El régimen descubrió la inseguridad
Las autoridades andan a dos velocidades: cuando se trata de la pretendida revolución meten chola a fondo y cuando se trata de las prioridades de la nación lo piensan múltiples veces. Ese es el caso de la absoluta prioridad social de la construcción de viviendas, para lo cual se tardaron 13 años en darse cuenta, ahora ocurre algo similar con la inseguridad, el hiperlíder la descubrió el pasado viernes 13 y decidió, una vez más, improvisar sobre la marcha la Misión Seguridad. Es mejor tarde que nunca, para articular al país entero frente a la criminalidad desbordada, consiguiendo información de las comunidades organizadas y rescatando el concepto solidaridad en beneficio de treinta millones de venezolanos, sin discriminaciones absurdas de ideología, raza, religión, preparación o riqueza.
El CICPC informó como un logro que durante el 2011 pusieron a la orden de los Tribunales 1.601 homicidas, lo que representa el 8,26% de los 19.366 homicidios reportados, o sea, que lo que se muestra como un éxito es en realidad la terrible confesión de un fracaso que nos afecta a todos, ya que el 91,74% de los asesinatos han quedado impunes, sin entrar en consideraciones sobre las 4.874 averiguaciones por muerte que están pendientes. Por ello no logramos determinar cómo el Ministerio del Interior logra tergiversar las cifras y habla de una tasa de 48 homicidios por cada 100 mil habitantes, a pesar de que es en realidad de 67, lamentablemente una de las más altas del Hemisferio: basta una muestra 2.801 asesinatos ocurrieron en el Municipio Libertador.
Definitivamente vivimos una etapa de transición, con un prolongado período de inestabilidad política que si se tradujera en turbulencia vendría después la calma, pero si lo analizamos como incertidumbre jamás se puede precisar lo que puede ocurrir, porque puede pasar cualquier cosa, en especial ante una docena de ministros del Interior cada uno con su plan de seguridad; así por ejemplo el Dispositivo Bicentenario de Seguridad, programado desde el año 2010 para reducir en un 20% la tasa de homicidios, no ha logrado ningún resultado. Nos parece surrealista que el actual régimen reconozca el incremento de los homicidios e insista en que la delincuencia ha disminuido en otros rubros: debería saber que la extensión, dimensión y características de la criminalidad funcionan como un ejército organizado, donde el asesinato es el delito rey y la consecuencia de una cantidad y calidad de delitos que arrolla la agenda cotidia-na de los ciudadanos, destacando la reincidencia y la cifra negra, de acuerdo a la Encuesta de Victimología del propio régimen.
Una comisión de la AN trabaja en el proyecto de reforma de la Ley de Desarme, mientras los colectivos del 23 de Enero controlan con armas largas áreas urbanas fundamentales y el Frente Bolivariano de Liberación en uniforme es dueño del Alto Apure; sin referirnos a los grupos violentos, invasores de edificios, con motos, cadáveres descuartizados y una impunidad que es blandida a los cuatro vientos. El régimen descubrió tarde la inseguridad.
