Opinión Nacional

El ejemplo de Costa Rica

Los crímenes contra los más elementales derechos humanos, como la represión de febrero, o el asesinato de dos personas en Zulia, o la quema de ocho soldados, también en Zulia; los abusos de oficiales chavistas, como la compra por 140.000 dólares (equivalente a más de cuatrocientos millones de bolívares) de un Reverón, por un teniente retirado, o el atropello incalificable de cerca de dos mil vacacionistas en Tucacas por parte de un general retirado y la Guardia Nacional, las flagrantes manifestaciones de poder abusivo y riquezas mal habidas, en fin un enorme tumor maligno que daña casi todas las partes del cuerpo social, ese es el catálogo de realidades que puede ofrecer al país la Fuerza Armada. Y para colmo, su sola existencia consume cantidades inmensas de dinero, que podrían utilizarse en un verdadero desarrollo, en acabar con el atraso, con el hambre, con la miseria que tanto daño le hace a Venezuela.

Pero eso no es todo: todo el que haya visto de cerca la formación de los oficiales de la Fuerza Armada sabe que no es otra cosa que una castración. Los que logran resistir aquel camino de espinas salen literalmente castrados, sin inteligencia crítica, sin capacidad de análisis. El sistema se reduce a que el que tiene más poder que otro, humilla y veja al otro, que debe esperar ascender para hacer lo mismo con los que están por debajo de él. De allí que abusen del poder, que roben, que dañen y actúen como sádicos.

El teniente que se compró una obra de Reverón simplemente se está desquitando de todas las humillaciones que ha recibido. Por eso lo oímos decir públicamente «nosotros, los que vivimos en el Este», para exhibir ante el mundo que tiene dinero, y no otra cosa es la compra de una obra de arte que seguramente ni siquiera sabe disfrutar. El general que eructó en televisión y que permitió que se lanzara al suelo a una joven, lesionándola, y que ahora agredió brutalmente a ancianos, mujeres y niños en un «Resort» de playa, porque él es macho, guapo y apoyado, no hace otra cosa que aplicar lo que le fue enseñado: el uso de la violencia abusiva contra los débiles. Eso es la formación militar.

Hace ya mucho tiempo que Costa Rica salió de ese problema. En su constitución se prohibe la sola existencia de fuerzas armadas. Hay apenas una especie de policía nacional, que cuida las fronteras y vigila la seguridad de los ciudadanos. Así se ha quitado de encima el abuso de los militares y el gasto desorbitado que genera atraso y pobreza.

Pronto vamos a salir del actual régimen, un gobierno militar que irrespeta los derechos humanos, que alienta y protege la corrupción y le hace un daño inmenso al país. No hay que conformarse con sacar a esa gente del gobierno. Hay que sacarlos del país. Hay que hacer una nueva Constitución Nacional, que no solo recupere el nombre de Venezuela y garantice la inexistencia de abusos my de crímenes, sino que elimine para siempre las llamadas fuerzas armadas, fuente de esa corrupción y esos abusos, y fuente de pobreza y atraso. Sólo así se logrará el verdadero triunfo de la justicia. Como en Costa Rica.

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