¿Despertaremos?

Odio, Aborrecimiento, Antipatía, Hostilidad, Indiferencia son entre otras cosas lo que se respira desde el gobierno hacia la mayoría que queremos un gobierno efectivo y eficiente que se parezca al venezolano, que es simpático, que vive alegre y que es de los pueblos más alegres del mundo, que disfruta de la vida con decoro y pasión reflejándose en muchas de las cosas que hacemos en el día a día. Un venezolano que de verdad cree en la política con un propósito digno y político como dice el diccionario, no como lo han deformado algunos políticos de oposición y oficialismo.

Política para beneficiarnos todos como pueblo y como país, para tener una mejor calidad de vida para nosotros y para nuestros hijos. Y por el camino que vamos no veo que logremos tan anhelado objetivo, sobre todo si miramos los 10 años del actual gobierno, elegido democráticamente por los venezolanos.

Moralmente la revolución ha logrado que el presidente insulte a quien quiera y cuando quiera en horario infantil y delante de cualquier grupo de personas, sin tener el más mínimo respeto para ninguno de nosotros. La revolución que ha hecho brotar por todos lados antivalores que degradan los mamotretos de instituciones que tenemos y a nosotros mismos como personas.

Los prejuicios ahora son el pan de cada día, resulta ahora que es política del gobierno enfrentar clases sociales y económicas, dividirlas y dejar heridas profundas que no se puedan sanar para mantenerse en el poder y que han descompuesto nuestra sociedad.

Seguridad es algo que el gobierno no sabe que significa y no le importa entender que es. Aquí en Venezuela cualquier persona de cualquier edad en cualquier lugar tiene probabilidades buenas de que sea robado, atracado, secuestrado o asesinado. Más de 16 mil asesinados anuales lo certifican. Sencillamente es más importante su política deformada y andar ayudando a otros países que la política de verdad y solucionar nuestros problemas. La seguridad no existe en ningún tipo: ni personal, ni familiar, ni para la propiedad, ni de empleo y tampoco de salud.

Respeto y éxito hoy en día son sólo para los que conforman la burocracia roja a niveles altos porque el resto son minimizados y dejados a un lado. En el deteriorado sector privado son muy pocos los que tienen la oportunidad de ser exitosos y cada día menos porque muchos se van y otros simplemente los echan abajo. Son los grandes pescados del gobierno los que hoy nos han llevado a ser unos de los países más corruptos del mundo al lado de nuestros “similares” Haití, Congo, Somalía, Afghanistan, Iran, Angola y Laos.

Hasta con nuestra fisiología este gobierno se ha metido, logrando que existan racionamientos de alimentos y de electricidad que no sólo tienen efectos pequeños en nuestra alimentación sino en el estrés de no poder encontrar lo que buscas y el efecto que pueda tener eso y la falta de electricidad en el descanso.

Y ni hablar de la economía, de nuestros bolsillos y de nuestro futuro. Van 10 años y esto sigue. ¿Cuándo iremos a despertar? ¿Despertaremos?