Felicidad y libertad
Se puede ser infeliz en libertad pero no se puede lograr la felicidad sin ella. Por ello les deseo un feliz año muy especial a todos mis lectores. Me hubiese gustado dejar ese mensaje ahí sin salvedades: “feliz año!” listo y pasar a otro tema, el resto le quedaría a cada quien y a sus planes de vida. Pero no es así, pues si así fuese, estaríamos en presencia de un gobierno respetuoso de nuestros derechos, viviríamos en un país libre donde cada quien busca su propio éxito y por lo tanto bastaría un empujoncito de buenas vibras para ayudar al otro a alcanzar lo que le da nota. Pero como Venezuela no es libre, no bastan los deseos de felicidad para el año que comienza. A nuestro país ni la felicidad ni la libertad van a regresar por sus propios pasos. Y es que ellas andan juntas y cuando nos las arrancan, no retornan sin que medie la lucha, la pasión y la decisión por reconquistarlas. El que no lo crea que revise la historia de los pueblos subyugados por el comunismo soviético y el comportamiento de su gente y de líderes como el checo Vaclav Havel o el polaco Lech Walesa. Ambos por cierto han entendido la tragedia que estamos viviendo pues sufrieron y se revelaron desde las entrañas del mismo monstruo totalitario. Ellos no se quedaron en sus casas, ellos salieron a la calle dispuestos a ganar y sobretodo corriendo el riesgo de no regresar.
Este va a ser un año difícil porque un gobierno apoyado por una minoría esta decidido a perpetuarse en el poder. La instalación de la nueva Asamblea Nacional nos ha servido para disfrutar de la magnifica calidad de los representantes de la oposición, para ellos mi respeto y admiración y al mismo tiempo nos ha mostrado lo que nos espera. En el Congreso de nuestro país los representantes de la mayoría de los venezolanos son insultados, aplastados, vejados y despojados de su inmunidad con la complicidad del Tribunal Supremo de Justicia ¿Qué podemos esperar los representados basados en este brutal atropello?
Muchas personas me han dado el abrazo de año nuevo con angustia en los ojos. “Que este año que comienza no sea tan malo como parece” escuche decir con un humor que mas bien sonaba a ironía. A todas luces y sobretodo por la ausencia de ellas, este no fue un Diciembre alegre, el espíritu navideño estuvo ausente, no se escucharon aguinaldos ni la tradicional alegría compartida cuando faltaban “cinco pa’las doce”. Es que sabemos lo que nos espera. En medio de derrumbes, apagones y crimenes nos “regalaron” una Ley Habilitante mas inmoral que inconstitucional pues la justificaron en el dolor de venezolanos humildes sólo para investir a Chávez de los poderes dictatoriales que necesita para aplastar a la mayoría que se opone a su gobierno. No olvidemos que esa Ley Habilitante fue aprobada por un congreso de salida y por unos asambleístas “raspados” por el propio pueblo: solo veinte y tres de ellos fueron reelectos.
Si, nuestra democracia se deshace junto con las carreteras, los hospitales, las escuelas, las policías y la popularidad del gobierno. Un gobierno que acabó con la descentralización para devolverle la gestión al “pueblo” solo para entregarle un país colapsado por la corrupción y la desidia.
Mis queridos lectores, este año será el de la reconquista de la libertad y de la alegría. Este año tenemos que demostrar que no nos dejamos pisar por la bota totalitaria. Este año tenemos que escoger en primarias a nuestro candidato quien será el próximo presidente de Venezuela. ¡Este año hay que salir a la calle! Este año no hay excusa que valga. Recordemos que somos mayoría y vamos a ganar, cuando te sientas cansado recuerda que en la lógica perversa del totalitarismo el agotarnos con una pésima calidad de vida es parte importante de su agenda. !Por el retorno de la alegría y la libertad!.
