Opinión Nacional

¿Desestabilizar…? ¿Y murmurar…?

El gobierno nacional ante la evidente y progresiva perdida de credibilidad pública ha retomado una antigua práctica de calificar como “desestabilizador” (El que compromete o perturba una situación económica, política etc. DRAE ) a quien en uso de sus obligaciones y derechos constitucionales, manifieste abierta y públicamente su disensión ante las erráticas y costosas decisiones del gobierno. Es de todos conocido, la actitud agresiva y destemplada y a veces hasta burlona como funcionarios del gobierno responden a las criticas u opiniones que no les son favorables.

Esta sin duda, es una característica muy propia y singular de las mal llamadas democracias en los cuales, la sociedad, el gobierno y las fuerzas armadas no han adquirido la madurez política para aceptar la libre y franca libertad de expresión de todos sus ciudadanos.

La Acción autoritaria del gobierno crea “escenarios de laboratorio” buscando distraer la atención de la opinión publica o de un sector de ella, involucrando a personas y grupos opositores en: conspiraciones, planes de magnicidio y otros delitos, llamando “desestabilizadores” a los que opinan, con el trillado objetivo de atemorizar e imponer la auto censura. Todo ello con una aparente fachada democrática. Cabria preguntarse:

¿ Quién es más desestabilizador, el ciudadano que disiente, o el gobierno que no ha logrado desarrollar una eficiente y menos dramática política de seguridad publica y que además, viola constantemente la constitución?

Esta, ha sido también una practica muy común en las fuerzas armadas, en donde se califica de “murmurador, incomodo y hasta peligroso” a todo militar que exprese su “criterio profesional” ante situaciones que lo afecten directamente, a sus hombres o a la unidad que comanda. Por esta situación transitaron muchos profesionales y otros podrían estarlo también hoy. ¿ Que ocurrirá al militar que no este de acuerdo con la actual política militar? ¿Qué acción se tomará ante cualquier militar que no este de acuerdo con el plan Bolívar 2000, o que no le agrade la intención del presidente de asignarle una preeminencia del ejercito sobre las demás fuerzas?.

Se podrían enumerar un sin numero de situaciones que hoy se suceden y que tanto civiles como militares, no están de acuerdo ni comparten, pero que el autoritarismo y las amenazas cohíben a los primeros y la disciplina impone silencio a los segundos.

No existirá el equilibrio político necesario para gobernar y desarrollar políticas constructivas socialmente, mientras todo este basado en el proyecto político y caprichos del gobierno. Carecen de valores de naturaleza ética todos los que mediante la fuerza, y el engaño tratan de reducir la sociedad venezolana a “patriotas, desestabilizadores y murmuradores”, lo sensato y lo correcto es, que el país crezca y avance por el camino hacia el desarrollo social en paz, con unas fuerzas armadas que ocupen su verdadero espacio y le garanticen su seguridad y defensa.

Cuando se desnaturalizan y se politizan las fuerzas armadas, nadie puede garantizar a la sociedad de quien dependen, la libertad y la paz.

Como dice Alvin Toffler”: Admiro a los militares de los Estados Unidos por su mística profesional, por su buena educación y por no ser ávidos del poder.”

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