Opinión Nacional

El Sapeo como proyecto

En pleno año electoral, el gobierno parece decidido a romper los paradigmas que sugerirían una conducta, al menos más moderada o quizá menos piromaníaca, para evitar el envío de señales negativas a su mercado electoral, y para no contribuir al desagüe de votos leales, ahuyentados por un radicalismo ramplón e irresponsable pero inexorablemente genético y consustancial a esta gestión.

Las perlas abundan y van sumando piezas de un pesado collar “socialista”: una Ley de Alquileres que desalienta en la práctica, el arrendamiento; una Ley de Costos y Precios “Justos” que apuntala el ya apretado candado a la libertad económica y de empresa; el aislamiento en aumento del país luego de la salida del CIADI, cual muchachito malcriado que al perder un juego, se lleva la pelota alegando su propiedad y el apoyo irrestricto a los gobiernos más criticados y parias de la comunidad democrática internacional; anuncios, declaraciones y amenazas de que la FAN es chavista; fotos filtradas por la propia comunidad cansada, de niños con armas en el reducto caraqueño de La Piedrita y otros peñascos del extremismo emboinado; y ahora, la Ley contra la delincuencia organizada, artificio legislativo para supuestamente combatir el crimen y el terrorismo.

Escribimos supuesto, porque detrás de un nombre ante el cual, nadie podría alegar suspicacia o rechazo alguno (esto es, luchar contra el crimen organizado) se escondería, entre sus líneas y premisas fundantes, el objetivo real y verdadero del gobierno, cual es, institucionalizar el “sapeo”, la delación alegre, el chisme reciclado, y etiquetar a cualquiera que encaje en el inefable y subjetivo precepto de “actividad sospechosa”.

Así, para la “revolución bonita”, todo el país está bajo sospecha. Somos, sin saberlo y por descubrimiento luminoso de las preclaras mentes de la actual administración, en el pantanal colectivista al cual nos adentra cada vez más, una sociedad batracia, plena de vigilantes vigilados y absolutamente desconfiados unos de otros, tanto como para sospechar hasta de las sombras sin luces que amenazarían cualquier continuidad roja rojita.

Como la propia realidad se ha convertido ya en la principal amenaza del “proceso”, con su inflación inexistente, acaso sólo en las mentes hipnotizadas de ciertos escuálidos; como la inseguridad, el deterioro de la infraestructura vial, sanitaria, educativa y pública del país, que es solo una “sensación” inducida de seguro en millones de mentes por la CIA y otras agencias imperiales con tecnología ultra-secreta bidireccional marca Carreño, entonces debe aplicarse una Ley Sapo que, como en el glorioso y celebrado paraíso cubano, o más allá en términos históricos, en la añorada Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, convirtiera a cada ciudadano y camarada, en fiel guardián del supremo interés nacional, obligados así a denunciar  cualquier actividad que signifique o una crítica exacerbada, o una amenaza para la eterna permanencia del Líder-Estado-Caudillo en el poder.

La eficiente labor destructiva del Presidente Chávez sigue su curso. Incapaz de generar condiciones adecuadas para la inversión en sectores estratégicos (¡cómo hacerlo si odia a la empresa privada!), reglas de juego claras, y sobre todo, garantías a la propiedad, preferible es expropiar cuando la camisa de fuerza de los controles de todo tipo son infructuosos para detener la inflación, o peor aún, la escasez. La víctima más reciente es Servigas, cuya salud operativa y financiera seguramente se evaporará tan pronto el gobierno concrete su confiscación. ¿Sabrá alguien por qué los vendedores de cocinas eléctricas se están frotando las manos?

Sin negar la subyacente intención que, en algún momento, pudo existir para crear una Ley que permitiese la lucha contra la delincuencia a gran escala, es evidente que su laxitud y ambigüedad son terreno fértil para la interpretación malintencionada, dejando en trance de “mono con hojilla” muchas puertas abiertas a la estigmatización y persecución política en el país. Por eso es importante el voto primario de este domingo, y obviamente, el del 7 de Octubre. Para evitar la continuidad de un fracaso con forma de gobierno. Y si, ciertamente, en una cruzada ética y cívica, para evitar y combatir el sapeo como proyecto.

@alexeiguerra

 

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