Frente anti continuista
No hay tarea más urgente para el 2.006 que constituir un Frente Anticontinuista lo más amplio posible que ponga fin a un desgobierno que va para los 8 años. Un país nadando en dólares que tiene una administración inepta, incapaz y corrupta que genera cada día mayor pobreza y despilfarro, tanto en lo nacional, como en lo internacional, que tiene la pretensión de perpetuarse en el poder. El autócrata se declara Zamorano y justamente una de las banderas de Zamora era contra el continuismo.
Este es un año para grandes debates, por ejemplo sobre el mal llamado modelo económico del autócrata. Es un modelo inviable como lo demuestra los años que lleva en el poder. Es una mezcla del modelo Iraní, endógeno y autárquico, con el modelo comunista de Cuba. Se puede hacer un balance en torno a la producción industrial y su capacidad competitiva basada en un aumento de la productividad. Se puede apreciar lo que sucede con una suerte de cooperativismo forzoso donde lo que prolifera es la corrupción y el despilfarro. Antes, Otaiza había reconocido el fracaso de los fundos zamoranos y de los saraos compuestos por gentes de las ciudades que no sabían nada del trabajo agropecuario. Ahora, es Jaua que no puede ocultar lo que acontece con las cooperativas, donde cerca de un millar son investigadas. El resultado está a la vista: importaciones de todo tipo cercanas a los 30 mil millones de $, en productos agropecuarios más de 2.500 millones de $, más desempleo y pobreza.
Ese frente anticontinuista debe poner fin a la dispersión de quienes adversan a la autocracia y aspiran a convertirse en alternativa. Colocar entre las prioridades lo referente a las condiciones electorales: CNE imparcial, estructura del poder electoral con presencia de la oposición, revisión del REP, reglamentar la actuación del autócrata y el gasto público, votación manual, conteo de los votos. A pesar que han atemorizado a los observadores internacionales se debe insistir en su presencia. La salida pacífica pasa por no clausurar la participación electoral. Se debe insistir en ella y a partir de acciones populares de las más diversas índoles, bien coordinadas, ejercer la presión necesaria para alcanzar esas modificaciones en las condiciones electorales.
