Opinión Nacional

El siglo XXI tendrá un nuevo clima

Informes de diversas instituciones y organismo internacionales, encargados de estudiar los cambios de atmósfera y de la tierra, aseguran que los habitantes del nuevo milenio conocerán grandes transformaciones en el medio ambiente, y que sufrirán las consecuencias de las acciones que, en contra de la naturaleza, se han acometido en este siglo que finaliza.

Cuando se realizó la Cumbre de la Tierra, en junio de 1997, los observadores presentaron resultados alarmantes de sus estudios. La Asamblea aprobó el desempeño de la comunidad internacional sobre ese asunto en el quinquenio que media entre la I Cumbre de Río de Janeiro y la Cumbre de Nueva York. En esa cita, 173 países firmaron un acuerdo de urgencia para salvar el planeta de la catástrofe, pero, como muchas otras acciones diplomáticas, fracasó por las dificultades que se presentaron en la búsqueda del consenso entre los países ricos y pobres, para lograr reunir los recursos para financiar el desarrollo de políticas acordes a ese fin.

En Río hubo un compromiso de los países industrializados para destinar 0.7 % de su PIB para ayudar al desarrollo. Esa promesa también fue incumplida, con el agravante que esas naciones disminuyeron la inversión en más de un 40 % hasta la fecha.

Los preocupados por el medio ambiente vimos como la Cumbre de Río terminó con euforia, mientras que la de Nueva York dejó un sentimiento de disgusto y escepticismo en quienes han observado la actitud de la comunidad internacional frente al problema más grave que enfrenta el mundo en los albores del tercer milenio.

Los líderes políticos del plantea tienen en sus manos un estudio , elaborados por más de 500 científicos, en su mayoría Premios Nobel, según el cual, se hace urgentemente necesario actuar, de inmediato, para prevenir las consecuencias devastadoras del calentamiento de la tierra inducido por el hombre.

El Protocolo de Kioto es claro en ese sentido: el calentamiento global del plantea es un hecho. De ello, es principal causa la utilización excesiva de combustible fósil. Se considera en la declaración firmada en Japón por más de 63 países que el cambio climático hará subir el nivel del mar; provocará lluvias inclementes, inundaciones, sequías, y en consecuencia, peligrará la salud humana. El cambio climático exacerbará la falta de alimentos, con lo que aumentará la hambruna y la desnutrición. Aumentará el ritmo de desaparición de las especies, especialmente los ecosistemas vulnerables. La destrucción continuadas de los bosques hará disminuir la capacidad natural del medio ambiente para almacenar carbono y en consecuencia, aumentará el calentamiento en la tierra.

Los hechos demuestran que a pesar del peligro existente y de las amenazas que han hecho los expertos, no existe sensibilidad entre los hombre que tienen el poder de decisión para ejecutar las políticas preventivas. . Aun cuando se llegó a un acuerdo para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, las discusiones sobre el tema fueron dramáticas y los compromisos limitados. Existe un acuerdo, firmado por 39 países, que se comprometen a reducir las emisiones de gases en un 5,2 por ciento respecto a los niveles de 1990 y 1995, cosa que ocurrirá entre 2008 y el 2010. Para ello, se fijaron cuotas de reducción por regiones y países, pero las mismas han sido incumplidas por los países, especialmente, por los Estados Unidos. El último evento ambiental de este siglo, Expo Lisboa, la comunidad internacional volvió a reflexionar sobre el grave problema que enfrentan los mares, pero ningún cambio de actitud de ha manifestado hasta ahora.

Los ecologistas anuncian una gran tragedia. En el siglo XX se han enviado más gases a la atmósfera que en toda la historia anterior del hombre. Estiman que la atmósfera está enloqueciendo, entre otras cosas, por la concentración en las grandes ciudades y el tráfico que esto implica.

Mientras se debaten las consecuencias futuras de lo que ocurre en el planeta con su clima, en una ciudad como México, respirar aire contaminado equivale a fumar dos cajetillas diarias de cigarros; en España, un país con bajo índice de emisiones tóxicas tiene un tráfico que provoca la tercera parte de las emisiones tóxicas. En Caracas, nadie estudia el problema y el tráfico sigue creciendo.

Ya se han empezado a ver los cambios climáticos: México le robó las nevadas a Canadá. Mientras Guadalajara y León se cubrían con la nieve, los canadienses vivían temperaturas de diez grados de calentamiento a lo habitual. La Amazonia ardió el fuego, el Niño ocasionó grandes sequías e inundaciones en buena parte del planeta.

La organización Mundial de Meteorología llama la atención sobre el riesgo de una grave crisis de agua dulce, a la vez que sigue la explosión demográfica, el aumento de la contaminación. Mientras disminuye el agua, las temperaturas aumentan gracias a los cambios y alteraciones del sol..

Todos los fenómenos que estamos observando sugieren que los posibles reacomodos del sistema puedan producir variaciones que están más allá de la acción oportuna y la voluntad del hombre.

La recuperación del planeta es urgente y necesaria. Y por lo inmediato de la solución, los habitantes del mundo debemos crear una consciencia conservacionista. Nunca es tarde para empezar.

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