El día siguiente
Para escándalo de cualquiera de las partes y probablemente de las dos no tomo partido porque partido no tomo nada. En cualquiera de los escenarios una enorme cantidad de votantes , casi la mitad, habrá apoyado la opción menos favorecida y no por esto puede o debe ser considerada como perdedora. No haremos nunca un país grande mientras sigamos dividiéndonos en bandos de ganadores y perdedores por defender posiciones diferentes. Los que quieren borrar a Chávez de la presidencia creyendo que lo borran de la historia como un accidente desafortunado olvidan por qué y cómo llegó a donde está; por qué y cómo la situación actual no es diferente de la que lo llevó al poder; por qué y cómo nadie ha encontrado o divulgado la fórmula para superar los problemas que hicieron que una enorme cantidad de compatriotas apoyaran una vía radical y extrema para intentar romper una estructura esclerosada en la que se ahogaban todas las iniciativas de progreso y mejoría para un pueblo hundido en la miseria y sediento de justicia.
Los que sostienen a Chávez a toda costa y quieren borrar de la sociedad a una creciente e incontenible cantidad de ciudadanos que ven y sienten que el discurso y los métodos de la nueva clase dirigente que en nombre del pueblo alimenta la miseria que la llevó y la mantiene en el poder olvidan por qué y cómo cayó el estalinismo, por qué y cómo todo modelo de sociedad basado en el poder de los excluidos termina excluyendo del poder a todo lo que se le opone y reconstruye una oligarquía de signo opuesto pero más inflexible despiadada y ciega que la que dijo combatir; por qué y cómo los que hablan de revolución y de lucha de clases sólo hablan de su clase de lucha y su clase de revolución , cuyo único propósito y destino es imponer su poder por encima y en contra de cualquier disidencia hasta llegar a la única forma de gobierno en que la disidencia es imposible: la de una sóla persona.
Con Chávez o sin Chávez, al día siguiente, Venezuela será la misma. Vencedores y vencidos seguirán pensando en una sociedad dividida en dos en la que cada parte cree tener toda la razón y por tanto niega toda razón a la otra. Un país que se construye sobre la alternativa absoluta y sin medias tintas entre un SÍ y un NO es una sociedad tuerta, incapaz de ver con perspectiva y profundidad, que me perdonen los minusválidos, que suelen ver mejor que los que hoy nos gobiernan y los que pretenden gobernarnos.
Y si la Historia nos ha traido hasta aquí, y no nos queda más remedio que aceptar o apoyar una de las opciones, hagámoslo con la conciencia de que los que votarán por la otra son también venezolanos, también piensan y quieren a sus hijos, también son gente. No son el enemigo sino el colaborador que tiene el punto de vista que nos falta para hacernos una idea completa de la realidad sin la que no podremos hacer realidad la idea de un país como el que todos queremos.
