Opinión Nacional

El mito de la clase media venezolana

The most perfect political community is one

 in which the middle class is in control

and outnumbers both of the other classes.

 

Aristóteles.

A los finales de julio de 2010 el caso PDVAL contabilizó 130 mil toneladas de alimentos podridos y de fecha expirada. El pasado 4 de febrero una tubería de crudo en las afueras del complejo nacional Jusepín en Maturín explotó y, en consecuencia, dejó sin agua potable a la ciudad de Maturín. Por otro lado, recientemente se han escuchado protestas del agua contaminada en el Edo. Carabobo, para luego determinar por medio de reportes que datan del 2008 que el agua contenida en la planta de tratamiento de Los Guayos y La Mariposa, Río Paito, sector la arenosa y embalse Pao Cachinche, en principio potable, contenía sustancias tóxicas para el consumo humano.

Después de estos hechos que involucran cuestiones vitales como el agua potable y los alimentos,  resulta sorprendente escuchar las cifras arrojadas a finales de marzo por Datanálisis, ya que el Presidente Chávez posee a su favor una intención de voto del 44%, frente a una intención de voto de 31% en favor del Gobernador de Miranda, Henrique Capriles. Ahora bien, los indecisos acumulan un 20% de los votos, los cuales, aunque insólito, pueden ir en cualquier dirección. ¿Quiénes son los que forman parte del 20%? ¿Pobres susceptibles de discursos populistas y misiones populares oportunistas? ¿Una clase media que todavía cree en alguna forma de socialismo? ¿Fanáticos adoradores de la personalidad del Presidente Chávez? ¿Ricos indolentes? ¿Jóvenes que no votan?

Quizás el problema más relevante que puede explicar el origen de la disociación causada entre la realidad latente de la incompetencia de un gobierno y el apoyo que recibe sin importar qué haga es el hecho de que en Venezuela no existe una clase media como termómetro y control político. En nuestro país, la clase media es un mito.  En las democracias de los países desarrollados la clase media es el elemento que funge como control contra el poder del Estado. Por otro lado, en China, el surgimiento de una clase media  y la penetración del internet ha causado que el gobierno chino actúe con más precaución, exempli gratia, las manifestaciones de descontento popular en 2011 contra las colisiones de los trenes de alta velocidad  y las protestas populares en contra de la planta química en Dalian. El nacimiento en China de una clase media ha servido como un estabilizador social que amenaza, aunque todavía no seriamente, el status quo político.

Difícilmente puede decirse que la clase media es el estabilizador social en Venezuela. No obstante, para ser más detallados, según un artículo escrito por Leslie T. Chang para National Geographic, en China se considera que se pertenece a la clase media cuando el sueldo anual por núcleo familiar constituye por lo menos 10.000 dólares americanos, se tiene vivienda propia, carro propio, se puede salir a comer en restaurantes y tomar vacaciones, así como estar familiarizado con marcas e ideas extranjeras. Esto nos arroja la conclusión que puede ser difícil encajar este concepto de clase media en Venezuela como estabilizador social. Los pobres son el estabilizador social en el país y de ello no hay duda. El Presidente Chávez conoce esta realidad y por ello gasta la mayoría de la riqueza de la nación en producir un Estado de misiones y subsidios. No hay nada mejor que el clientelismo político y el oportunismo para conservar el poder en un país que esta sumido en la pobreza.

Por otro lado, en el 2010, la penetración del internet en Venezuela constaba de un 30,7%, según la consultora online “Tendencias digitales”, lo cual deja a considerar que de cada 100 venezolanos, prácticamente 69 no tienen acceso a internet. Estos números pueden causar problemas cuando se tiene en cuenta que en las manifestaciones en China y la primavera árabe el internet y las redes sociales tuvieron un rol determinante. La información es fundamental en una democracia, porque solo con ella se puede conocer, evaluar y controlar las acciones del gobierno. En el caso de Venezuela el acceso a internet tiene un valor importante cuando se toma en consideración que la televisión y la radio han sufrido de restricciones e impedimentos que producen una inclinación en la opinión. De ello que se pueda crear un discurso de opinión pública que no refleje la realidad de la mayoría o, peor aún, que haga desaparecer la opinión de la minoría. El acceso a la información no puede ser un privilegio de clases, sino un elemento de dominio público para fortalecer la clase media.

Electoralmente la ausencia de una clase media es un problema, porque las estrategias políticas para captar votos deben sacrificar rigurosidad ideológica y soluciones reales a favor de promesas populistas y soluciones utópicas. Se han escuchado en Venezuela promesas como la tarjeta mi negra, el saneamiento del Güaire, un número sin fin de viviendas populares, reforma monetaria hacia el Bolivar Fuerte para reducir la inflación a un dígito, entregar el poder en 5 años, no nacionalizar ninguna empresa ni canal de televisión, segundo puente sobre el Lago de Maracaibo, entre otras. La falta de honestidad política en la cacería de votos es también culpa de la sociedad, ya que solo ella puede castigar la mentira. No obstante, nuevamente, vemos que la sociedad venezolana es siempre víctima de su propia ignorancia, debido a las cifras de Datanálisis mencionadas anteriormente.

El actual gobierno se ha encargado de destruir la clase media, porque conoce el peligro que ella representa. Por ello, la legislación económica ha buscado crear obstáculos para cualquier tipo de empresario, así como interviniendo en la economía de una manera tan caprichosa que ningún inversionista que aprecie su dinero y propiedad invierte en Venezuela.

 La nueva clase que ha surgido es la de una “Boliburguesía” que ha pasado a constituir el tope de la pirámide social  proporcionando una lealtad electoral. Al mismo tiempo, la función pública se ha visto tan politizada que por el solo hecho de temer la amenaza de quedarse sin trabajo no vota o vota a favor del gobierno. Lo cual nos lleva nuevamente a la pregunta: ¿Realmente de existir una clase media en Venezuela, puede ser el estabilizador social?

Teniendo todo esto en cuenta, también puede explicarse el hecho de que Capriles busque complacer y atraer a los indecisos y a las clases menos opulentas con políticas populares. Frente a un escenario así, también es necesario no tener un plan de gobierno definido, porque puede excluirse un buen número de votantes que potencialmente pudiesen apoyar el discurso del Gobernador de Miranda. Esto, aunque es un resultado político no óptimo para lo que sería la cultura política venezolana, es necesario.

Mientras no exista una clase media con capacidad de control político, no puede construirse una cultura política que castigue la mentira y el populismo. Lamentablemente es necesario caer en eclecticismos para complacer todos los gustos y así poder salir del autoritarismo. Es urgente la creación de una clase media para evitar el eterno retorno que ha vivido el país con sus caudillos y demagogos. Es necesario más debate político con más opiniones y más ideologías para obtener una dialéctica que abra una brecha para nuevas visiones y nuevas soluciones para Venezuela más allá del comunismo, el socialismo, la socialdemocracia y las dictaduras militares.

 

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