¿DESPUÉS de los reparos…?
Los venezolanos estamos viviendo una nueva jornada histórica; el proceso de reparo para convocar o no a un referéndum revocatorio al Presidente de la República Hugo Chávez. Más allá de considerar la confrontación entre oficialismo y oposición, el pueblo de Venezuela ha demostrado, una vez más, la voluntad de asumir los canales institucionales para hacer valer sus derechos políticos. Lamentablemente, son pocos los sectores que han reconocido este signo democrático del pueblo venezolano. Estos sectores asumen el protagonismo exclusivo de la voluntad del país; es probable que eso lo hagan con un grupo de seguidores fanáticos, pero la mayoría de las personas que participan lo hacen con conciencia de su responsabilidad. La gente no va a reparar por la campaña mediática; tampoco van a retirar sus firmas por la campaña de los medios oficiales. En un gran porcentaje las personas que va a ratificar sus firmas, como aquellas que van a quitarlas, la hacen conscientemente de su responsabilidad.
Los escenarios que visualizamos en el futuro son producto de la decisión de los ciudadanos, ya sea que actúen individualmente o por medio de los grupos políticos conformados legalmente. No obstante, sin pretender tomar ninguna actitud sesgada sino en función del respeto a la voluntad de los ciudadanos, en Venezuela debemos pensar no sólo en el referéndum presidencial; debemos pensar en el futuro del país.
Democráticamente estamos antes dos escenarios: se convoca el referéndum revocatorio presidencial, o no se convoca. Partimos del principio que el Consejo Nacional Electoral asumirá responsablemente e históricamente su papel de árbitro en este proceso. Si todos los componentes responsables de este proceso se enmarcan en una actuación acorde a derecho, los sectores políticos deberán precisar cuál será su actitud hacia el futuro. ¿Cuál será realmente la postura del oficialismo? ¿Cuál será la postura de los sectores de la oposición? ¿Cuál será la postura de aquellos sectores extremistas existente en ambos sectores?
Venezuela tiene un reto importante en las próximas semanas: ¿Cómo asumir su futuro como nación? En los últimos años en nuestro país la política ha impregnado toda la vida social y cotidiana. Se ha sembrado odio, se ha impregnado al país de un nacionalismo peligroso, se ha pretendido hacer sentir a los venezolanos que somos esclavos de potencias extranjeras, se ha transmitido un mensaje de odio y de rechazo hacia los países que tradicionalmente eran nuestros aliados. Alguien se podrá preguntar ¿debemos callarnos antes las injusticias que nos hacen? Evidentemente no, debemos denunciar todo aquello que afecta a nuestro país; pero una cosa es la denuncia y otra es usar el mal existente para justificar un mensaje y una actuación ilógica, producto de un sector mínimo de individuos que viven en la década de la guerra fría. Hay otras formas más inteligentes y más eficaces, en un ambiente de paz y respeto, para defender nuestros derechos como pueblo venezolano.
