Opinión Nacional

El honor de la Fuerza Armada

Los duros comentarios que, con toda razón, han surgido en la opinión pública nacional e internacional, como consecuencia de la fotografía de los cadetes de la Escuela Naval que, al asistir a una parada a rendirle honores militares al presidente de la República, terminaron arrodillados frente a la figura omnipotente de Hugo Chávez, exige una explicación. La crítica es más que justificada. No importa que los militares nos hayamos dado cuenta que lo que ocurrió fue que Hugo Chávez, con su complejo de militar frustrado, les ordenó sentarse a escuchar una de esa filípicas intrascendentes que siempre nos ofrece por los medios de comunicación. El uniforme blanco que portaban les impedía sentarse y tuvieron que colocarse en una posición que parecía de rodillas… Lo doloroso es que en el mundo se tiene, en este momento, la impresión de que los militares venezolanos son indignos de portar un uniforme ya que se arrodillan ante el jefe del Estado. Esta nota que, por lealtad a los jóvenes cadetes, escribo no tendrá la suficiente difusión para disminuir el impacto negativo creado por la fotografía. La pregunta que deben hacerse los venezolanos es si detrás de tan absurda situación no se ocultan intereses políticos. No fue un hecho casual lo que ocurrió. La semana anterior vimos el espectáculo representado por los oficiales y soldados de la Guardia de Honor. La impresión que todos tuvimos era que Hugo Chávez pasaría varios meses en un complejo tratamiento de salud. Sin mayor explicación a la semana siguiente estaba en Venezuela. Tampoco podemos olvidar la forma en que se desarrolló el desfile militar en conmemoración del bicentenario de nuestra independencia. No me refiero solamente a lo exagerado del acto protocolar ni a lo rimbombante de los uniformes que portaron los oficiales y soldados que desfilaron. Fue la manera de dar el parte militar. Es verdad, que Hugo Chávez, enfermo como se encuentra, no podía estar en un acto tan largo y agotador. También puede explicarse que en el momento de iniciarse el desfile el presidente de la República, desde el palacio presidencial, dirija un corto mensaje a los venezolanos y a los soldados que van a desfilar, pero dar permiso para iniciar un acto militar por televisión es una curiosidad que pasará a formar parte del libro de los record Guinness. No logro explicarme las razones por las cuales el ministro de la Defensa y el Alto Mando Militar, acompañado por el vicepresidente de la República, como autoridad civil, y los presidentes invitados, no podía presidir el desfile militar. El absurdo, que no estuviera ninguna autoridad militar presidiendo el acto, trajo por consecuencia que el general de división Carlos Alcalá Cordones, al ir a pedir permiso para concluir el desfile se dirigió al pueblo presente y no a ninguna autoridad militar, ya que el Alto Mando Militar permanecía en Miraflores. En realidad, son demasiadas casualidades juntas para imaginarse que ellas han ocurrido sin previa planificación. He reflexionado sobre estas circunstancias y no he podido encontrarle una lógica respuesta. Hugo Chávez no da puntada sin dedal. Esa es una verdad como un templo. Además, su falta de escrúpulos le permite actuar con mucha libertad. Me he convencido, y creo que con razón, que el problema al cual no le encuentra solución Hugo Chávez surgió cuando equivocadamente se presentó ante los venezolanos por televisión, desde Cuba, con un aspecto de gran debilidad, pálido y con varios kilos de menos, sorprendiendo a todos al leer el mensaje, como si realmente estuviese en un estado de gravedad casi irreversible. Los expertos de opinión deben haberle dicho que al presentarse de esa forma tocaría la fibra sentimental y humana de nuestro pueblo, que reaccionaría de inmediato fortaleciendo de esa manera los debilitados lazos afectivos con Hugo Chávez. La luz de alerta se prendió de inmediato. Los diarios sondeos de opinión que realiza el gobierno señalaron lo contrario. No sólo no se había fortalecido la popularidad, sino que mostraba una tendencia al debilitamiento. Para colmo, empezaron los enfrentamientos internos en el PSUV. Había que reaccionar de inmediato. Aún poniendo en riesgo su vida, tuvo que venir a enfrentar personalmente la situación. En definitiva, el régimen no acepta otro liderazgo. En ese juego, también ha querido mostrar su autoridad sobre la Fuerza Armada. Esa fue la razón de la visita a la Academia Militar y las órdenes que impartió a los cadetes ese día. También la filípica del aeropuerto a los cadetes de la Escuela Naval. Dolosamente, comprometió el honor de la Fuerza Armada. [email protected]

Venezolanos califican de «inconstitucional» disposición que exige estatus legal de votantes en el exterior. De mantenerse, ésta sería la segunda vez que el Gobierno de Hugo Chávez impone ese requisito a los venezolanos en el exterior desde que se celebró el referendo revocatorio a su mandato en agosto de 2004, cuando las autoridades electorales aprobaron una normativa similar de último momento. Los electores deberán presentar original y copia del pasaporte vigente, además de la cédula de identidad y documento de status legal en el país de residencia. Sin embargo, para los venezolanos en el exterior es IMPOSIBLE actualizar estos documentos porque los funcionarios nombrados por el dictador tienen instrucciones de no cumplir con sus obligaciones para evitar que esa gran masa de ciudadanos que han emigrado, puedan votar en su contra.-

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