El país de los inocentes
Venezuela es un país de inocentes. Similar al Limbo de los niños o sea el
lugar donde están todas las personas que nunca han cometido pecado personal.
Y el mejor modelo es el Innombrable. Verbigracia: desde hace 11 años, «este
angelito» quiere convencer a todo el mundo de ser inocente de las 7 plagas
de Egipto que le han caído a este país. Y hasta tiene identificados a los
culpables: el imperio y la IV república. Sin embargo, como dice ser inocente
de todo cuanto lo inculpan, citare únicamente 2 casos recientes de esa lista
interminable. El primero son los apagones repetitivos de la electricidad en
toda Venezuela, que no son supuestamente responsabilidad del Innombrable
sino del fenómeno metereologico El Niño. En la Corporación Eléctrica
Nacional o Corpolec piensan otra cosa: «40 años de desinversion en el sector
eléctrico». Eso incluye los 11 años de este gobierno. Pero, por suerte, ya
están hablando de la solución del problema, como en el teatro, en 3 actos:
1°: pechar a los altos consumidores que, al fin y al cabo, son los millones
de personas pobres que hacen contrabando de luz en sus ranchos con millares
de cables pegados al alumbrado Publico, como espaguetis. Solución
sencillamente imposible. 2°: exigir el pago del servicio eléctrico a la
gente que no cancela el consumo y que son los mismos contrabandistas,
subsidiados por los que sí pagan. Bis. 3°: implementar un programa de
racionamiento eléctrico, similar a Cuba, con cortes hasta de 5 horas
diarias, según denuncia la Federación de Trabajadores de la Industria
Eléctrica o Fetraelec. Definitivamente: es el colmo de ineficiencia de este
gobierno que solo reactivará el negocio de las velas.
El segundo caso es el desabastecimiento del azúcar, arroz, café, aceite y
otras menudencias. «El angelito» culpa de este problema a la crisis mundial
del azúcar y de otros alimentos, a variaciones estacionales, al contrabando
o al acaparamiento. Pero, FESOCA, Federación de Asociación de Cañicultores
de Venezuela y Fedeagro, Confederación de Asociaciones de Productores
Agropecuarios, denunciaron la disminución del 15% en la producción y 14% de
la superficie cosechada debido a la intervención gubernamental de las
tierras productivas y a la gran corrupción del proyecto Central Azucarero
Ezequiel Zamora o Caaez. Como consecuencia, hubo reducción de 1.43 millones
de toneladas de caña, aumento del 30% del costo de producción, incremento al
40% en la importación de azúcar y pérdida de centenares de puestos de
trabajo. Pausa para tomar aire. Y repetir la misma historia para el arroz,
café, aceite y otras ausencias.
Finalmente, existen otros inocentes en este país: la oposición y los
compatriotas que no acuden a votar pero dicen no tener culpa en este
desmadre de gobierno, a pesar de «la inocentada» de entregar en bandeja de
plata a Pdvsa y la Asamblea Nacional al Innombrable. Esa historia de
inocencia seria inadmisible en las elecciones del 2010 porque Venezuela vive
una situación de emergencia democrática que exige la integración en una sola
fuerza electoral que garantice la derrota del Innombrable, como lo hizo el
pueblo de Chile ante la dictadura de Pinochet. Por eso, como dice mi pueblo:
«cómprate las velas y las alpargatas, que lo que viene es joropo».
