¡Gracias, Chávez!
Mil gracias. Millones de gracias. Infinitas gracias.
Gracias, Chávez, porque su paso por el gobierno ha arraigado en la mayoría de los venezolanos la consciencia absoluta del valor de la democracia. Reconocemos, apreciamos y disfrutamos de las ventajas de vivir en un sistema de libertades, y no nos las vamos a dejar arrebatar. Por otro lado, identificamos, criticamos y rechazamos los defectos que nuestra democracia tiene. Y por lo mismo, estamos en pie de lucha para que no se repitan. La historia de Venezuela, crecientemente desde que usted se encargó, y en particular desde el 10 de diciembre de 2001 en adelante, cuenta con la presencia de una sociedad civil activa, responsable y defensora de sus derechos.
Gracias, Chávez, por habernos hecho asumir nuestra ciudadanía en toda la extensión de la palabra. Si no hubiera sido por usted, jamás hubiéramos vivido una experiencia de orgullo, decisión y democracia, como la Marcha por la Libertad de la sociedad civil del 23 de enero de 2002. Nuestro evento multitudinario, alegre y representativo de todos los sectores del pueblo venezolano, ha sido la mayor expresión de calle jamás realizada en la historia de Venezuela, y quizás de Latinoamérica. Le agradezco también el que usted no lo haya querido reconocer, porque nos enseña que para ver sólo hace falta tener ojos, y que el que no quiere ver, aunque tenga ojos, no ve.
Gracias, Chávez, por recordarnos el valor que tiene la calle, la calle que no vamos a abandonar, para expresar nuestra protesta. No conspiramos. Salimos voluntariamente a expresar nuestras opiniones. Nadie nos paga, nadie nos obliga. Manifestamos nuestro disgusto, abogamos por nuestros derechos, defendemos nuestras libertades.
Gracias, Chávez, por haber despertado en la mayoría de los venezolanos el sentido de la venezolanidad. Por fin entendimos que ser venezolanos no es solamente ponerse una chaqueta con los colores de nuestra bandera, ni usar los símbolos patrios o tomar el nombre de Bolívar con el fin de manipular, hacer populismo y confundir. Tampoco es cantar el Himno Nacional y joropos a toda hora y en cualquier lugar. Ser venezolanos es, más allá de las actitudes, el compromiso de «preocuparnos por» y «ocuparnos de» lo que cada uno puede hacer por Venezuela, y hacerlo.
Gracias, Chávez, por instarnos a rescatar el venezolano digno, bueno y valioso que todos llevamos dentro.
Gracias, Chávez, por habernos unido en una sola causa. Por hacernos comprender que un país se construye con el concurso de todos, y de que todos somos importantes. Nunca grupos tan diversos habían sido tan numerosos y habían estado tan cohesionados. Hemos aceptado que para vivir en paz debemos afincarnos en lo que tenemos en común y respetar nuestras diferencias.
Gracias Chávez. Mil gracias. Millones de gracias. Infinitas gracias.
