Opinión Nacional

Demasiadas torpezas para no ser una provocación

Que luego de ONCE años de pésimo gobierno, de sistemática destrucción de la Institucionalidad democrática y el aparato productivo, de obcecado mantenimiento de la absoluta dependencia del país respecto del modelo rentista petrolero, de pretender imponer un anacrónico y demostradamente fracasado modelo estalinista de control de la sociedad, de extrema negligencia con la delincuencia, llevando al país a los primeros lugares de Inseguridad a escala mundial, y con insoportables cortes de los elementales servicios de electricidad y agua, se atreva el caudillete -en cosa de pocos días- a imponer drásticas e injustas medidas como la Devaluación del cien por ciento de nuestra moneda respecto del dólar, y sacar del conjunto de estaciones del servicio privado de TV por Cable a RCTV Internacional (a la que ya cerraron arbitrariamente en mayo del 2007, y de paso le robaron sus equipos), sólo puede interpretarse como la estrategia que busca enardecer los ánimos de la población, tratando de encender un clima que le permita establecer un Estado de Sitio, militarizar todo el territorio y, con la excusa de “poner orden”, intervenir en todas las instancias, suspender las garantías y el proceso electoral pendiente para el mes de septiembre, ante la evidencia de que con sus resultados perderá su control casi absoluto sobre la muy obsecuente Asamblea Nacional actual, lo que inevitablemente va a conducir al colapso del patético “proceso revolucionario”, que ya presenta Metástasis por Incapacidad, Corrupción y Obsolescencia.

Afortunadamente, hasta ahora ninguno de los factores que conforman la Oposición ha pisado ese peine, y aunque ocurren protestas -legítimas y justificadas- por el desastre generado por los chavistas en el gobierno, la única violencia criminal ha surgido de los grupos encapuchados y rojos apadrinados por el oficialismo, protegidos por funcionarios policiales y de la GN, que también han repartido su buena cuota de represión exagerada y cobarde. Los Estudiantes, la porción más vital y activa de las protestas, han puesto especial énfasis en la No Violencia, y se han comprometido a ni siquiera tirar piedras, dejándole el monopolio de la insensatez a los malandros cobijados bajo el refugio de la impunidad oficialista. La mayor evidencia, el colmo del cinismo y el doble discurso de los falsos redentores que abusan de su autoridad, es la permanente imagen de los grupos de encapuchados que atacan las manifestaciones opositoras codo a codo con los uniformados policiales y militares, que en lugar de garantizar el orden y proteger a la ciudadanía, colaboran con el desorden y apoyan a las bandas armadas del oficialismo, responsables de destrozos a bienes materiales, vehículos y viviendas, así como de disparar contra los jóvenes, por mostrar sus manos blancas y su envidiable rebeldía frente a la incapacidad y la prepotencia del proceso comunistoide. Un poema la imagen del “comandante Chávez y la comandanta Lina Ron”, juntos en la tarima, son caimanes del mismo pozo, prueba de que para los delincuentes al servicio del proceso, la Justicia es complaciente. Lo compensan con prisiones y sentencias absolutamente injustas e inmerecidas, contra quienes son contrarios al enfoque angosto y anticuado que nos quieren imponer a punta de armas rusas y malandros criollos.

El 23 de enero se repitió la muy hipócrita acción en contrario del oficialismo, cada vez que la Oposición organiza una marcha, los rojos improvisan una paralela. Pero las diferencias son enormes; Mientras las marchas opositoras se nutren espontáneamente de decenas o cientos de miles que acuden por sus propios medios a manifestar rechazo a las ineficientes políticas del gobierno, las marchas del oficialismo imprescindiblemente requieren de las transfusiones en autobuses desde numerosas poblaciones del interior del país, en parte son empleados públicos obligados a participar bajo la antiética y muy revolucionaria amenaza de despido, en parte mercenarios y oportunistas que reciben su correspondiente pago, más el kit de franela-gorra-pancarta y alguna ñapa de licor poco antes del retorno a sus respectivos pueblos. Peor aún, negaban significación a la fecha del 23 de enero, por marcar el final de la anterior dictadura militar, con la que la nomenklatura chavista se identifica, al extremo de que el caudillo se esforzó infructuosamente por traer el cadáver de Pérez Jiménez para rendirle honores en la Venezuela que sufrió el peculado y las torturas, que fueron lo esencial del régimen de aquel teniente coronel, derrocado en enero del 58. Al descubrir el filón electoral que derivaba de sumarse a la celebración de la caída de aquella dictadura militar, criminal y ladrona, con la que la casta en el poder actual tanto se identifica, resolvieron participar, aunque la hipocresía y la contradicción sean tan evidentes.

También hacen resaltar su doble discurso cuando comparamos sus reacciones ante hechos similares, ocurridos en la mal llamada cuarta república o protagonizados por los que anclaron su ideología y praxis en los sesenta del siglo 20, ahora en funciones de gobierno malo y sectario. El viernes 18 de febrero del 83 el gobierno de Luis Herrera devaluó el bolívar, llevándolo de 4.30 a 6 y 7.50 por dólar, 39.53 y 74.42 % de aumento en el costo de la divisa estadounidense. Los cabezas calientes que hoy están en el gobierno procedieron de inmediato a protestar por lo que llamaron DEVALUACION con sus once letras, rechazándola sin considerar atenuantes, siendo para ellos negativo y negro aquel famoso Viernes. Sin siquiera usar la abusiva cadena de Radio y TV a la que son tan adictos cuando el caudillete desea insultar o amenazar a quienes no le rinden culto y/o se le oponen, humillar y echar las culpas de sus desatinos y arbitrariedades a los acólitos que él nombró en posiciones ministeriales, amenizar la improvisada e insoportable cadena con detalladas narraciones de sus frecuentes exilios endógenos casa de la abuela o sus muy presidenciales y escatológicas diarreas, el Viernes 8 de enero de este año, casi a escondidas informó que el bolívar llamado Fuerte cambiaba su cotización oficial frente al dólar de EEUU, a Bs.F 2.60 y 4.30, es decir, un aumento del 21 % para los renglones privilegiados en una reducida lista (seguramente beneficia exclusivamente a los rojos rojitos y sus negociados), pero del 100 %, el doble, para todo lo demás, léase lo que vamos a necesitar adquirir mayoritariamente como importaciones, dada la creciente economía de puertos que ha establecido la política de invasiones, ocupaciones y expropiaciones de los caletreros de los manuales de la Marta Harnecker, estancados en las tundras del estalinismo más feroz, y en las antípodas del sabio lema de Deng Ziao Ping: “No importa el color del gato, con tal que mate ratones”. Esta vez no protestaron (aunque la medida sea estrictamente neoliberal y represente la inmediata transformación de nuestros ahorros en exactamente la mitad, especialmente a la hora de adquirir productos importados, que son casi todos, gracias a la política de tierras y empresas arrasadas, puesta en marcha por la marabunta chavista), y tuvieron el tupé de no llamarla DEVALUACION, siguiendo un guión cubano-goebeliano repiten como loros lobotomizados que se trata de un AJUSTE o CORRECCIÓN MONETARIA para añadir al despojo la carga de la burla y la hipocresía de su doble discurso.

El increíble Sectarismo de este desgobierno funciona en pro de la compra de temporales adeptos cuando se pueden elaborar Listas con nombres y apellidos de los perjudicados. Arbitrariamente puedes despedir a veinte mil profesionales de PDVSA, y tendrás veinte mil vacantes con las cuales organizar algunos batallones de sumisas focas, dispuestas a aplaudir los insultos, las fallas y humillaciones, a cambio del ingreso seguro en un puesto para el que la mayoría no tiene capacitación (como consecuencia, aumenta el número de accidentes laborales y baja la producción real, junto con el aporte mensual al erario nacional). De naturaleza eminentemente Fascista, la Lista cuyo autor aparente es un mediocre de apellido Tascón (con Mussolini inspirando la orden gorilesca mirafloriana), puede organizar un meticuloso Ghetto en contra de los millones de venezolanos que firmaron a favor de la realización de un Referéndum para impedir que el caudillete siguiera haciendo daño, de acuerdo al Derecho que permite la Constitución vigente, y Lista mediante, se estimula el crecimiento de los presuntos (allí rige la otra ley de la Relatividad, “como vaya viniendo vamos viendo”) respaldantes del “proceso”, ávidos depredadores, en inescrupulosa persecución de las vacantes que este Apartheid rojo rojito pone a su alcance en todas las entidades públicas, sean Alcaldías, Gobernaciones, Ministerios, Poderes Públicos e Instituciones dominadas por la peste.

Pero no se pueden aplicar estas discriminaciones fascistas, antidemocráticas, a los efectos de las insuficiencias en la prestación de los servicios básicos de luz y agua, producto de la falta de previsión a corto, mediano y largo plazo, así como de la enorme incapacidad para siquiera mantener los equipos y recursos al nivel en que estaban cuando iniciaron este ignominioso régimen, que cumplirá ONCE años el próximo martes 2 de febrero. Cuando la megalomanía de quien pretendía establecer un Imperio bajo las anticuadas premisas del marxismo, para colmo versionado por Stalin y Fidel, le obligó a malversar los dineros de la nación venezolana en su auto promoción a nivel planetario, en ayudas a gobiernos (que no a países) cómplices de su muy personal proyecto, estableciendo en la Nicaragua del depravado Ortega, en la Bolivia del racista Morales y en el Ecuador del demagogo Correa, franquicias de su demencial capricho (directrices made in Castro’s Cuba), franquicias destinadas también al fracaso, necesariamente dejaría de ocuparse de los problemas de Venezuela (donde jamás ha ejercido la presidencia, siempre ha sido la primordial ficha de su facción, y ha repartido migajas entre sus aparentes incondicionales, con carácter excluyente, evidenciando además que no es un Estadista, sólo un resentido con poder).

Cuando la ineficiencia de todos los factores del oficialismo conduce a graves fallas en el suministro de agua y electricidad, “racionamientos”, vulgares cortes sin siquiera cumplir el horario acordado, es imposible quitarle la luz y el agua únicamente a los opositores. Ni la Lista Tascón, ni el discurso redentor más mitómano pueden lograr que los cada vez menos simpatizantes que le van quedando al oficialismo tengan agua y luz mientras se la cortan a los “escuálidos, agentes de la CIA, proimperialistas, enemigos de la patria” y todas esas etiquetas y sandeces, alimento de las turbas más fanáticas, ignorantes y depauperadas, que igual, a través de los continuos apagones en switches y grifos, de la inflación en desaforado aumento, de la insuficiencia de los pañitos que llaman Misiones, de la gigantesca Corrupción con innegables cómplices beneficiarios en el alto gobierno, van abriendo los ojos y descubriendo que esta revolución, cuando no es más de lo mismo, es peor de lo mismo.

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