se solaza en violarse a sí misma, al desconocer su resolución que hace de LUZ y sus espacios históricos, su campo, etc… patrimonio cultural de la ciudad…
Poro en fin, que sea lo que Dios quiera y ellos y los demás negocien… total la autonomía es el templo idóneo de mercaderes inicuos…Pero, también, la autonomía es el guiso de algunos que han sido autoridades pues con su silencio solidarios y cómplices los hacen de sus peores herederazos, total, con esto de las reelecciones siempre hay chance. Y será siempre así: en la universidad un voto vale más que un teorema y un poema carece de valor.

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