¿Debate de altura?
Un debate de altura sin arrastrarse como las serpientes prometió Hugo Chávez Frías al momento de inscribir su candidatura presidencial ante las autoridades del Consejo Nacional Electoral.
En la sede del organismo comicial y luego en la Plaza Caracas el Jefe de Estado destacó que su aspiración sólo debe interpretarse como el empeño en darle continuidad al “proceso revolucionario de cambios” que se inició hace un año y un mes.
A Francisco Arias Cárdenas no lo nombró expresamente en ningún momento, pero el clásico lenguaje del presidente lo convirtió a él (A Arias), como al resto de los comandantes del 4F, en los “protagonistas de la contrarrevolución” y hasta como “frijolito” cabalgado por diferente jinete.
Olvidó Chávez que un debate de altura no significa únicamente el insulto o la mofa, sino que éste implica una campaña electoral basada en las ideas y las propuestas, las cuales en su discurso inicial estuvieron en todo momento ausentes.
Su más cercano adversario, Francisco Arias Cárdenas, presentó un esbozo de lo que sería su programa de gobierno de resultar vencedor en la contienda. Sólo un esbozo, pues aspira debatir públicamente con Chávez. La respuesta del vicepresidente Isaías Rodríguez, ahora convertido, al parecer, en jefe del comando de campaña del primer mandatario nacional en su camino a la reelección, fue que una confrontación de esta naturaleza solamente será posible si ex mandatario zuliano llega a ubicarse con un 40 por ciento de preferencia popular en las encuestas.
¿Anticipo de campaña?
El CNE ha advertido que sólo se entenderá por campaña electoral anticipada aquellos pronunciamientos públicos en los que se invite a votar expresamente por alguien.
Pareciera que el organismo comicial menosprecia la inteligencia de los venezolanos, pues si el acto realizado por el presidente Chávez este jueves en la Plaza Caracas, como quien dice en su narices, no constituye una flagrante violación a la normativa comicial, entonces no sabemos cómo catalogarlo.
Sin candidatos
A diferencia de los viejos procesos electorales caracterizados por la profusión de candidaturas de toda especie, en los comicios venideros al parecer sobrará espacio en las boletas de votación. Caso patético lo constituye el cargo de Alcalde Mayor de Caracas, para el que sólo se ha inscrito como aspirante Alfredo Peña.
Ya Antonio Ledezma confirmó que no competirá por la silla de Miraflores, mientras que Claudio Fermín advirtió que lo hará solamente si llega a recoger las firmas exigidas por el CNE.
Por el camino que marchan las cosas, en lugar de unas elecciones estaremos en presencia de una simple adjudicación de cargos a los pocos candidatos que se presentarán, y que es bueno recordarlo, pertenecen en su mayoría al oficialismo.
