¿El asalto final?
El país amenaza con salírsenos de madre cuando más cerca hemos estado de encontrar cauces democráticos a sus graves conflictos. Si luego de dos semanas de negociaciones, César Gaviria se muestra «supremamente preocupado» por no haber avanzado ni un milímetro, la culpa no estará entre quienes han dado muestras fehacientes de apostar por una salida electoral a la crisis, implementando incluso el referéndum consultivo. Se encontrará entre quienes se aferran irracionalmente al Poder que insólitas e irrepetibles circunstancias históricas pusieran en sus manos. Se encuentra entre quienes malversaran el mandato democrático con que fueran electos e intentaran utilizarlo queriendo imponerle a sus propios electores un régimen autocrático contrario a su más íntima esencia democrática.
Pareciera sorprendente, pero pueda que la paradoja del momento lo explique todo: el gobierno está implementando una violenta ofensiva posiblemente final contra la oposición al militarizar Caracas e iniciar la liquidación de la autonomía municipal de la Policía Metropolitana —ambas medidas violatorias de la constitución vigente — cuando ha alcanzado el mayor rechazo nacional y el más alto nivel de aislamiento internacional en su ya inútil y atribulada historia. Agencias internacionales nos trajeron la comunicación de (%=Link(«http://www.ciponline.org/colombia/02041106.htm»,»Michael Shifter»)%), uno de los cerebros de ese verdadero «thinktank» del Departamento de Estado que es Diálogo Interamericano, uno de los más destacados institutos no gubernamentales de análisis de las relaciones entre Estados Unidos y el resto del Hemisferio Occidental, y quien en un artículo publicado en el Washington Post, el influyente periódico norteamericano, reclama la urgente aplicación de la Carta Democrática de la (%=Link(«http://www.oas.org/»,»OEA»)%) para ponerle atajo a los desmanes del presidente Hugo Chávez y evitar los peligros de una guerra civil en nuestro país.
Las cinco más importantes naciones de las Américas: Estados Unidos, Canadá, México, Brasil y Argentina, cuyos votos son de una enorme importancia en el seno de la OEA, se han distanciado del presidente Chávez y sus repudiables ejecutorias. La soledad de nuestro mandatario durante la cumbre de República Dominicana fue francamente estremecedora: culminó con una foto en familia sin el hijo pródigo. No sostuvo ningún diálogo bilateral de importancia y sólo encontró el respaldo del Paraguay y del Ecuador, mientras los restantes países mantenían una discreta y muy dolorosa distancia. La actitud de Aznar, que recibiera previamente en Madrid a un enviado de la oposición con una comunicación de la Coordinadora Democrática de altísima calidad diplomática, fue de la más absoluta frialdad. Y anticipa probables iniciativas desde el Parlamento Europeo en el mismo sentido recomendado por Shifter desde Washington.
Mientras Chávez paseaba su orfandad por Punta Cana, sus hombres ocupaban militarmente la Brigada Motorizada de la PM en un acto de flagrante inconstitucionalidad. Desde entonces ha continuado su escalada contra el principal cuerpo policial del país. Y pareciera querer ampliar sus desafueros hacia otros cuerpos policiales del país. Sus enviados, entre tanto, rechazan cualquier entendimiento con las autoridades municipales y estadales atropelladas con tales violaciones, en contra de la recomendación reciente del propio César Gaviria. Más se habrán hundido sus acciones en el mercado bursátil de la política internacional. Las campanas parecen haber comenzado a doblar por el Teniente Coronel y su régimen.
Podrá el gobierno protestar contra la decisión tomada por la oposición de llevar a cabo un paro general a partir del próximo 2 de Diciembre. Lo que no podrá ocultar es que tal medida es el último y postrer mecanismo de defensa ante lo que parece ser la ofensiva final del Gobierno por liquidar a la oposición e instaurar un régimen dictatorial. Lo ha provocado sistemática y tozudamente con su concepto autocrático, autoritario y excluyente de ejercer el Poder para imponernos una inaceptable dictadura que ya comienza a amenazar a todo el hemisferio. Pareciera que le llegó su hora final: que cargue con las consecuencias.
