Opinión Nacional

Estado comunal léase comunista

Citarse uno mismo en sus propios artículos resulta pedante, pero me tomo la libertad de quebrantar esa regla porque creo que el caso lo amerita.

En mi articulo titulado «¡Una vez más no!» (http://www.adolfotaylhardat.netunaveazmasno.htm) publicado en este diario el 22/08/07, me referí a las propuestas de modificación que el ahora repitiente estaba cocinando en secreto, a espaldas de la ciudadanía y señalé: «El objetivo central (de la reforma de la Constitución) es convertir a Venezuela en un Estado socialista, como una etapa  para implantar un régimen comunista».

En otro artículo, titulado «!No queremos ser socialistas¡» 

(http://www.adolfotaylhardat.net/noqueremossersocialistas.htm ), – EU05/08/12 – escribí: «Chávez ofrece al pueblo venezolano lo que pretende presentar como unas modificaciones inofensivas (a la Constitución), sin embargo detrás de esa mentira se esconde el proyecto maléfico, diabólico, maquiavélico, de convertir a Venezuela en un Estado socialista… para avanzar hacia el objetivo de implantar en Venezuela un sistema comunista, inspirado en el ejemplo cubano».

En un tercer artículo (EU 24-10-07) titulado «¡No al Estado Socialista!» (http://www.adolfotaylhardat.net/noalestadosocialista.htm), advertí: «todos los cambios que Chávez pretende introducir a la Carta Magna convergen hacia el objetivo de proporcionarle cobertura constitucional para llevar adelante su proyecto de transformar a Venezuela en un «Estado socialista».

Aquella propuesta de reforma de la Constitución fue rechazada por el pueblo. Pero al repitiente la voluntad del pueblo le importa un bledo y ha venido aplicando gradualmente, uno tras otro, los cambios que fueron rechazados. Ahora cree llegado el momento de transformar a Venezuela en un Estado comunal, léase comunista.  Valiéndose del lema dentro de la Constitución todo, fuera de la Constitución nada, que le ha servido para ignorar, violar, adulterar la Constitución como le viene en ganas, emprende ahora la ejecución de lo que ha bautizado con el engañoso nombre de «proceso constituyente. Escudándose con la noción de Constitución, pretende materializar su propósito engañando a los incautos que pareciera no se dan cuenta de lo que está pasando y a la gente humilde que simplemente, o no entiende, o no le interesa saber de qué se trata.

A este propósito, me permito insertar otra cita, esta vez no mía sino tomada de un escrito de Ariel Peña González (Blog Debate Nacional, de Medellín, 12/11/12) que no tiene relación con mi artículo pero refleja fielmente a la manipulación semántica que acostumbra usar el repitiente: «Stalin creía que de todos los monopolios ejercidos por el Estado, ninguno sería más crucial como el monopolio de la definición de las palabras. Porque como acostumbran los totalitarios, con las palabras gobiernan, manipulan, engañan y usan indebidamente las palabras para ocultar la verdadera naturaleza de un conocimiento, con lo cual se desinforma a la opinión pública».

Para confundir todavía más a los incautos, el repitiente asegura (EU 16/11/12, pág. 1-5) que el «proceso constituyente» no pretende cambiar la Constitución. Como dice el refrán popular, el que se pica es porque ají come. Con esa explicación trata hacer creer que actúa dentro de la Constitución para introducir con lubricante el sistema comunista.

En los últimos días dos de los precandidatos que participaron en la Primaria emitieron sendos documentos muy importantes en los cuales advierten a la ciudadanía acerca de lo que implica la implantación del llamado «Estado comunal» (léase comunista). Me refiero a la «Carta abierta a los Venezolanos» de mi estimado amigo y excolega Diego Arria y al «Manifiesto» de María Corina Machado en el cual hace un llamado a reconocer la naturaleza de este régimen, «lo que genera la obligación histórica de derrotarlo y a impedir la instauración del Estado comunal».

Comparto en todas sus partes el «Manifiesto». Pero con el debido respeto hacia mi estimada y admirada amiga María Corina, también comparto lo que plantea el eminente catedrático y filósofo Emeterio Gómez en su artículo ¡Es comunismo, María Corina, Comunismo! (EU 18/11/12/ pág. 4-7), cuando dice:«lamento profundamente que no te atrevas a… llamar al comunismo por su nombre»… «No es Estado comunal, como suele decirse, sino ¡Estado comunista! Porque esto es hacia lo que sin duda vamos».

Como vimos, he venido advirtiendo eso desde que publiqué mis artículos citados más arriba. Parafraseando a María Corina y a Emeterio Gómez, ha llegado el momento de derrotar este régimen dictatorial y su empeño en instaurar el Estado comunista valiéndose de la falacia de Estado comunal. El primer paso en ese sentido es defender con el voto, el 16/12, las gobernaciones que detenta la oposición y arrebatarle al chavismo el mayor número posible. También debemos asegurar el control de la oposición en los parlamentos regionales. Los dos objetivos deben ir parejos.   

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