El golpismo y la matazón de José Vicente

Ya cambió de tema el manipulador del diálogo y ex-vicepresidente de la ‘revolución’. Todavía el 06/04/09 (UN, p.20) comenta una encuesta de IBAD según la cual el 88% de los venezolanos se inclina por esa fórmula como vía para superar nuestros grandes problemas. Entonces concluye así el señor Rangel: Aquí ‘preferimos dialogar a matarnos’.

Agrega que sería una torpeza que gobierno y oposición no considerasen ese pronunciamiento. A la fecha, no hay diálogo. Crece la matazón Pero el mismo personaje toma ahora como tema de distracción el golpismo que, unido al debate sobre libertad de expresión y vía electoral, sirven para encubrir el avance del todopoderoso proceso Venecubano.

De este modo, se maneja un escenario violento controlado, con el objetivo de facilitar el proceso de radicalización de la revolución bolivariana.

El plan de distracción incorpora ahora dos elementos: la denuncia de planes golpistas en las oposiciones y el debate circense sobre libertad de expresión, que se juntan al que tiene que ver con el voto, como entidad permanente para barnizar de democracia cualquier monstruosidad.

Por esto, el discurso del Sr. Rangel, ‘ideólogo mayor’ de este régimen, al dejar a un lado la prédica del dialogo para asumir la anti-golpista, establece que hoy “dentro de la oposición […] se fortalece la tendencia golpista. Sectores que prácticamente discrepaban de la opción golpista de nuevo están en trance de avalarla. Es lamentable que esto ocurra porque si en algún momento la vía cívica y pacífica luce prometedora es en la actualidad.”

Esto quiere decir, que esa oposición no debe tomar malos caminos sino transitar, como hasta ahora lo ha hecho, por la vía electoral, que ya el régimen tiene controlada y que, en cada caso, dará los resultados previamente establecidos por los intereses gubernamentales. Todo lo demás será golpismo y matazón.

Y en esto se pone a valer la experiencia golpista que él conoce muy bien. Porque la llamada vanguardia socialista del día de hoy proviene de la conspiración que se inicia a comienzos de los ochenta y que sigue vigente en el actual ‘proceso’ dirigido por el golpista-presidente.

En este sentido, el ataque de distracción al supuesto golpismo de oposición habría que verlo en términos de una lucha de golpistas contra golpistas.

La acusación del plan golpista Rangel-GP cae en una flagrante contradicción. Según ellos “hay cúpulas partidistas conspirando. Lo mismo que obispos de la Conferencia Episcopal. Gremios empresariales. Militares retirados tocando las puertas de los cuarteles y ciertos medios de comunicación que ejercen, de hecho, el liderazgo de la conjura.”…

Curiosos estos golpistas que se dedican a tocar las puertas de los militares activos demostrando de ese modo que carecen de fuerzas efectivas y reales. Y ridículo pensar que un ejército de conspiradores, formado por empresarios, sacerdotes y algunos medios, puedan reestablecer el clima de agitación-calle del 2002.

Pero se apela al habitual complemento: en la conspiración está ‘el Bushismo que aún permanece “en la administración norteamericana con suficiente poder en la CIA, los Departamentos de Estado y de Defensa, al igual que en otros organismos de seguridad de esa nación.

Es decir, que opera el mismo complejo político de inteligencia y militar que tiene más de 10 años conspirando contra Venezuela y, que de nuevo, trama otro asalto al estado de derecho.”…(UN, 11-05-09, p.18) Por una parte está la prédica del GP pidiéndole empate de amistad a Obama, y por la otra Bush impulsando otro asalto contra el sacrosanto estado de derecho venezolano.

Según este planteamiento lo que sigue es una lucha abierta contra un poderoso golpismo que debe ser enfrentado con todas las fuerzas de que dispone la ‘revolución’.

El 10/05/09, el GP no solo ratifica la denuncia de Rangel sino que amenazó una vez más con el cierre de Globovisión. Las oposiciones a la vez, por intermedio de Antonio Ledezma, emplaza a Chávez a que identifique a los conspiradores.

Para el alcalde mayor el golpista es el presidente: ‘no lo vamos a llamar presidente, lo vamos a llamar golpista. Lo que usted declaró fue un golpe a la Constitución.’ Y, por ello, lucharán a fondo por la defensa de la carta magna y la libertad de expresión. Porque nada ni nadie nos va a sacar de la vía constitucional dado que sabemos que ‘por la ruta electoral podemos vencer el autoritarismo’ (EU, 12/05/09, p.1-2). La oposición nada tiene que ver con golpismo, está y estará llevando la gente a enfrentar al régimen por la vía electoral.

Sin embargo, una parte importante de esa oposición, representada por el director general de Globovisión, declara que están preparados para un eventual cierre del canal: “Así sea con megáfonos vamos a seguir en la pelea, aunque la gente no nos acompañe porque sentimos que los venezolanos no nos van a acompañar. Aquí la gente no va a reaccionar hasta que se le metan en el cuarto de al lado.” (idem).

¿Por qué la certeza de que la gente no los acompañará? ¿Le ha dado ese canal a la gente un mensaje que vaya más allá de la distracción? En la actividad de la Cátedra ‘Pío Tamayo’ del 11/05/09 preguntamos al estilo Pepe Ganga: ¿Y que sería de esta ‘revolución’ si no contara con la imagen de “amplitud democrática” que le proporciona Globovisión?

El plan de distracción cuenta hoy con muchas manifestaciones que son aprovechadas para intensificar la destrucción que hace presumir la existencia en el mediano y largo plazo de una gigantesca Tragedia Venezuela.

Está más que demostrado que los caminos llenos de derrotas no pueden ser auspiciosos. Señalar al bushismo como la gran amenaza de este ex-país y su revolución es algo que va más allá de lo ridículo y grotesco. Pensar que China, Rusia o Irán o son hoy aliados incondicionales de este proceso, es desconocer las más elementales leyes que rigen el capitalismo global.

Cada uno de esos países aprovechará al máximo la oferta de esta Venezuela en plena destrucción. Y en todo caso mostrarán su disposición a ayudar al GP para que enfrente a sus enemigos internos y pueda sacarle el mejor provecho a la matazón que promueven y justifican los José Vicente Rangel con la prédica del antigolpismo y la supuesta libertad de expresión desestabilizadora.

Hoy a este ex país le cayó, nada menos, que el llamado efecto de la revolución socialista, portadora del fanatismo y de la capacidad represivo-criminal que ha sido conocida en las experiencias que exhiben sus fracasos a lo largo del siglo XX y cuyas contradicciones y miserias las obligaron a volver al capitalismo que habían execrado.

Estamos ante una guerra interna no declarada que no sabemos a dónde nos va a llevar. ¿A una matazón que a la larga se quedará en la instancia de una suma de cadáveres que servirán de abono a la permanencia en el propio capitalismo?

Este camino militarista, autoritario y totalitario nos va a deparar, desgraciadamente, la mayor tragedia-destrucción de la historia de este ex-país. Mientras no asumamos la responsabilidad de hacer una historia en dirección contraria a la criminal que nos imponen los agentes de la llamada revolución y sus cómplices-mercaderes que aún hoy mantienen que ‘votar sí vale la pena’, estaremos dando aval a nuestra propia liquidación.

¿Qué hacer? La otra Venezuela está obligada hoy a hacer de su fuerza social, una instancia política que sirva de guía y acción para conformar un camino sin asesinatos ni trampas electorales que conducen a lo mismo. Una fuerza social que ya ha comenzado a manifestarse por muchas partes y formas como las redes democráticas dispuestas a enfrentar la matazón y servir de punto de partida para el debate y la acción por y para la Venezuela que tendrá que ser.

Hace un año propusimos la creación de una www.redinternacionaldelcolectivo.blogspot.com para contribuir con una tarea que reclama una inmensa participación para detener la matazón y abrir los cauces para la reconstrucción de este ex-país. Es tiempo de avanzar en una verdadera organización.