El Show de Chávez
La forma como el presidente anuncia las expropiaciones, no es más que un show de mal gusto, puesto que las ejecutorias exigen un proceso legal que hay que cumplir paso a paso. Pero, por otro lado, no déjà de ser es un espacio de entretenimiento muy divertido para niños y adultos. Es como ir de paseo al zoologico y detenerse en la jaula de los monos, que son los que más se parecen al homo sapiens.
El estado, en este caso el venezolano, puede hacer uso de sus facultades y expropiar cualquier inmueble que sujeto a la ley estime conveniente para el disfrute general de toda la población. Aunque vale destacar que necesariamente no hay que expropiarlo, puesto que se puede declarar patrimonio histórico y comprometer al propietario a que conserve la fachada original. Es lo que se hace en los países civilizados en donde hay gobernantes y no regímenes gobierneros. De allí que, la gran mayoria de los venezolanos, no compartamos esas bravuconadas de Chávez.
Los orates que acompañan al presidente, asi como las focas que lo aplauden, son personas que pareciera jamás en su vida han vertido ni mucho menos rociado con agua un solo grano de maiz dentro de un frasco con un secante para verlo crecer. Es decir, se trata de personas improductivas; resentidos sociales de, y cargas sociales para un país rico cada vez más emprobrecido, razón por la que su presidente intenta hacerle la competencia al programa cómico de la TV: “Qué Locura”.
Ese show mediático es también parte de la campaña electoral del partido de Chávez con miras a las elecciones parlamentarias de septiembre próximo. Las encuestas lo ubican por debajo del 45%, por lo que la oposición debe seguir forzando la barra con su consigna “Ta’ Poncháo” para librarnos cuánto antes de ese Karma y matarle los piojos que tiene en la cabezota.
