Demócratas vs autoritarios
La celebración del día mundial del libro hace recordar dos viejos textos que no pierden vigencia. El primero, Facundo o Civilización y Barbarie, escrito, por el argentino Domingo Faustino Sarmiento, desterrado en Chile, a mediados del siglo XVIII, pues la lucha entre estas dos tendencias sigue en pié en la región y especialmente en Venezuela.
Para él la independencia no nos había liberado de la herencia de la España intolerante y reaccionaria. Y veía en el mundo liberal-capitalista, con su progreso e instituciones democráticas y parlamentarias, la civilización. El libro pretendía brindar un programa ideológico unificador a los irreconciliables opositores del General Rosas, el dictador argentino.
Por esa misma época Alexis de Tocqueville escribía La Democracia en América donde analizaba el surgimiento de la democracia en el norte. Para él la clave es la igualdad como generadora de la democracia. Pero ésta no era producto de una lucha, como la que vivió su Francia, pues ‘América llegó al estado de democracia sin tener una revolución democrática’. Para nosotros esa lucha por la democracia, entre “civilización y barbarie”, no ha cesado sino que está en plena ebullición.
Este largo detour nos lleva a un hecho trascendental: la creación de la plataforma unitaria de la Alternativa Democrática para enfrentar el proyecto autoritario. Allí concurrieron varias de organizaciones y partidos políticos, entre ellos Un Nuevo Tiempo, Acción Democrática, Copei, Primero Justicia y Podemos. Al igual que cuando Sarmiento, el tema fundamental es conseguir la reunificación de las distintas facciones de los demócratas- si lo son realmente- para enfrentar la tiranía.
La sociedad civil clama por una unidad, como lo ha demostrado una y otra vez, cuando cientos de miles de personas salen a la calle respondiendo al llamado unitario de los partidos. Los partidos lo saben, baste recordarles como perdimos Bolívar, Valencia y Barinas, en 23N por falta de unidad.
La Plataforma es otra gran oportunidad para derrotar a la “barbarie” y volver a la democracia. Es una plataforma donde caben todos los demócratas, de izquierda o derecha, civiles, eclesiásticos o militares. La lucha no es entre adecos y copeyanos, o justicieros y “unetistas”, ni siquiera entre chavistas y antichavistas, sean viejos o nuevos, es entre demócratas y autoritarios. Si, como se ha hecho antes, se logra superar los individualismos, el personalismo y el divisionismo la democracia prevalecerá, sino la dictadura nos devorará.
