Guillén: vendido
“…se rinden ante las asombrosas riquezas que ofrece el Mesías de Sabaneta. Como ejemplo doy a Oswaldo Guillén, quien por mérito propio está donde está y que teniendo en su entorno cubanos que lograron escapar de la dictadura castrocomunista ¿qué necesidad tiene de alabar a Chávez? ¡Será! “
Sammy Eppel, El Universal, 27/10/05
En medio de la campaña por ganar su división de la Liga Americana, antes de comenzar la racha final de los play-offs que lo llevó a la barrida de la Serie Mundial (y antes de que casi todo el mundo descubriera que es un genio y un fabuloso estratega), el hablador manager de los Medias Blancas de Chicago, Ozzie Guillén, tuvo que aguantar muchas críticas y pitas por actuar según le parecía. Ahora, luego de haber llegado al tope, en apenas su segundo año como manager, resulta que Ozzie no puede pensar como mejor le parezca. Algunos venezolanos, que parecen sentir que contribuyeron (¿?) con su triunfo, le exigen que no sea chavista. Unos lo hacen en tono amistoso, como consejo,”no te dejes utilizar para los manejos publicitarios del Presidente”. Pero el señor Eppel va más lejos. Sin exhibir ninguna prueba, lo acusa de vendido. Lo mismo que demasiados otros opositores en diversas instancias, actúa como espejo del chavismo. Es decir, básicamente es la misma cosa pero con la imagen invertida. Si a Ozzie le hubiera dado por declarar a favor de la oposición hubieran saltado varios Eppels “revolucionarios” acusándolo de venderse al imperialismo y a la CIA.
El comentario del señor Eppel me hizo recordar una de las muchas frases infelices del Presidente: “¿Zapata, cuánto te pagaron?”
Como fiel partidario de Los Tiburones de La Guaira desde su aparición (en gran medida para llevar la contraria en una casa llena de caraquistas) he seguido y admirado la carrera de Guillén y este año estuve ligando que ganara todos los partidos, hasta cuando jugaba contra los Yanquis. Sin embargo, no por eso me considero con derecho a exigirle que asuma tal o cual orientación política. Aunque haya declarado que le gusta Chávez (y que antes le gustaba CAP), no parece encaminado a hacer como muchos chavistas que, al asumir su militancia, dejaron de lado el raciocinio y se convirtieron en simples propagandistas o justificadores del régimen. Por ejemplo, quienes antes decían preocuparse por los pobres y ahora no los ven por ninguna parte, desde bastante antes de que el INE los eliminara a fuerza de vueltas estadísticas. Y quienes no ponen reparos a que el modelo que sigue el proyecto presidencial sea el de la economía cubana, que ha sobrevivido a duras penas a fuerza de parasitar a otros países. Y quienes aplauden emocionados cuando el Ministro de Educación dice que los supuestos 1.200.000 venezolanos supuestamente alfabetizados son el 10% de la población, sin que a ninguno se le ocurra que tendríamos que ser 12 millones, en lugar de más de 20, para que 1,2 millones fuera el 10% de nuestra población. Por cierto, dada la cantidad de información falsa que nos suministran todo el tiempo, la M de los ministros parece haber pasado a significar Mentiroso de Educación, Mentiroso de Energía, Mentiroso de Justicia, etc.
Si realmente fuera chavista, Guillén sería uno de los pocos que ha logrado buenos resultados sin la ayuda de datos manejados creativamente. A diferencia del baboso de Maradona (“Si fuera mujer me enamoraría de Chávez”), Guillén no ha mostrado inclinación por la adulancia, lo cual seguramente lo haría un seguidor incómodo para el Adulado y un mal ejemplo para sus jalacolaboradores.
Realmente creo que resultaría muy saludable para Venezuela que los camaradas chavistas imitaran dos características de las que Ozzie se enorgullece: tener criterio propio y decir siempre lo que piensa.
