El otro cachorro
Y nos visita el cachorrito ecuatoriano, para no decir el cotorrito, termino este que le decimos a los hermanos ecuatorianos residentes en nuestro país, bregradores y trabajadores como la mayoría de todo el gentilicio latinoamericano.
Su presidente se encuentra en malos pasos, en malas juntas o malas compañías, con una poca visión para tratar el conflicto internacional que se le ha presentado en los últimos días en su frontera, o a la visión inmensa que tiene de ver las cosas de una manera bizarra o a su conveniencia.
Aclarar y no enlodar es lo primero que tiene que hacer un mandatario que se jacte de ser serio y que crea en los firmes principios de la democracia y la libertad, aclarar el porque estaban en su territorio estos bandoleros a la cabeza del Raúl Reyes segundón de Marulanda, que por mucho tiempo han ejecutado acciones violentas en Colombia, ya sea con cilindros de gas, con morteros, con bombas, con minas quiebra patas, que han dejado a mas de un niño colombiano minusválido, cuando han tenido suerte y no mueren en el acto, o será que está de acuerdo con grupos que cercenan la libertad a una persona.
Aclarar y no enlodar es su tarea, estamos de acuerdo con eso lo de la soberanía, ¿Pero presidente cachorro, la soberanía es para un solo lado? No sé me pregunto yo, ya su discurso comienza a parecerse al del otro, es decir al nuestro no al mío, usted sabe a quien.
Tenga cuidado señor presidente, las malas juntas son perjudiciales, esos llamados a guerra y amenazas, no son propias de un presidente serio, el nuestro se jacta diciendo que quiere la paz para todos los pueblos del mundo en especial para el pueblo colombiano y no la practica, ¿Y usted cree cachorro visitante que nosotros tenemos paz en Venezuela?
Pues no estimado cachorro, tenemos ya nueve años en que este país convertido en un campo de confrontación, cada mes, cada día aparece algo nuevo, y como podemos hemos ido llevando esa carga, la cual ha tenido también nuestra victimas políticas, y las que tenemos a diario, por la inseguridad, pero sabemos y estamos de contestes que algún día no muy lejano todo volverá a su carril.
No creemos en la guerra para dilucidar los conflictos, usted solucione el suyo con Colombia sin guerra y sin muleta venezolana, que nosotros estamos tratado de resolver los nuestros, porque estoy casi seguro que la inmensa población seria y honesta de este país no acompañara ninguna acción belicista de su jefe.
Señor presidente, perdón señor cachorro, regrese a su país, ándale y solucione esos problemas como deben ser, por la vía del dialogo y la prudencia, porque al fin al cabo los colombianos le quitaron ya uno de todos, como es la presencia de bandoleros en su territorio.
