Opinión Nacional

El gran colisionador ataca de nuevo

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Con el costoso LHC de nuevo en operación después de 14 meses de reparaciones, ya se han conseguido energías jamás medidas en el planeta, esperándose aclarar algunas dudas relacionadas con el Big Bang para fines de 2010.

Finalmente empezó a funcionar de nuevo en Suiza esa maravilla tecnológica conocida como el Gran Colisionador de Hadrones, o LHC, con el cual el Laboratorio de Investigación Nuclear Europeo (CERN) busca desentrañar los misterios de la creación del universo. Esto se lograría al acelerar haces de protones a altísimas velocidades, hacerlos chocar entre sí y generar misteriosas partículas subatómicas que estuvieron en el momento del Big Bang, hace casi 14 millardos de años. La compleja instalación, construida al costo de unos $ 10 millardos tras 15 años de trabajo, está ubicada a 100 metros de profundidad en la campiña cercana a Ginebra y había sido inaugurada en septiembre de 2008, cuando sufrió una falla técnica que la obligó a apagarla para reparaciones, que duraron casi 15 meses.

De nuevo en funcionamiento, el LHC ha estado activo desde el 20 de noviembre, acelerando gradualmente los protones a velocidades que las hicieron batir el récord energético que se había impuesto hace años con el complejo Tevatron del Laboratorio Fermi en EEUU. En efecto, con la alta aceleración impuesta se llegó a medir energías del orden de los 1,18 TeV (un Teraelectrónvoltio es un billón de electrónvoltios, una unidad estándar de energía), nivel que será rebasado progresivamente en los próximos meses hasta llegar al objetivo de 7 TeV. En el momento de la colisión, se obtendría entonces una energía combinada de 14 TeV, la más alta lograda artificialmente en un laboratorio, aunque en las colisiones cósmicas dicha energía es algo común.

La energía generada en el momento de colisión sería tan grande que, cuando se inició el experimento a fines del 2008, corrieron rumores de que se podría generar un mini-agujero negro que engulliría el planeta o todo un continente, algo que los científicos se apresuraron a desmentir. La especie adquirió un tinte de intriga internacional hace un par de meses, al descubrirse que uno de los técnicos del proyecto, de origen argelino, estaba relacionado con Al Qaeda, que buscaría publicidad al hacer fracasar el experimento o utilizarlo para fines terroristas, gracias al temor siempre asociado a los agujeros negros. Hasta ahora todo indica que fue una especulación mediática ya que no se hallaron pruebas de un complot, pero el individuo –cuyo nombre no fue revelado– fue despedido y está bajo vigilancia policial desde entonces. Hacia fines del 2010 se sabrá si el experimento tendrá éxito, al estudiar las partículas subatómicas generadas con la fantástica colisión — digna de una novela de ciencia ficción–, o si se malgastaron $ 10 millardos sólo para ocupar el tiempo de los miles de científicos que participaron en el experimento más complejo de la historia.

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