El Carl Schmitt bolivariano
La mayoría oficialista de la Asamblea Nacional (AN) aprobó el nombramiento de Carlos Escarrá como el nuevo Procurador General de la República. Obviamente, esta designación es su recompensa por los servicios prestados como forjador de la arquitectura jurídica del proyecto autoritario del inquilino de Miraflores. Escarrá ha sido una pieza valiosa en la legitimación del socialfascismo bolivariano, el cual ha socavado el Estado de derecho del ciudadano en favor de un ejercicio arbitrario de la voluntad política del comandante-presidente.
Escarrá ha sido el artífice de las herramientas jurídicas que han nutrido al tte coronel en el ejercicio abusivo del poder, y le han permitido violentar el marco jurídico establecido en la Carta Magna. Personifica al siniestro Carl Schmitt, jurista e ideólogo del III Reich, creador del espacio vital (relación amigo-enemigo) y del «Estado Total» (el Estado se inmiscuye en todas las esferas de la vida en sociedad). Para el nuevo Procurador la norma ha de subordinarse al imperativo de la voluntad del comandante-presidente, pues representa la voluntad del pueblo y constituye un guía omnipotente que legitima la vida del Estado, de la sociedad y de los individuos. Escarrá encarna el Estado jerárquico-antidemocrático que representa el proyecto socialfascista del iletrado de Miraflores.
El apologeta del proceso premiado por la «robolución» ha sido un entusiasta partidario de la militarización del país como mecanismo efectivo del control de la conflictividad social, e instrumento para imponer la cultura del miedo en la población. Ha sido un cómplice confeso del terrorismo de Estado del régimen que ha afectado a toda la población sin distinción de clases sociales. Apoyó sin reservas la creación y aplicación de las listas Tascón y Maisanta como instrumentos de exclusión política. Es un apasionado defensor de la represión, del uso del «gas del bueno», de la criminalización de las protestas, y de la intervención del Estado en la vida del movimiento sindical.
Este apóstol de la liturgia que pregona el tte coronel es un vehemente defensor de la imposición de un nuevo orden jurídico basado en el dominio político total por parte de una perversa cúpula cívico-militar, y de una ordenación forzosa de la sociedad mediante un corporativismo social, es decir de la dialéctica del fusil y del sable.
Este oscuro personaje ha sido el encargado, en complicidad con la mayoría genuflexa de la AN, de la destrucción del Estado de derecho en Venezuela al convertir los pensamientos y deseos del autoritario de Miraflores en las leyes de la República. Detrás de la falsa retórica revolucionaria de este leguleyo del proceso se esconde una visión totalitaria y reaccionaria plasmada en el mal llamado socialismo del siglo XXI, “entiéndase socialmilitarismo”, que no representa otra cosa más que la etiqueta con que el tte coronel publicita su pestilente proyecto facho en tiempos del postmodernismo.
