El Magnílocuo
Los verdaderos amigos del presidente deben proteger a su camarada de las desproporciones del gobernador Diosdado Cabello. Hasta la oposición debe hacer su parte para no caer en la trampa diabólica de este personaje que desesperadamente insiste y persiste en que alguien está tramando la muerte de su “hermano del alma”. Es un acto de irresponsabilidad moral y social hacerse eco de semejantes presagios. Al presidente le perdonamos y le cobraremos su Show mediático de este 11 de septiembre, por aquello de que errar es humano pero insistir en el error, es diabólico. De allí será que se desprende el apodo de “diosdiablo”.
De no tratarse de un plan orquestado desde Miraflores para salvar a cualquier precio (el fin justifica los medios) la embarcación que hace aguas, y para pescar votos con miras a las elecciones regionales del 23 de Nov, podemos aseverar que el ex ministro, ex vice presidente y actual gobernador Mirandino es quien está amasando la neroniana idea de un magnicidio e incendiar a Venezuela. No tendría nada extraño. Los insurrectos del golpe fallido del 92 donde el coronel Cabello participo activamente, tenían como misión asesinar al presidente CAP y a su familia. Los guardaespaldas de la primera dama cayeron asesinados en la casa presidencial sin saber por qué morían bajo el fuego de los morteros y de las ametralladoras disparadas por sus propios hermanos de armas.
El magnílocuo no pasará a la historia como MPJ, es decir, como un constructor, sino como un predador. Al grandilocuente lo sacaremos del poder, pero con los votos y con chaqueta de fuerza. Así que, el único magno evento y manifestación popular que vamos a realizar los venezolanos será la asistencia a las urnas y la virtual avalancha de votos con los que el próximo 23 de Nov le mataremos los piojos en la cabeza a estos incapaces que nos desgobiernan y que han divido al país y sumergido a la nación en la miseria espiritual y material.
