El acuerdo policía-ladrón
Cada vez mas se hace mas evidente la participación de policías en delitos mayores como el asesinato y el secuestro, así como se pone de bulto que en las cárceles venezolanas, el trabajo de muchos de los guardias nacionales y de otras autoridades, no es de resguardo y reeducación, sino de producción de delitos, incluyendo facilitar motines, muertes y mas secuestros.
La confusión entre quién debe estar dentro y quién fuera de las cárceles, quién cuida a quién en las aceras, de quién uno ha de guardarse en la ciudad, si de los delincuentes o de los policías, sumado al creciente armamentismo de la sociedad venezolana, son temas a discutir, propios de la inseguridad en que chapoteamos diariamente. Lo malo es que quiénes deben dar el ejemplo y educar, discuten y planean desde perspectivas limitadas. Estoy hablando de ministros y parlamentarios.
Un ejemplo es el de las armas que están dentro de los penales y la impunidad con que los presos hacen espectáculos de muerte como los combates estilo circo romano, esos horrorosos “ coliseos” que montan o las huelgas de sangre que siempre terminan con mas homicidios y mutilaciones.
No falta el político que empiece a preguntarse con cara de sorpresa, que uno no sabe si es real o fingida, como van a dar esas armas a las cárceles y como es que se llega a extremos como decapitar a una persona y jugar con una pelota-cabeza, delante de un público nutrido.
Ni falta el ministro o el juez que empiece a tapar con un dedo el enorme sol de violencia que quema a las cárceles nuestras, justificando lo injustificable, la enorme inhumanidad del sistema.
¿No será porque , como lo han dicho los familiares desde hace años, hay una industria del preso que incluye el suministro de parque de armas y drogas a los delincuentes y es una industria tan productiva que se ha vueltoinatacable?
Los policías y los guardias insisten en revisar a las visitas, pero todavía no sé como se puede uno meter dentro del cuerpo una mini uzi o dos granadas, para no hablar de las centenares de armas largas , sus correspondientes municiones y los explosivos de los que se dispone normalmente en los penales. Sería necesario un ejército de familiares, todos de acuerdo con la GN, para meter semejante arsenal.
Todavía no se ha publicado la primera investigación seria sobre eso.
Lo que hace el gobierno es hacerse el loco: cambiar cada rato a los directores de Prisiones, a los directores de las cárceles y a los guardias nacionales, si las protestas , los secuestros de familiares, los coliseos u otras matazones se hacen muy evidentes. Y el nuevo director o directora, ministro o ministra, promete y sigue pa’lante, integrándose al sistema de no hacer olas.
Y ahora vamos a los barrios y a los delincuentes. Una parte importante del parque que tienen en los barrios proviene también de las fuerzas de seguridad.
Las policías venezolanas están infiltradas de delincuentes. Policías de todas las fuerzas, incluyendo los polinacionales, como le dicen en las fuentes de sucesos, aparecen todos los días implicados en acciones contra la ley. Y por supuesto, una de ellas, es el tráfico de armas.
Una vez que me pregunté de donde sacaban tanto proyectil los malandros de Catia, me contaron que una de las fuentes mas seguras y rápidas de conseguirlos era comprarlos en las rejas del palacio presidencial de Miraflores.
También existen las abundantes milicias y grupos de choque financiados por el gobierno. Ese financiamiento incluye armas y vehículos, o si no que lo diga La Piedrita, del 23 de Enero, que ha sido protagonista de reportajes donde sus miembros aparecen luciendo sus autobuses y sus armas largas. Grupos como esos los hay a lo largo del país y se enfrentan con o sin motivos políticos, diariamente, entre sí, contra malandros y contra vecinos inocentes. A veces pienso que sólo por practicar, cuando no tienen nada que hacer.
Aquí lo que hay es un todos contra todos. Las calles de la ciudad resuenan con el traqueteo de las ametralladoras en la noche y los tiros provenientes de las armas largas ya se han hecho corrientes, así como encontrar algún muerto en la vía.
No se descubre a nadie, porque los que tienen que cuidarnos forman parte de este desastre y lo engordan..
Deshacer las policías, las milicias, los cuerpos de choque y las fuerzas militares que se ocupan de la de seguridad pública, es una tarea ineludible si se quiere disminuir la cantidad de robos, atracos, asesinatos , tráfico de armas y drogas .
Es hipócrita que digamos que queremos terminar con la delincuencia, como si la impunidad que la alimenta proviniese del aire. No, viene de la tolerancia , la complacencia y la complicidad del aparato policial y militar.
Viene de un mundo cómplice que rodea a los venezolanos pacíficos. Del cuadro, también forma parte nuestra administración venal de justicia.
Así que no hagamos mas preguntas inútiles y retóricas, como que quién le da las armas a los presos o de donde sacan ametralladoras los delincuentes de los barrios, o como es que salen de la cárcel todos los días los malandros. Basta ya de planes espasmódicos o por lo menos, no nos pidan que les creamos ni pidan aplausos por sus operativos. Ya sabemos que solamente nos cuidamos nosotros mismos y los santos que quieran darnos una mano.